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Carlos Puebla en el corazón

Un proyecto integral mira al cantor desde su obra y la trascendencia de la misma para todas las generaciones de cubanos

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Con un lirismo singular, Quiero hablar contigo se escucha. Dos guitarras, bajo, bongó y otros sonidos emitidos por instrumentos de percusión, son la base sonora del grupo que la interpreta. En voz de Benito de la Fuente llega este  desgarrador bolero que habla de una ruptura, a todas luces dolorosa.

El compositor, más conocido entre su gente por ser un cronista de la cotidianidad política de la Cuba revolucionaria en las dos primeras décadas de ese proceso, enternece en esa conmovedora obra, que De la Fuente retoma para presentarla a los trabajadores de Juventud Rebelde. Pertenece a Carlos Puebla, el mismo autor de Hasta siempre, Comandante esa sentida canción con la que se honra al Che Guevara.

Benito sabe que interpreta una pieza esencial y reverencia con su capacidad vocal a Puebla y a esa sabiduría diaria que repartió en conciertos y en aquel programa de radio que se adueñaba del éter en los años 60.

Creador de canciones como Oxígeno y Verano, De la Fuente gusta de apreciar los valores artísticos de los textos de sus colegas y destaca a Puebla como un magnífico compositor, «muy prolífico, pero el gracejo nacional y la inmediatez de los temas que trató, quizá lo llevaron a repetir algunos patrones, aunque esos mismos esquemas se repiten en el son y la guaracha cubanas», asegura.

Esa es su razón para enrolarse en Los Tradicionales de Carlos Puebla, un grupo que ya es un hecho y escogió como escenario de presentación a nuestro diario. «Puebla vivió momentos cruciales del país y los reflejó en sus canciones, que es lo más importante para un artista», expresa convencido el cantante, quien integró hasta inicios de los años 90 el grupo Mayohuacán.

Piezas enmarcadas en la época en que fueron creadas, otras de un ingenio singular para mostrar la debacle de las políticas imperialistas, y la mayoría con una vigencia extraordinaria, devienen repertorio de Los Tradicionales.

«Respeto mucho a Carlos Puebla y pienso que es necesario que su obra se dé a conocer por un grupo en vivo», opina De la Fuente, quien tiene una estela de planes con la agrupación.

«Queremos contar con una peña y hacer un disco donde, por supuesto, no vamos a reproducir al carbón la forma de Puebla de hacer la música. Aunque mi voz es otra, nuestra idea es rescatar lo que está grabado y lo que no, pues Carlos contaba con más 400 de sus canciones grabadas y mil inéditas», dice.

Fue la persistencia de Julio Antonio Bruna Puebla, nieto del autor de Y en eso llegó Fidel, y de toda la familia —su madre, sus dos hermanos y la viuda de Puebla, Rosalba, de 96 años—, el eslabón impulsor para que Los Tradicionales de Carlos Puebla sea un acto consumado. Cuenta Julio que echó de menos la obra de su abuelo cuando en el extranjero se habla de la música tradicional de la Isla.

Hace cuatro años que presentó la idea al Ministerio de Cultura y al Instituto Cubano de la Música. Allí quiso abarcar el estudio, la conservación y la difusión de la obra de quien fue para él «padre, abuelo y amigo».

Con el nombre de Hasta siempre, Carlos Puebla, el proyecto pretendía rescatar el legado del artista en la canción. Ambiciosa y necesaria, la iniciativa contemplaba las composiciones políticas y amorosas del cantor, en géneros como la guajira, el bolero, la guaracha y el son.

Fue durante el encuentro de Julio con Jorge Gómez que descubrió a un enamorado del legado de su abuelo. Gómez lo «recibió en su casa con los brazos abiertos» y se sumó a aquellas ideas del joven, pues vio en él a «una especie de guerrero incansable. Creo que, sin su tesón y su insistencia, hubiera sido muy difícil lograrlo. Julio había tenido ya mucho apoyo de grandes amigos de Cuba en una buena parte de América Latina. Como es natural, se trataba en lo fundamental de apoyo simbólico, ideológico, ese que te da ánimo, que te hace saber que no estás equivocado, pero que no puede convertirse en un hecho concreto, por lo menos de inmediato».

