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Apoderarnos de nuestra historia

El papel más activo de las ciencias sociales y el pensamiento en la formación de los jóvenes, y en el análisis en toda su complejidad de la realidad actual, fue uno de los temas debatidos este miércoles en un panel formado por destacados intelectuales, en la Feria del Libro

Autor:

Lourdes M. Benítez Cereijo

Los jóvenes deben apoderarse de la historia de nuestra Revolución, es necesario acudir a todas nuestras posibilidades para que ellos formen parte de esos debates y puedan formar sus opiniones y visiones, pues son muchos los aspectos que las nuevas generaciones desconocen o ignoran. Así comentó el historiador Fernando Martínez Heredia, al intervenir en el panel Las ciencias sociales cubanas hoy y su reflejo editorial —en el que participaron además Rolando Rodríguez, Rafael Hernández y Rodolfo Zamora—, desarrollado este miércoles en la sala Nicolás Guillén, de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña.

El historiador y ensayista apuntó que lo esencial de las ciencias sociales debe ser la reflexión en torno al desarrollo de personas más plenas. Llamó a no olvidar que el pensamiento y el debate son pilares fundamentales para la sociedad en transición socialista.

El premio nacional de Ciencias Sociales 2006 refirió que «en la coyuntura política que vivimos los trabajos de los investigadores en este campo cobran especial significación para poder analizar en toda su complejidad la situación actual, brindar organicidad al pensamiento, reconocer e identificar los problemas que nos preocupan y hallar soluciones».

Martínez Heredia afirmó que tenemos más proyectos que recursos, pero que a diferencia de los años 60, las capacidades intelectuales son superiores. Se impone trabajar en pos de que el pensamiento y las ciencias sociales estén a la altura de lo que la sociedad necesita.

«El hoy es más complejo y, por tanto, la cultura posee más deberes para que siga sirviendo de alimento espiritual del pueblo», insistió.

Por su parte, Rolando Rodríguez, a quien se homenajea en esta edición de la Feria del Libro, hizo referencia a la política editorial y la gestión cultural que se manejó en el país en los primeros años de la Revolución, con el objetivo de potenciar las posibilidades del libro y la lectura.

El historiador señaló los esfuerzos y preocupaciones del Comandante en Jefe Fidel Castro en aquellos años, para satisfacer las necesidades y los vacíos de conocimiento, así como las carencias de libros que afectaban ámbitos como el universitario.

También habló de la política descolonizadora de la literatura y de momentos claves como la creación del Instituto Cubano del Libro.

Rafael Hernández, director de la revista Temas, enfatizó en que las ciencias sociales deben tener un papel más activo y movilizador. «Si no ejercemos nuestra crítica en los espacios que poseemos, ese vacío lo llenarán otros de una forma extraña y ajena», subrayó.

Acerca del papel del editor dialogó Rodolfo Zamora, quien reflexionó sobre la labor de esos profesionales, quienes deben considerarse generadores de discursos y aglutinadores del proceso editorial, y no como meros intermediarios entre el público y alguien con más talento que tiene a bien compartir sus conocimientos.

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