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Guantánamo.— La respuesta que concediera en una ocasión Roque Dalton, cuando lo interrogaron sobre el papel que debía desempeñar la juventud, sirvió de motivación este martes para el enriquecedor debate que tuvo lugar durante la Asamblea Provincial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en Guantánamo, con la cual inició en el país el momento más trascendental del II Congreso de dicha organización en los territorios.
Entonces el reconocido poeta convidaba a las nuevas generaciones a alzarse contra los errores y a que no perdieran nunca la capacidad de crítica.
Por eso, los planteamientos durante la reunión se realizaron sin cortapisas, comenzando por Eldys Baratute, nuevo presidente de la filial de la Asociación en Guantánamo. La necesidad de que se siga velando por las jerarquías culturales centró la intervención del premiado escritor. «Lo primero —dijo— es hacer lo que nos corresponde. Claro, también resulta esencial que haya una plataforma económica para que los creadores puedan realizar sus proyectos».
Y en ello —insistió la editora Carelsy Falcón— el rol de las instituciones culturales es vital. «Nuestras instituciones están perdiendo tiempo ante una realidad que cambia aceleradamente (...) Al final, los artistas acuden a gestores que son más ágiles. Hay que unirse, porque no entiendo que si formamos parte de un sistema, no funcionemos como tal».
Ana Iris Aranda, miembro de la sección de Crítica e Investigación, señaló la falta de espacios de diálogo entre los creadores y de estos con los funcionarios de Cultura, que en algunas ocasiones requieren estar más preparados, lo cual, según la miembro de honor de la AHS, Alba Babastro, significa dirigir con inteligencia.
«Y dirigir con inteligencia —explicó— es estar capacitado para el diálogo (...), estar dispuesto a escuchar y a preguntar, y también no tener temor a equivocarse, porque solo se equivoca el que hace.
«A los jóvenes les toca impugnar lo que no sirve, cuidar la Revolución y su cultura», acotó.
En el encuentro se discutió sobre la oferta cultural en los municipios alejados de la cabecera provincial. «Es triste cuando la población de estos lugares no puede disfrutar de una propuesta cultural sólida, unas veces por problemas de aseguramiento material y otras por falta de coordinación», enfatizó Alfredo Velázquez, también miembro de honor de la organización y director de la compañía Danza Libre.
Justo esa es la mayor preocupación del músico Yusmani Gaínza, radicado en Caimanera, «donde los jóvenes están urgidos de opciones culturales y recreativas que hagan frente a la avalancha seudocultural». Lo mismo sucede en Baracoa, donde la Asociación requiere ya de su sede, la Casa del Joven Creador.
Fernando Rojas, viceministro de Cultura, reconoció la profundidad del debate y lo definió como un espacio de participación necesario y útil, que solo es posible en el socialismo. Convidó a que el ejercicio de la crítica sea perenne. «Y ello no puede molestar —puntualizó— a nuestros funcionarios, quienes deben asumirla desde la inquietud por estar informados, con la capacidad para razonar y con eficiencia para solucionar los problemas que se presenten.
«Los jóvenes creadores y las instituciones culturales tienen que trabajar de conjunto. Estas últimas deben entender que forma parte primordial de su quehacer la atención de los primeros, concebir un programa dirigido a quienes constituyen el presente y el futuro de la cultura cubana».
Este miércoles, en el teatro Heredia de la capital santiaguera, sesionará la Asamblea Provincial de la AHS, que analizará los temas que preocupan a los jóvenes intelectuales en el territorio.
