Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un titán en la radio

Con su labor cotidiana, el joven espirituano Jairo Alberto Pacheco apuesta por una radio más contemporánea, inteligente y participativa

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— Cuando nos presentaron, ya había escuchado hablar mucho sobre él. Era el año 2008. Yo acabadita de salir de la universidad y él con una experiencia de titán en la radio, a pesar de que ambos somos contemporáneos.

Aunque ya me habían contado de su capacidad extraordinaria para la improvisación, recuerdo que hasta que lo comprobé, no di crédito a aquella soltura natural frente al micrófono, sin guion en mano. De esa forma, se presenta en cada jornada ante sus oyentes, Jairo Alberto Pacheco.

Luego llegaron los trabajos en conjunto, las amistades comunes, el compartir en eventos y, aunque creo que nunca se lo he confesado, ahora es mayor mi admiración hacia su quehacer en un medio en el que se coló en aquellos días de 1993 cuando al no poder jugar pelota por padecer retinosis pigmentaria, narraba el juego de sus amiguitos. En el área de los Olivos III de la ciudad del Yayabo armaban una cabinita y él les ponía nombres de peloteros famosos entonces. De esa forma se ganó el apelativo de «Yiqui Pacheco». Quizá ya algunos hayan olvidado esas travesuras, pero así este joven espirituano descubrió su vocación por la locución.

—¿Qué haces para que tu limitación visual no se convierta en un freno para tu profesión?

—Precisamente no verla como una limitación, sino como una enfermedad con la cual tengo que convivir. Exploto mucho las potencialidades que poseo como saber escuchar e imaginarme otras maneras de hacer que surgen como alternativas. A la hora de ponerlas en práctica en el discurso hablado me da un sello personal.

—Tu carrera ha sido marcada con los saberes aprehendidos por una de las grandes personalidades de la radio cubana: Franco Carbón, quien además de profesor es tu paradigma y fue tu amigo. ¿Cómo surgió esa relación con más de 360 kilómetros de distancia y ambos con limitaciones físicas para explotar la vía del correo, tanto tradicional como virtual?

—Por teléfono. El locutor de gran prestigio Gaspar Marrero me habló de su existencia y de que podía ejercer la profesión como él, salvando las distancias que existen. Luego en el 2003, la periodista Yoleisy Pérez Molinet me ayudó a conocerlo. Sembramos una entrañable amistad que duró hasta su muerte.

—¿Cuánto existe en Jairo Alberto Pacheco de ese maestro de la radio?

—El ímpetu, la voluntad, la entereza para trabajar, la sinceridad y el humanismo.

—La correcta lectura es una de las bases del trabajo de un locutor, ¿cómo te las arreglas cuando se enciende el bombillo que anuncia: «En el aire»?

—Me he dedicado durante mis 11 años como profesional de la radio a prepararme mucho. Escucho con detenimiento. Tengo radiolibros, un programa de computadoras que me lee y así he descubierto mucha literatura sobre el medio. Además, soy un eterno seguidor de cuanta emisora se pueda sintonizar.

—¿No te cansas de escuchar radio, si conoces al dedillo las rutinas productivas de ese medio de comunicación?

—No. De todos aprendo algo nuevo. Busco constantemente otras maneras de hacer y de reinterpretarlas para no copiar.

Jairo Alberto Pacheco labora en Radio Vitral, emisora municipal de la ciudad de Sancti Spíritus y protagoniza varios espacios en la provincial. Sus programas tienen un sello propio, signado por la entrega y pasión de este creador que hoy exhibe en su currículo tener primer nivel en Locución y Dirección. Sobre sus hombros carga con orgullo destacados resultados como el Título de Oro, al concluir su licenciatura en Estudios Socioculturales y diversos premios en prestigiosos certámenes como el Caracol, la Bienal Internacional de la Radio Cubana y el Taller Nacional de la Radio Joven Antonio Lloga in memóriam, que organiza la Asociación Hermanos Saíz.

—¿Dónde crees que está tu clave del éxito?

—La constancia y la superación profesional son mis palabras de orden. Considero que ambas fórmulas deben ser las premisas de cualquiera que aspire a trabajar en un medio de comunicación.

—Tu versatilidad ha sido demostrada con creces: revista de variedades, programas de participación o un espacio donde la polémica y el debate comparten contigo el micrófono. ¿Cuál de todos prefieres?

—Prefiero los variados porque me permiten desplegar muchas herramientas de comunicación. Puedo convertir a la persona que me escucha en protagonista, algo que anhelan todos los oyentes en este siglo XXI. Lo más rico de la radio es poder lograr el concepto: yo te digo y yo te escucho.

—En ocasiones cuando se te escucha te presentas farandulero, sensacionalista y suspicaz. ¿Cuánto hay de eso en el Jairo Alberto Pacheco fuera de la cabina?

—Hay mucho porque así es mi espíritu. De esa forma logro mi creatividad y mi credibilidad para con los oyentes. Me gusta mucho explotar el día a día, desde todo ámbito, porque la vida no puede verse solo en blanco y negro. Por eso incluyo aspectos de la farándula pero que no son frívolos. En el tema del «sensacionalismo» es que prefiero aprovechar los diferentes clímax de un programa de radio. Pero nunca me quedo en la epidermis, busco hasta llegar al hueso.

—En diferentes escenarios has alzado tu voz con un verbo fuerte para enfrentar las malas prácticas en la radio. ¿Cómo es el medio con el que sueñas?

—Una radio contemporánea, inteligente y participativa. Tenemos que trabajar para ganar persona a persona y no una gran masa. Además, precisamos poner en práctica las nuevas tecnologías para extendernos con los productos comunicativos nacidos aquí por todo el orbe.

—Justo uno de esos escenarios los ha propiciado la AHS, en la que ocupas la vicepresidencia en Sancti Spíritus. ¿Cuánta responsabilidad tienen sus miembros para lograr una radio menos anquilosada, formal?

—Hay que prepararse más para emitir juicios no superficiales, para realizar críticas con argumentos sólidos. Tenemos la responsabilidad de dialogar con los dirigentes del ICRT, pero con mucha profesionalidad.

—Si tuvieras la posibilidad de construir tu futuro, ¿cómo deseas ser en el año 2085?

—Con los mismos principios éticos y morales, pero no con las mismas ideas, porque considero que estoy en constante evolución a la hora de   crear y hacer radio. Si nos encontramos en ese año, seguro te contestaré otras cosas porque aspiro a tener la capacidad e inteligencia de darme cuenta de cómo debo ir cambiando.

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