Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Para leer el cine

Los amantes del cine podrán adquirir varios libros que enfocan el masivo arte desde la perspectiva del análisis y la reflexión

Autor:

Frank Padrón

En este segmento ferial por las provincias, los amantes del cine podrán adquirir varios títulos que enfocan el masivo arte desde la perspectiva del análisis y la reflexión, sin olvidar que la mayoría de ellos siguen a la venta en la capital (las tiendas en los vestíbulos de los cines Chaplin, Riviera y La Rampa son puntos seguros de adquisición).

Varios colegas son los responsables, y valga el momento para felicitar a la editorial que publicó la mayoría de esos libros (Ediciones Icaic) por mantenerse a la vanguardia entre las de su tipo, no solo por la cantidad —considerable teniendo en cuenta las sabidas dificultades materiales— sino la incuestionable calidad de sus propuestas. Pablo Pacheco, Mercy Ruiz y un destacado grupo de editores y diseñadores hacen posible este resultado.

Entrando individualmente en algunas de ellas, Joel del Río propone dos títulos que no deben faltar en la biblioteca de todo buen lector fílmico:  Melodrama, Tragedia y Euforia: de Griffith a Von Trier y El cine según García Márquez; con su habitual lucidez, el colega analiza pormenorizadamente, en el primero, muchas de las matrices y directrices que han signado el maltratado subgénero, demostrando que, pese a ello,  hay mucho de valía y grandeza en su amplio y desigual camino por la pantalla; en el segundo, recorre otro periplo no menos maldito: el del Gabo en el celuloide, dejando sentado que muchas veces esto ha sido más «leyenda negra» que verdadera falencia.

Por su parte, Berta Carricarte nos invita a un Acercamiento al cine japonés, como subtitula su libro A la sombra del elogio. Títulos emblemáticos de esa ilustre cinematografía son examinados por la también profesora con rigor y conocimiento de causa, trascendiendo las herramientas del análisis crítico para conectar con códigos y manifestaciones  de esa cultura ancestral y enriquecedora que en última —y a veces en primera(s) instancia(s)— han determinado los rumbos del imaginario fílmico.

En Sexo de cine. Visitaciones y goces de un peregrino, el también narrador Alberto Garrandés se acerca a notables textos fílmicos que le inspiran estos suyos, ahora agrupados en un libro que obtuvo el pasado año el Premio de la crítica. De(re)construyendo mediante el análisis, a veces con nostalgia pero siempre con lucidez, célebres filmes que hacen de lo erótico tema, motivo o referencia, el ensayista traza implicaciones tanto personales como culturales y sociales en un amplio y diverso mapa que va de El último tango en París a la sudcoreana La flor congelada pasando por alusiones al cine de Pasolinni, Tinto Brass y Phipil Kaufman,  entre otros muchos. El nivel de sugerencia que tantas escenas e imágenes portan desde la mirada del autor en su original ejercicio de (r)escritura, los nuevos abordajes que sus acercamientos proponen o al menos sugieren, y el vasto conocimiento general que revelan, más allá del cine y la sexualidad, figuran entre los indudables méritos del volumen.

Una excelente noticia es la redición de las Coordenadas de cine cubano I y II, de otra editorial que siempre ha respondido con entusiasmo y sistematicidad a los ensayos sobre el séptimo arte: la editorial Oriente.

En estos volúmenes, preparados por Reynaldo González y Mario Naito (quien ya anda ocupado en los próximos tomos), con la cuidadosa edición de Consuelo Muñiz, nuestros más agudos críticos y estudiosos del tema en casa, aportan el fruto de sus investigaciones sobre los más diversos ángulos: los irrenunciables comienzos, el periodismo cinematográfico, el dibujo animado y el documental, las coproducciones, el guión, o un acercamiento a nuevos realizadores. Combinan con la música en los largos de ficción, los extranjeros y su huella, las relaciones con el teatro, la radio, el humor y la Historia.

En fin, que por falta de bibliografía no queda: estudiosos, estudiantes, especialistas o simplemente el público que, además de ver el cine y disfrutarlo en la pantalla, gusta también de leerlo, tienen más de un título donde el popular arte, en toda su amplitud y variedad, es protagonista.

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