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Timbiriche en tierra cubana

Con un nuevo disco en el que mira nuestra cotidianidad, aderezada con cierta dosis de humor y profundos pensamientos, el cantautor Tony Ávila se presenta este miércoles en la capitalina Casa de la Amistad

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Quizá autobiográfico, también de mucha meditación y aderezado con buen humor, este Timbiriche —licenciado para su distribución en Cuba por la disquera— que nos propone el cantautor Tony Ávila, puede parecerse a otros que retratan a sus dueños, y una aproximación a nuestra realidad.

En este mostrador de miradas actuales hechas por el compositor, hay mucho más que frases que nos hacen reflexionar. Su autor está empeñado en hacernos un llamado de atención sobre nuestro proceder. Ha decidido mostrar aquí «valores que necesitamos conservar», y que no están en venta en ese pequeño «emporio», sino que se incorporan, cual ejercicio práctico de aprendizaje, en la escuela de la vida.

Sones, guarachas y baladas se deslizan con fuerza en este Timbiriche de Ávila, que rompe con Nacimiento, una especie de radiografía del autor, donde detalla que aunque fue «la última pieza de este rompecabezas», «el hijo de la casualidad», le resulta muy grata su pertenencia a una familia cubana y sencilla.

Con una capacidad innata para comunicar, Tony habla en su álbum del más sublime de los sentimientos. En sus análisis ofrece conceptos terrenales sobre la durabilidad de las relaciones de pareja. Incluye, con acierto, la visión de Joaquín Sabina en aquel memorable Contigo y bautiza su obra como Del amor, de Sabina y otros demonios, en honor al legado literario de Gabriel García Márquez.

En cuestiones de existencia, La vida tiene sus cosas, con  una evocación musical a Pablo Milanés, viene a conceptualizarnos ese acto diario de respirar, de delinearnos a nosotros mismos, sopesando errores y virtudes.

Necesito un bolero une a Tony con su colega Ray Fernández. El dúo no solo trata de compensar vivencias, va más allá. Deja como resultado la prueba fehaciente de dos voces de estos tiempos, recurriendo con belleza a un género ineludible que lleva como aderezo la poética de Ávila.

Para completar el repertorio del nuevo CD, compuesto por canciones, se escoge una pieza clave en la dramaturgia del fonograma. Es de ella de la cual parte el cantante para nombrar todo el volumen y mezcla allí realidades, en una crónica que refleja a esta Cuba actual que se reinventa no solo en los planos social y económico, sino también en el planteamiento de todo lo humana que puede ser.

¿Qué le debo a La Habana? es una interrogante y una deuda saldada por Ávila en los minutos dedicados a la ciudad del Malecón, del Caballero de París, a la urbe de sus raíces y de tanta gente, amén de que en ello medien las distancias o las presencias físicas. Porque el trovador tiene, como confiesa, el corazón entre la capital y Cárdenas, ese otro escenario donde reside y exhibe su obra.

Hay una mezcla de reflexiones, sentimientos, arraigo y buen sentido del humor en los siguientes temas. Se trata de mirar a la sociedad y esta a su vez lo hace con el trovador —al menos eso dijo hace unos días, cuando presentó su fonograma a la prensa.

Por eso «hurga» en los asuntos diarios con poesía y recuerda a Silvio en Ella saltó del papel, o nos deja saber que estamos unidos también a esa herencia africana en Babalawo. Pero hay otras escenas descritas en el CD, escenas vividas en carne propia, como esa que habla del hermano fallecido en Angola (Cuatro paredes), o aquella otra que exterioriza pasiones (Beso sin colores y Con lo mucho que ha llovido).

Simbólica y existencial es Madre, pieza escogida para cerrar un disco que Tony Ávila cataloga de más «atrevido» en términos melódicos, hecho para «disfrutar y hacer pensar». Defiende allí una estética que se manifiesta en compactos suyos anteriores, incluido En tierra (Bis Music), con el que ganara el premio Cubadisco en 2012 y del que recordamos La choza de Chacho y Chicha, micasa.cu, Regalao murió en el 80 y Tiene que haber de to.

Bajo la producción musical del tresero Lino Lores —quien es el director del grupo de Ávila—, y con invitados especiales como Silvio Rodríguez, los instrumentistas César López, Juan Kemel y Ruly Herrera, y la agrupación rumbera Columbia del Puerto, Timbiriche podrá disfrutarse de un tirón en el concierto que este miércoles ofrecerá Tony, a las 7:00 p.m., en la capitalina Casa de la Amistad.

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