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Presentan texto sobre la Constitución de Guáimaro

El volumen incluye estudios sobre temas nunca antes investigados, como la música cubana que estuvo asociada al hecho histórico, el único cuadro dedicado a la Asamblea de Guáimaro y la repercusión del suceso en otras zonas del país y en la prensa norteamericana de la época 

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.- El texto Cuando la Luz del mundo crece. Sesquicentenario de la Asamblea de Guáimaro (1869-2019), fue presentado por primera vez en esta ciudad, ante la presencia de investigadores, historiadores, intelectuales, ensayistas, periodistas, juristas, historiadores de arte y estudiantes agramontinos, en homenaje permanente a la proclamación, hace 150 años, de la primera Carta Magna cubana, el 10 de abril de 1869, en Guáimaro.

Con prólogo del excelso intelectual cubano Eusebio Leal Spengler, el libro constituye el primero de su tipo que refleja en profundidad la creación, firma y desarrollo de la primera Carta Magna cubana, así como su impacto antes, durante y luego del hecho histórico, en la prensa de la época, más allá de nuestras fronteras, y en las artes.   

En el Centro de Convenciones Santa Cecilia la máster en Ciencia Irma Horta Mesa, directora de El Lugareño, sello editorial de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey (OHCC), responsable de publicar Cuando la luz del mundo crece, presentó, junto a su compilador Luis Álvarez Álvarez, premio nacional de Literatura y de Investigaciones Culturales, la acuciosa obra, la cual se nutre de plumas y visiones contemporáneas, y críticas controversiales del trascendental acontecimiento histórico que rigió los destinos de la Patria en su lucha por su libertad. 

Horta Mesa subrayó que el aporte de los 35 autores y voces participantes permite una mirada profunda y multidisciplinaria hacia el Camagüey, Oriente, la antigua provincia de Las villas y La Habana, «esencialmente en un antes y después del 10 de abril de 1869».

Insistió la especialista en que el texto se destaca por el valor y la vigencia de la unidad que engendró el hecho constitucional, reflejado en sus páginas. «Hoy en pleno siglo XXI en el sesquicentenario de la Constitución de Guáimaro, los cubanos acabamos de aprobar, -el pasado abril-, por mayoría abrumadora, la nueva Carta Magna que regirá los destinos de la nación con el espíritu de continuidad y unidad hacia la construcción del socialismo, única vía posible de mantener la independencia de nuestro país, tal como se lo propusieron los mambises, por una sola Revolución desde Céspedes a Fidel. Este libro -afirmó-,  viene a asegurar que sin la unidad como principio sería imposible mantener la libertad».

El líder de este proyecto histórico-literario, Luis Álvarez Álvarez, quien ha publicado más de 50 libros sobre crítica literaria, teoría de la investigación y cultura cubana, aseveró que no fue casual que la crónica escrita por José Martí, El 10 de abril,  «la más bella de todas las que creó, al estar convencido de su importancia, la publicara dos veces. En ella se enfatiza como tema recurrente la voluntad popular, la integración del país en la lucha por la libertad: "A fuera, en el gentío, le caían a uno las lágrimas: otro, apretaba la mano a su compañero: otro oró con fervor. Apiñadas las cabezas ansiosas, las cabezas de hacendados y de abogados y de coroneles, las cabezas quemadas del campo y las rubias de la universidad, vieron salir, a la alegría del pueblo, los que de una aventura de gloria entraban en el decoro y obligación de la república…."».

Explicó el experto que precisamente la primera Constitución cubana bajo armas por la libertad tuvo su consulta popular y que, aunque Ana Betancourt jamás se paró en público, como explica la investigadora Olga García Yero, en su artículo La mujer camagüeyana ante la asamblea constituyente de 1869, pudo leerse por El Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz su petición a la Cámara acerca de los derechos de que, en justicia, eran acreedoras las mujeres cubanas, los cuales no fueron reconocidos por los delegados a la Asamblea Constituyente.

Significó que el libro tiene como mérito la integración de disímiles criterios sobre el suceso de estudiosos de Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, Villa Clara, La Habana, y Camagüey. «Era imposible crearlo desde una mirada solo agramontina, porque una nación se funda y consolida desde la pluralidad, que entraña esa construcción necesaria y entre todos. El libro tiene como esencia mirar a Cuba con visión de país y pensamiento amplio».

Álvarez reconoció además el aporte historiográfico realizado por  la investigadora Elda Cento Gómez —fallecida el pasado 28 de octubre-, quien en su artículo Los misterios de Guáimaro, responde con sabiduría: «Qué hizo a un modestísimo y casi desconocido poblado rural, Guáimaro, alcanzar tal importancia anta la historia».

José Rodríguez Barreras, director de la OHCC, dijo a JR que el libro, de amplia demanda, no solo fue entregado a los diputados en la capital, en abril pasado, sino que tuvo una presentación en la sala Villena de la Uneac, posteriormente en Guáimaro, y ahora en la ciudad agramontina, y se presentará luego en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, y por la celebración del aniversario 500 de La Habana, como «un regalo que se le hará a la capital de todos los cubanos en su medio milenio».  

 

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