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Son más Duro

Más duro (Egrem, 2016) es el compacto que corona una etapa de búsquedas de la agrupación El niño y La verdad

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Cadencioso y eternamente devoto del son contemporáneo y a lo que patentizan como romanticismo de la calle, Más duro (Egrem, 2016) es el compacto que corona una etapa de búsquedas de la agrupación El niño y La verdad.

Son diez temas que fueron grabados en los estudios Abdala y deben disfrutarse, escucharse atentamente. Todas estas piezas, sin excepción, disienten de ese pensamiento chato que desconoce los valores esenciales de la música popular criolla, esa que dibuja a la gente que la baila desde los tiempos de Matamoros y Saquito.

Más duro sintetiza los tres años de existencia de la novel orquesta, la cual desde la misma pieza que da título al volumen, afianza su compromiso con el barrio, con la calle... Todo ello se percibe en las letras, casi todas escritas por su líder, el cantante Emilio Frías, quien además comparte esas funciones con Wilfredo Naranjo Jr. (director musical de La verdad), Dayron Ortega, Roberto Carlos Rodríguez (Cucurucho), Arlenys Rodríguez, Rubén Bulnes y Arian Chacón.

Hay mucha intertextualidad en estas canciones, como símbolo de reverencia de sus autores a grandes obras y compositores. Lo percibirán en frases tomadas de clásicos como Los aretes que le faltan a la luna, de José Dolores Quiñones; Medias negras, de Joaquín Sabina; y Ligia Elena, de Rubén Blades.

En cuanto a temáticas debo señalar que la más reciente placa de La verdad «hurga» en el romanticismo de la gente sencilla y con imágenes cotidianas habla de la bailadora cubana, ferviente admiradora de las agrupaciones populares, descrita en Llévame papá; o nos representa a ese amor íntimo, arropado con una orquestación que lleva mucho de balada y de son en Pa’ ti y pa’ mí.

Bien adentrada en esa cuerda está Vuelve a La Habana, una reflexión que motiva una taza de café y en la que se invita a La Habana a esa otra mitad, retenida por las distancias.

Dos miradas sobre el amor que tienen una conexión con la estética de lo mejor de la tradición autoral de la canción cubana se percibe en El perro y el sofá y Tu silueta. En la primera, los sonidos de la guitarra signan toda una reflexión sobre la ausencia del amor; mientras la segunda cuenta con un solo impecable de saxofón de César López.

Una deuda con sus seguidores viene a saldar Emilio Frías en Con Elegguá y con Orula, al interpretar nuevamente temas con una buena dosis de sincretismo, ya que uno de sus éxitos en su etapa como vocalista de la Orquesta Revé fue precisamente Agua pa’ Yemayá.

Para conceptualizar sobre sí debe ser Salsa o son, nada mejor que escucharlo en el dueto conformado por Frías y el dominicano José Alberto El Canario, quienes deciden pasar de esa dicotomía que algunos plantean sobre ambos términos y se centran en puntos comunes como la manera en que se disfrutan y el impacto que ya han causado en Latinoamérica y Europa. Como dato adicional les comento que esta pieza pudo apreciarse el pasado año en el Salón Rosado de La Tropical, cuando El Canario participó en el concierto de celebración del segundo aniversario de La verdad.

Probado en el público mucho antes de la salida del disco, La palangana retoma esa práctica de las orquestas populares de marcar una diferencia en el bailador precisamente con un tema que atrapa por su propuesta sonora y sus frases contagiosas. Es un acierto mixturar ritmos caribeños, con el jazz y la sonoridad cubana.

Y es El secreto el track que da cierre a este fonograma de La vedad. Allí se revela la intensidad de una Isla que trasciende por la fuerza de su música, su cultura y su gente. Dan color junto a la orquesta en esta rumba Isaac Delgado, Alexander Abreu, Mandy Cantero y Osaín del Monte.

Más duro lleva la huella de uno de los productores más experimentados en este tipo de música, Juan Manuel Ceruto, quien comparte esa labor con Dayron Ortega y Wilfredo Naranjo Jr. Estos dos últimos intervinieron con su creatividad en la mayoría de las orquestaciones, y sumaron a Alexander Abreu, Yosvel Bernal y al propio Ceruto.

Compacto pensado para el bailador, en él La verdad asume el reto de ser una agrupación novel defensora del son contemporáneo y que es parte de un movimiento joven en el que también figuran Maykel Blanco y Salsa Mayor, Noro y 1ra. Clase, y La Tabla, entre otros.

Todos reverencian a una sonoridad enriquecida por la belleza de la sabiduría popular y que, como bien señaló a JR Emilio Frías, su generación cultiva «con mucho respeto. Asumirla no es fácil y menos cuando hay tanta historia, pero estamos claros de lo que queremos. Creo que estamos en el camino correcto».

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