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Orlando Valle «Maraca»: ¡Solo hay que tocar con el corazón!

Acabado de regresar de una gira por Estados Unidos donde presentó el álbum Reencuentros, muy bien valorado por la crítica, «Maraca» dialoga con JR

 

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Orlando Valle «Maraca» está eufórico, y no es para menos. Acaba de regresar de una gira por Estados Unidos donde presentó el álbum Reencuentros, catalogado como «obra maestra» por Down Beat, la revista dedicada al jazz y fundada en Chicago en 1935, que constituye una referencia a escala mundial. Con esa noticia en las manos JR fue al encuentro de este virtuoso, quien anuncia que en el 2012 volverá a la carga con Suspendan los comentarios (un nuevo trabajo discográfico) y pondrá a bailar a sus coterráneos, como mismo lo consiguió con Tremenda rumba y Descarga total.

—De repente nos enteramos  que habías regresado nuevamente a Estados Unidos...

—Durante ocho años ninguna agrupación, viajando desde la Isla, había podido actuar allí. Yo lo había logrado en 2006, 2007 y 2008, pero desde Francia. Entonces llegaba, organizaba bandas —las nombraba Maraca & The New Collective—, y hacía el recorrido. Pero claro, ni la banda ni el repertorio tenían que ver con el Maraca de Otra Visión. Después Bush cerró las puertas hasta que hace poco se abrieron un poquito para determinados sectores de la sociedad cubana.

«Esta vez hicimos alrededor de 30 conciertos en 21 ciudades, pues visitamos 14 estados. Actuamos de costa a costa, en prestigiosos lugares al estilo del Kennedy Center en Washington DC, y el Boulder Theater en Colorado, también en festivales importantes en Detroit, Chicago, Aspen y Glenwood. Es decir, que nos presentamos en lugares que ni siquiera imaginé y adonde nunca habíamos llevado nuestra música, como Dakota del Sur, Iowa, Utah, Nuevo México..., así como en otros donde ya se nos conoce muy bien. Ese es el caso, por ejemplo, de San Francisco. Pero allí estuvimos en el Yoshi’s Jazz Club que como el Jazz Alley, donde igualmente tocamos, está entre los diez mejores de su tipo en Estados Unidos. Eso sí: en todas partes encontramos un público muy receptivo; algunos muy ávidos por escuchar la música cubana, y otros que no estaban tan enterados pero muy curiosos, enseguida se contagiaron con nuestros ritmos.

«Pienso que la banda renovó con creces el interés que había en ella, y hasta nos tomamos el atrevimiento de estrenar temas del próximo disco bailable que aún no está grabado, y funcionaron a las mil maravillas. Cuatros meses muy intensos que nos trajeron grandes alegrías».

—Este fue el momento en que aprovechaste para dar a conocer el CD-DVD Reencuentros...

Reencuentros fue producido por mi esposa Celine Chauveau y por mí, aunque contó con colaboraciones diversas, tanto del Instituto Cubano de la Música, como de las embajadas de Francia y Japón en Cuba. Se nombró de esa manera porque resultó la reunión de buenos amigos, que nos habíamos conocido tocando por el mundo, hace ya unos 20 años.

«Por cosas de la vida me encomendaron conformar una banda con estrellas del jazz latino, para el festival de jazz más antiguo de Estados Unidos, el cual se desarrolla en la ciudad de Monterey en California. Invitamos entonces al baterista cubano-americano Horacio «El Negro» Hernández, entre los más sobresalientes del planeta; a Giovanni Hidalgo, el legendario percusionista puertorriqueño en honor al cual existe la renombrada serie de congas, timbales, pailas, bongoes, batás... Lp Galaxy modelo Giovanni Hidalgo, lo cual da una idea acerca de quién estamos hablando...».

—¿Pero ese no fue el mismo que estuvo en el concierto que ofreciste en el Gran Teatro de La Habana?

