Amapolas, girasoles y cipreses se alían para confeccionar uno de los paisajes más modulados y bellos del mundo. El viaje entre las grandes ciudades renacentistas y pueblos medievales se ameniza con la visión de ondulantes colinas moteadas de flores de colores. Autor: nationalgeographic.com Publicado: 21/09/2017 | 06:05 pm
Desde los paisajes más estériles hasta los más lujuriosos mutan en primavera y nos sorprenden con su mejor imagen. Los campos de lavanda, de narcisos, de girasoles, las altas cumbres y los desiertos ven cómo resplandece la vida.
La sección Galería del día te invita a disfrutar de estos diez paisajes floridos localizados en distintos puntos del orbe. Si te gustan, cuéntanos tu opinión en un comentario.
Región de Sudurland, Islandia
Sobre las tierras volcánicas que rodean el Kekla, en las Tierras Altas de Islandia, con el deshielo y la llegada de temperaturas más altas aparecen mantos de pequeñas flores que rompen el monocolor de este territorio de aspecto lunar.
Cotopaxi, Ecuador
Las laderas que rodean el volcán Cotopaxi (5.897 metros) en la cordillera de los Andes despiertan de color con las flores silvestres que nacen después de las nieves. Es éste uno de los destinos más populares del país, situado a poca distancia de la capital Quito.
Lavanda en Provenza, Francia
Pocos paisajes resultan más bellos que la floración de los campos de lavanda en la región de Provenza. De junio a septiembre, los pequeños y oscuros arbustos se llenan de flores lilas y fragantes. Existen diversas rutas señalizadas que recorren los campos de lavanda y ayudan a conocer los secretos de esta planta magnífica: cosecha, destilación, productos, museos, exposiciones, gastronomía y las célebres fiestas de la lavanda.
Baja California, México
Este estado mexicano que ocupa una larga y estrecha península guarda en su interior de un vasto desierto que con la llegada de las lluvias muta su faz reseca y se convierte en un bellísimo manto de flores.
Haarlem, Holanda
Los campos de bulbos de la zona de Haarlem explosionan a principios de abril en un festival de color inigualable. A vista de pájaro, los campos dibujan líneas coloreadas que asemejan un enorme tapiz; de cerca, la fragancia y la belleza de las flores invitan a recorrer la región a través de rutas señalizadas que se acercan a los campos cultivados y descubren bellas poblaciones neerlandesas.
Los Alpes
A 4.000 metros de altitud, en las cimas alpinas, crecen estos pequeños narcisos que se a veces llenan prados enteros. Un gran espectáculo primaveral. En la localidad de Seewis, Suiza, en mayo celaran la Fiesta de los Narcisos.
Toscana, Italia
Amapolas, girasoles y cipreses se alían para confeccionar uno de los paisajes más modulados y bellos del mundo. El viaje entre las grandes ciudades renacentistas y pueblos medievales se ameniza con la visión de ondulantes colinas moteadas de flores de colores.
Valle de las Rosas, Marruecos
A los pies del alto Atlas, en la confluencia con el Valle del Dades, se extiende una gran superficie de rosales damascenos salvajes cuya floración se inicia a principios de abril y finaliza a finales de mayo. Con las rosas secas se elaboran esencias y destilados para productos cosméticos.
Rododendros en la montaña
Uno de los arbustos más habituales de las altas montañas es esta bella especia de flores coloradas que alegran el paisaje y tienen aplicaciones medicinales. Su máxima floración aparece a principios de verano en todas las altas montañas europeas.
Islas Lofoten, Noruega
Con la llegada del buen y la retirada de la nieve, la tundra se llena de pequeñas flores de intensos colores y el paisaje se torna magnífico.
(Imágenes tomadas de National Geographic)