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El arte de 30 segundos

Si puedo aportar para que los niños lean desde las ilustraciones, los spots, el cartel... me consideraré un hombre feliz, asegura el diseñador santiaguero Amels Rodríguez González, uno de los pilares de Promociones Literarias Claustrofobias

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Por estos días Cubavisión transmite un spot que promueve el hábito de la lectura desde el eslogan: Todo comienza en las páginas de un libro, el cual forma parte del proyecto de Promociones Literarias Claustrofobias, con el apoyo de la Asociación Hermanos Saíz (AHS). El santiaguero Amels Rodríguez González fue uno de sus realizadores, junto a Naskicet Domínguez Pérez, ambos integrantes del equipo de Claustrofobias.

Amels, actualmente miembro de la AHS, egresó de la Academia de Artes Plásticas José Joaquín Tejada, en la especialidad de escultura, en el  2002. Ha trabajado en varios spots que promueven la cultura de Santiago de Cuba en el Festival del Caribe, el Concurso de radio, cine y televisión Félix B. Caignet, el festival de teatro Máscara de caoba, el Taller y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga in memóriam, entre otros.

Confiesa Amels que sus inicios en el ámbito del arte y la cultura están marcados por su experiencia con Lía Videos, una productora audiovisual santiaguera. Allí aprendió no solo sobre la significación del espíritu de equipo, sino también que esos 30 segundos del spot exigen una multidisciplinariedad que escapa a la credulidad de muchos.

«Debo confesar que mucho de lo que puedo hacer se lo debo a ese trabajo en colectivo, a todos los equipos en los que he participado. Me siento dichoso por haberme ido superando gracias a grupos de mucha calidad profesional y humana. Ello ha sido fundamental en mi formación.

«Claustrofobias, proyecto que me roba el sueño en la actualidad, engloba todo esto y más. Claustrofobias es para mí un recordatorio de lo que se puede avanzar con mucha entrega y buena fe. Creo en ese sueño y me siento honrado de formar parte de esa familia», admite Amels.

«No ha sido sencillo. Todos somos muy apasionados con nuestra labor. Si alguno disiente de algo, enseguida va el otro a estudiar para rebatirlo o confirmarlo. El trabajo se vuelve muy rico como experiencia grupal, ya que todos pertenecemos a disciplinas distintas y es inevitable la diversidad de ángulos.

«Creo que el trabajo multidisciplinario ha sido en sí mismo muy medular. El diseño gráfico constituye una disciplina que representa un reto gigante, pues es un arte que, sin embargo, se sustenta en la ciencia, y he aquí donde el equipo en su diversidad resulta importantísimo para que lo que obtengamos sea óptimo. Gracias a esta interacción sigo aprendiendo este oficio».

—¿Por qué elegiste el camino del diseño si te formaste como artista de la plástica?

—Mira, realmente por azar cuando nos graduados de la academia, a un grupo lo destinaron a la Escuela de Instructores de Arte, porque se necesitaba personal docente; y al otro, en el cual me hallaba, para diferentes casas de cultura. Al culminar mi servicio social, encontré una propuesta de trabajo como diseñador del Grupo de Software del Pedagógico de Santiago de Cuba, lo cual me pareció muy motivador.

«Allí fueron 12 años de trabajo y de enseñanza. Luego Lía Videos acabó por redondear mi aprendizaje, porque se amplió mi campo de acción que era de corte pedagógico y tecnología para la educación, hacia el mundo publicitario y de la promoción cultural. Comencé a adentrarme en las campañas de bien público, a realizar spots para disímiles eventos. Recuerdo especialmente de esa época cuatro que realicé para el Festival del Caribe, incluyendo uno dedicado al aniversario 30 de la Casa del Caribe.

«En cuanto a lo que me preguntas de la plástica, nunca la he abandonado. De hecho, mi trabajo de diseño está colmado de grafismos y de mucha ilustración, consecuencia de lo que bien aprendí en la academia. Sin dudas, esa capacidad para ilustrar que responde a mi formación artística, ha contribuido a darle un sello a mi labor como diseñador».

—¿Por qué has decidido sumarte a Claustrofobias?

—Asumir el diseño en la promoción literaria y cultural siempre es un reto muy necesario, sobre todo en los tiempos que corren. No podemos olvidar que la cultura también entra por los ojos.

