Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El milagro de las piedras

Este libro titulado Conversación con las piedras, de Luis Hernández Serrano, resulta un milagro duplicado. Primeramente, porque lo componen 84 décimas monotemáticas. Y luego convierte a las piedras en interlocutoras del poeta

Autor:

Luis Sexto

La décima es un milagro, respondió Carilda Oliver Labra a una pregunta mía en 1987. Y este libro titulado Conversación con las piedras, de Luis Hernández Serrano (1943), resulta un milagro duplicado. Primeramente, porque lo componen 84 décimas monotemáticas. Y luego convierte a las piedras en interlocutoras del poeta.

Hablar con las piedras en este decimario no implica hablar con la pared. La pared sugiere la frase sorda o muda. Y aquellas cooperan con el poeta en una conversación que, aunque parezca provenir de un solo lado, integra un diálogo en ese propósito de esclarecer a las piedras en imbricación sonora con la realidad.

En este decimario (Ediciones Montecallado, 2015), Hernández Serrano se hermana al sedimento endurecido que se humaniza cuando las piedras apretadas/ hacen perfecto el camino. Duras las piedras, sí. Pero el poeta las atrae para compartir la casa, desandar la ruta y coadyuvar a empedrar el canto. Canto de gratitud que al avanzar convierte la expresión versificada en voz de diamantina heredad, manifestación de alianza entonada con sonidos de gratitud. Porque la piedra es techo,/ alcoba, cierto derecho/ del hombre…

Conversación con las piedras conquistó el premio Francisco Riverón Hernández en 2014. En la crónica introductoria, el poeta Roberto Manzano atribuye a este decimario una «coralidad de carácter védico». Compartiendo la apreciación de Manzano, me parece incluso que estas décimas muestran también cierta tangencia con la mística del fraile mendigo que amansó al lobo, cuya escena Rubén Darío elevó al altar del poema.

Apenas pesan. Por ello, estas décimas parecen despegar definiendo a las piedras como lección de humildad. Se quiebran, se rinden, rellenan vacíos, acercan las distancias… Y, de súbito, el milagro, sobrevolando en el denso y a la vez ligero aire de este libro.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.