—Justo. Es que el CD-DVD Reencuentros es el resultado de aquella inolvidable presentación en el Gran Teatro de La Habana (GTH). Solo que ese proyecto no surgió en La Habana, sino en Monterey, como ya te expliqué, para tocar durante dos noches, a petición de Tim Jackson y Jason Olaine, directores del festival. Y en ese Monterey Latin Jazz All-Stars también se hallaban el notable saxofonista norteamericano de origen boricua David Sánchez; John Benítez (contrabajo y guitarra bajo), Ed Simon (piano), Miguel Zenón (saxofones), Murray Low (teclados), e incorporamos una orquesta de ocho cuerdas.

«Sucedió que después de aquellas actuaciones nos quedamos con deseos de más, y decidimos volver a repetir la experiencia, primero con una gira por Colombia, en la que convidamos a Yusef Díaz, tecladista de Klímax, pues no estaban las cuerdas. Los teatros volvieron a llenarse y las personas comenzaron a pedir el disco, y ahí me dije: “Si está tan bueno, ¿por qué no se graba? ¡Vamos a hacerlo en La Habana!”. Estaba convencido de que tendríamos un público garantizado y solo nos faltaba una sede que fuera digna. Solicitamos al GTH hacer el concierto y enseguida nos acogió.

«Lo que se vio aquí, no obstante, fue un espectáculo mucho más ambicioso, porque, además de Horacio «El Negro» Hernández, Giovanni Hidalgo, David Sánchez y Yusef, aparecían la Orquesta de Cámara de La Habana, bajo la dirección de Iván del Prado; la violinista japonesa Sayaka, extraordinaria solista que toca con el reconocido pianista y director de orquesta Yanni; y Hugh Fraser, un trombonista canadiense fuera de serie, a quien conocí de mi tiempo en Irakere. Se sumó también un team Todos Estrellas integrado por Julito Padrón (trompeta), Feliciano Arango, Enrique Lazaga (güiro) y Harold López-Nussa. Esta vez, para la cual tuve que preparar otras composiciones y arreglos, por suerte pudimos dejar plasmado ese concierto en una magnífica grabación, tanto de sonido como de video».

—¿Te resultó sencillo reunir en La Habana a tantas estrellas internacionales?

—La disposición de ellos fue inmediata. Hubo dificultades con el tema del viaje a la Isla de los norteamericanos. El sábado antes del concierto estuvimos a punto de cancelarlo, pues no había seguridad de que pudiesen encontrar vuelos. Sin embrago, todo el mundo llegó. Apenas se pudo ensayar, pero no olvidaré que antes de que iniciara la presentación nos reunimos y les dije: ¡Aquí solo hay que tocar con el corazón! Pese al frío que había se repletó el teatro y realizamos un concierto maravilloso de dos horas ininterrumpidas de música. Para mí constituyó un goce, pues me di el gusto de tocar flautas que normalmente no toco, como el piccolo y la flauta alto.

—Todo valió la pena, porque fue rotundo el éxito de Reencuentros en Estados Unidos...

—Si nos quejáramos seríamos unos malagradecidos (sonríe). Para sorpresa nuestra, Reencuentros recibió enseguida cinco estrellas. Recuerdo que en una ocasión, mientras formaba parte de Irakere, por un trabajo formidable que hicimos, la misma revista otorgó tres estrellas y media. Lo mismo le ha sucedido a Chick Corea, Herbie Hancock... ¿Cómo crees que nos podemos sentir, si ya con cuatro podíamos dormir tranquilos?

