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Premio Nacional de Música 2019. Autor: Tomada de La Jiribilla Publicado: 23/12/2019 | 09:34 pm
El domingo último, el maestro Joaquín Betancourt, violinista, profesor, compositor y director de orquesta, recibió el Premio Nacional de Música 2019, en el Teatro Nacional de Cuba. La entrega estuvo a cargo de Alpidio Alonso, ministro de Cultura; Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música, y Marta Bonet, vicepresidenta primera de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
La ceremonia tuvo lugar en el gran concierto que la Orquesta Nacional de Cuba, bajo la batuta de su director Enrique Pérez Mesa, ofreció en la Sala Avellaneda del Teatro, a propósito de su aniversario 60, con la participación de invitados como la Maestra Niurka González (flautista) y el trovador Silvio Rodríguez.
En el contexto del mismo se reconoció la extraordinaria labor de Betancourt, quien, al igual que el maestro Idelfonso Acosta (galardonado también con este premio en la actual edición), irradia más que sonido, maestría, pasión por el arte y su Isla. Betancourt sobresale por llevar la música popular bailable al formato sinfónico.
El programa del concierto incluyó piezas como Pequeña serenata diurna, Jugábamos a Dios, La era está pariendo un corazón, El necio y Ángel para un final, de Silvio Rodríguez, con arreglos de Jorge Aragón.
La Orquesta Sinfónica Nacional ejecutó Concierto de otoño para flauta y orquesta de cuerdas, de Joaquín Clerch (Cuba); Suite El Sombrero de Tres Picos, del español Manuel de Falla; Danzón, de la autoría de Alejandro García Caturla (Cuba); y Guaguancó, del Maestro Guido López-Gavilán (Cuba).
Para este lunes 23 de diciembre, a las 5:00 p.m., en el Teatro Sauto de Matanzas, estaba previsto replicar el concierto ofrecido en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba, teniendo como invitados a Los Muñequitos de Matanzas. En esta ocasión, recibirá el premio el maestro Idelfonso Acosta, guitarrista, concertista, profesor y compositor, por realizar importantes aportes a la instrucción de este instrumento y por haber mantenido, al igual que Betancourt, un trabajo prolífico y logrado impactar en el acontecer cultural cubano. Ambos han trascendido por su labor polifacética y marcado una huella en las nuevas generaciones.