«Estoy muy contento, por ejemplo, con lo que ocurrió con el I Curso Infantil de Escritura Creativa que convocamos como parte de las propuestas de Claustrofobias para el verano. Lo realizamos en julio, encabezado por el narrador y poeta Yunier Riquenes García, el autor de libros como La llama en la boca, Los cuernos de la luna, Quién cuidará los perros..., y uno de los fundadores de Claustrofobias. Fue muy estimulante ver a los niños identificarse con los carteles, la mascota (el diseño de personaje corresponde al artista Agustín Jiménez Chacón), el spot, las clases… Eso te inspira a trabajar, a seguir.

«A nuestro equipo le interesa mantener siempre el cartel como la invitación primera a cada acción. Un cartel comunica tanto como 30 segundos en la televisión. Y desde el cartel nos hemos propuesto conquistar también al público».

—¿De qué manera trabajas los carteles? ¿Qué no debe perderse de vista a la hora de concebirlos?

—El cartel es una manera que tengo para regresar una y otra vez a mis raíces, a mi formación como artista. Dentro del diseño constituye la manifestación que mantiene un nexo más directo con las artes plásticas.

«¿Qué no se puede perder de vista? Esa es una de las cuestiones que más me ha costado a la hora de asumir el diseño gráfico. Y es que el arte es expresividad, emoción, mientras que el diseño es pura comunicación. Lo que no se puede perder es el mensaje, esa resulta su función final: comunicar, sin eso lo demás no tiene importancia. Por tanto, todo se subordina al mensaje. Mas se puede lograr un equilibrio entre arte y diseño, entre emocionar y comunicar; es posible conseguir que la imagen sea impactante, expresiva, y emita un mensaje. Es ahí donde radica el verdadero arte del diseño gráfico».

—Háblame de las ilustraciones que también realizas para los libros digitales e impresos.

—En la academia hacíamos ejercicios creativos en la clase de literatura, por ello no me pareció abstracta la propuesta de ilustrar el libro impreso y digital Las formas del amor, de Yunier Riquenes. Luego descubrí el tremendo reto que implica esa manera de arte, sobre todo porque los jueces son niños y quieren que se les maraville.

«La experiencia es seriamente enriquecedora en ambas versiones, cada una por separado con sus propios retos. Celebro en verdad el haber contribuido en ese empeño».

—Todo comienza en las páginas de un libro… ¿Cómo lograste este spot más reciente, que ya transmite la televisión cubana?

—En 2013 concebimos el primero, que también se transmitió por los canales de la televisión nacional. Ahora se actualiza el spot con otra estética y otra historia. Me fascina la animación, llevo años estudiándola y practicándola, aunque reconozco que no soy más que un atrevido. Casi todos mis spots llevan ese sello.

«La animación en 3D en los últimos años ha sido uno de mis anhelos, al ser muy costosa no solo en materia de recursos sino en tiempo de realización. Resultaba impracticable para la urgencia que exigía el trabajo promocional. De hecho, habíamos descartado dicha técnica para el proyecto, pero nunca me ha gustado matar sueños y no es política del proyecto, así que pusimos manos a la obra y ya está.

«Todo comienza en las páginas de un libro inicia con Neco, un pequeño perro que es uno de los personajes del libro Las formas del amor, de ahí se me ocurrió hacerlo en tres dimensiones. Concebimos la historia a partir de una idea base que presenté al grupo de trabajo, e hicimos el story board: un perro puede salvar a su planta porque investiga, porque busca en los libros, porque lee.

«No lo hice solo. En la dramaturgia, el montaje y la edición final estuvo la dirección de Naskicet y el asesoramiento literario de Yunier Riquenes y de Zaylen Clavería (editora). El trabajo en equipo siempre está presente. Este es el primer material realizado en 3D por Claustrofobias y de seguro no será el último, pues historias que contar no nos faltan.

«Tengo una pequeña y bien sé lo difícil que es hacer que lea. Ella es un medidor de mis creaciones. Y hay que insistir para que los niños y las niñas descubran la lectura y la disfruten. Si puedo aportar para que lean desde las ilustraciones, los spots, el cartel, y mucho más, entonces me consideraré un hombre feliz».

—¿Qué le agradeces a la AHS, si ese fuera el caso?

—Las muchas oportunidades que me ha brindado; que me haya ayudado a crecer como profesional. Es genial poder idear la imagen o el spot de un evento como la edición 25 del Taller y Concurso de la Radio Joven Antonio Lloga in memóriam; o recibir su beca El reino de este mundo, por el spot primero para la campaña Todo comienza... Siempre le agradeceré a la AHS sus puertas abiertas.

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