«Pero no quedó ahí, sino que Down Beat lo seleccionó entre los seis mejores CD del año, mientras que Latin Beat Mazagine (una versión latina de Down Beat) lo escogió sencillamente como el mejor de este 2011. Con temas al estilo de Camerata en guaguancó (Guido López Gavilán), Manteca (Chano Pozo, Dizzy Gillespie, Gil Fuller) y Serenata cubana (Ignacio Cervantes), así como otros míos: Afro, Danzón siglo XXI, Noche de batá y Parque Central, el disco fue elegido por NPR (la radio nacional pública norteamericana) y PRI the World, un programa de esta en coproducción con la BBC, para ser difundido en más de 300 emisoras. Igualmente nos sucedió con Mezzo TV, pero en Europa, donde se estrenó este viernes.

«Reencuentros me dio otras grandes satisfacciones como ponerme en contacto con Hubert Laws, considerado el flautista vivo más famoso que existe en el mundo del jazz. Sus elogios tienen una connotación muy grande para mí, pues me dejó con menos dudas sobre mi quehacer. ¡Fíjate si valió la pena!».

—Anteriormente te referiste a que en la gira por Estados Unidos diste a conocer temas de tu próximo disco bailable...

—Y también hay otro disco de latin jazz con características muy diferentes a Reencuentros, y que en verdad va mucho más avanzado que este al cual haces referencia. Solo falta mezclarlo, y se deberá presentar a mediados de 2012. Se llama Todo o nada, y contiene temas desde la época en que tocaba con Emiliano Salvador hasta ahora; piezas que se habían interpretado con éxito pero no se habían grabado. Es un disco musicalmente fuerte, con un trabajo muy serio de percusión, de metales, de grupo. Así lo concebí, porque de origen soy jazzista, aunque después de Tremenda rumba, que nominaron al Grammy, y Descarga total, muchos empezaron a asociarme con la música bailable.

«En cuanto al que me preguntaste, estoy muy esperanzado pues los bailadores disfrutaron mucho con los números que les presenté, «ensayando» para nuestras próximas actuaciones en las fiestas populares por toda Cuba. Suspendan los comentarios es su título provisional y te aseguro que la gente reaccionó muy bien con temas como Papacuento, Pregúntale a mi mujer y Se puede bailar, por solo mencionar los que más pegaron, además del que hasta ahora nombra al CD».

—Lo último que conversaste con los lectores de JR estaba relacionado con la actuación en La Habana de la estrella del pop ruso Leonid Agutin...

—Efectivamente, el concierto que realizamos en enero del pasado año, con invitados del relieve de Omara Portuondo y Pancho Amat, en la Catedral de La Habana, se grabó para un DVD, al tiempo que también se rodó un documental, el cual llevó a Agutin y a sus músicos por toda Cuba. Yo fui el anfitrión en la parte habanera, de manera que lo acompañé en sus recorridos por las escuelas de música, las calles, el Malecón... Porque la idea era mostrar cómo Leonid iba de a poco descubriendo la Isla. Tengo entendido que este audiovisual impactó en Rusia, porque la gente todavía adora a Cuba, y siente mucha nostalgia por nuestra tierra.

«Por la repercusión del DVD y el documental, Leonid y su esposa, Angelica Varum, una figura también muy afamada —de hecho su éxito llegó primero—, me convidaron para que actuara el 14 de febrero de 2010 en la sala principal del Teatro del Kremlin, en Moscú, donde el trato y la acogida del público resultaron extraordinarios. A partir de ahí llevamos a cabo una gira por ciudades como Bakú, Azerbaiyán; Kiev, Ucrania; San Petersburgo... Con esta suman cinco las veces que he viajado a Rusia, donde por cierto mezclé el CD-DVD Reencuentros».

—«Maraca», ¿y qué pasará con tu música en Cuba?

—En lo que queda de año estaremos en fiestas populares y debemos tocar en Florencia, Ciego de Ávila; y Cruces, en Cienfuegos. Al mismo tiempo estamos ensayando intensamente para grabar los más de diez temas de Suspendan los comentarios. En el 2012 queremos, además de los carnavales, hacer giras por teatros y salas para mostrar otro tipo de repertorio. Porque nosotros nos debemos, sobre todo, al pueblo cubano.

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