Admirador de la música tradicional y de esos grandes como Compay Segundo, Ibrahim Ferrer, Rubén González, Omara Portuondo y Eliades Ochoa, el líder del grupo Moncada siente que, a pesar del cariño que profesamos a Carlos Puebla, en los últimos años no se ha logrado «colocar al “cantor del pueblo” en el sitio que, por derecho propio, le está reservado en el imaginario popular, en la conciencia colectiva».

Al decir de Gómez, el proyecto es avalado por el Centro Nacional de la Música Popular y tiene dos líneas fundamentales: «Una, la más visible, un grupo musical. La segunda, Carlos Puebla Vive, un incipiente centro de documentación, donde compilamos todo lo que pueda dar cuenta de la larga y claramente fructífera trayectoria artística y humana del artista».

Carlos Puebla Vive se nutrirá no solo de la información ya acopiada, sino de los «aportes de todo el que posea algo de valor que ofrecer y que no se conozca», indica Jorge.

Una página web (www.carlospuebla.com) deviene tercera arista de Hasta siempre, Carlos Puebla. Allí se juntan, explica Julio Bruna Puebla, datos biográficos, reportes de prensa, fotografías y videos, así como «ideas que tenemos para que la gente también puedan poner su anécdota con Puebla».

Moncada tiene una participación directa en la promoción de este proyecto y con ello saldan esa deuda con «aquel señor mayor que tanto departió con nosotros, cuando comenzábamos a empeñarnos en que la canción trovadoresca tuviera un espacio en la vida cultural y en la difusión de nuestros medios».

Es la sensibilidad, el empeño y el amor por las letras del cantor lo que impulsa a este grupo de artistas. Porque la historia musical cubana tiene una deuda con Carlos Puebla, un creador vital que reflejó en sus crónicas el latir de la nación.

La historia de Hasta siempre, Comandante

Julio Antonio Bruna Puebla devela ese pasaje que la familia no olvida. El día en que Fidel leyó la carta de despedida del Che, comenta, «mi abuela cuenta que Carlos se levantó de su asiento, luego de escuchar el discurso del Comandante, y escribió la canción Hasta siempre, Comandante de un tirón.

«Muchos piensan que él la compuso cuando murió el Che, pero no; la hizo después de que Fidel leyó aquella sentida carta. Lo que pasa es que la canción alcanzó su popularidad tras la muerte del Guerrillero Heroico», sentencia Julio.

Radiografía breve

Nacido en Manzanillo, tierra de trovadores y soneros, Carlos Manuel Puebla Concha (11 de septiembre de 1917-12 de julio de 1989) fue aprendiz de carpintero y zapatero, y laboró en la industria azucarera.

Aunque su formación fue empírica, su interés por la música colmó todas sus aspiraciones, lo que lo llevó a frecuentar las emisoras de su terruño natal, también de Santiago de Cuba y La Habana.

Se estableció en la capital a partir de 1952 y fue la emblemática Bodeguita del Medio uno de los sitios donde pudo encontrársele con asiduidad en los años 50, acompañado de Los Tradicionales, un trío que integraron además Santiago Martínez y Pedro Sosa, y posteriormente Rafael Lorenzo.

Protagonista activo de la vida política y cultural de la Isla en la década de los 60, Carlos inició el espacio De Cuba traigo un cantar, de la emisora Radio Liberación, el cual mantuvo durante 25 años.

Sus canciones llegaron al séptimo arte: en Estado de sitio, de Costa Gavras, y Cuba hoy, del documentalista soviético Román Karmen.

De su paso por Chile en 1961 sobresalió el periplo que emprendió junto al poeta Pablo Neruda. En ese recorrido Carlos interpretó sus propias canciones y Neruda recitó los versos de Canción de Gesta, dedicados a la Revolución Cubana.

Puebla entabló amistad entrañable con el pintor Oswaldo Guayasamín, a quien conoció en su visita a Ecuador. El artista ecuatoriano estampó en el lienzo la imagen del cubano el 7 de septiembre de 1961.

Países de Latinoamérica conocieron de las composiciones del cantor insular a través de las giras que este hiciera en los años 60, 70 y 80, y que ayudaron a quebrar el aislamiento que se gestó contra la Revolución Cubana.

Entre los lauros obtenidos por Puebla resaltan la Distinción por la Cultura Nacional, las medallas de los Sindicatos Soviéticos y de la República Popular Democrática de Corea; la réplica del machete de Máximo Gómez y el Premio Girasol de Popularidad, de la Revista Opina, en 1984. (Fuente: www.carlospuebla.com)

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