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Las piezas transmiten una visión especial del arte japonés. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:31 pm
A través de la artesanía, manifestación cultural subestimada en ocasiones por quienes la consideran un arte menor, es posible conocer las costumbres, tradiciones y cultura de los pueblos. De la tierra del Sol naciente cuenta la historia una exposición transitoria que desde inicios de este mes se exhibe en el Museo Nacional de Artes Decorativas.
El acercamiento a las 64 obras permite apreciar la riqueza expresiva, calidad y belleza estética de la cultura popular de ese país. Tradición y modernidad convergen en esta muestra nipona, que lleva por título Artesanía japonesa contemporánea y fue expuesta con anterioridad en Suecia, Dinamarca, Ucrania, Perú y Bolivia.
Esta propuesta sintetiza varias técnicas y es resultado de la habilidad artística de sus autores. Las piezas que ahora se exponen representan etapas y características distintivas de la artesanía japonesa, que abarca varios siglos y ha incorporado no solo elementos del arte chino y coreano, sino también del occidental, explicó Shiraishi Masami, curador de la exposición y director del Museo de Arte de la Prefectura de Yamanashi.
De la ostentación a las flores y pájaros
El uso de colores deslumbrantes como el oro y la plata es común en el arte japonés. Sobre todo en el empleo de láminas de estos metales, la aspersión en las piezas de polvo de oro y plata o la incrustación de líneas.
La intención, si bien puede parecer ostentosa, expresa la sensibilidad del arte japonés y transmite suavidad y delicadeza. Enmarcadas dentro de esta característica de la artesanía nipona sobresale en la exposición un bellísimo plato ornamental con clemátides, diseñadas en oro glaseado, y varias cajas (de porcelana recubierta de esmalte y decorada con oro y plata, con diseño de hoja e incrustaciones de conchas; y una octagonal).
En contraposición a estas piezas se exponen otras de un «refinamiento silencioso», que comunican una sensación de tranquilidad. Se trata de objetos de alfarería, artesanías de madera fresca, teteras en metal y vajillas barnizadas con un toque laqueado y una composición orgánica y lineal. Pero también se hallan floreros, jarras y una mesa individual barnizada con laca bermeja, testigos estas tres últimas de la presencia de tendencias europeas, en particular del Art Decó y el Constructivismo. Estas obras, pertenecientes a la etapa de la llamada «nitidez», van más allá del uso de líneas geométricas y planas. Dinamizan con una estructura más orgánica (bordes fuertes y afilados), y con tonos claros y fuertes.
En un Tazón de vidrio con capas de diseño de corte crisantemo, verán quienes asistan a esta exposición el énfasis en el cuidado por los «detalles finos». Esta tendencia, que alcanzó su cúspide en el período Edo, puede apreciarse igualmente en cajas (ornamentales y para tarjetas de poesía), platos para dulces y tazones, traídos especialmente desde el lejano Japón.
Otra expresión de belleza encontrará el público en formas aparentemente perfectas como círculos o cuadrados, que han sido deformadas de manera intencional, y transmiten una visión especial del arte japonés. Si bien esta característica puede encontrarse en utensilios para el té, está presente en variados objetos artesanales creados para comunicar determinadas ideas o propósitos artísticos.
No podían faltar en una exposición de esta índole los diseños de «flores y aves», que se emplean en las artesanías desde tiempos remotos y han sido muy comunes en China y Japón como técnica de decoración. Esta vez con un enfoque contemporáneo.
La Fundación Japón, la Embajada de ese país en Cuba y el Museo de Artes Decorativas (MNAD) patrocinan esta muestra, que permanecerá abierta al público hasta el 9 de marzo y es reflejo de un pueblo que se caracteriza por su espiritualidad y respeto a las tradiciones.
