Malena no espera a la inspiración

MATANZAS.— A la literatura de fantasía y ciencia ficción muchos las consideran como un género menor. Siempre se asocia a quienes la cultivan como científicos, físicos, informáticos o matemáticos, sin saber que esta modalidad vive también del talento imaginativo de soñadores, gracias a los cuales los caminos de esta manifestación dejan de ser angostos y ganan siempre nuevos lectores.

La joven abogada Malena Salazar Maciá es una muestra de que ficcionar en las letras no está casado con la profesión que se ejerce, sino con el interés que se cultiva. Graduada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso en 2008, ya ha ganado numerosos reconocimientos y premios.

Con varios títulos publicados y otros en proceso de edición, la joven Malena se ubica entre las escritoras preferidas de los amantes de este género. Sus textos han visto la luz en revistas tanto nacionales como extranjeras, como La Jiribilla, El Caimán Barbudo, Papeles de la Mancuspia, MiNatura, Clarkesworld, The Future Fire… Varios de sus libros han sido traducidos al alemán, inglés, croata y japonés.

Según cuenta a JR, en su tiempo libre suele leer mucho, jugar videojuegos y conversar con amigos: «De mi niñez tengo varios recuerdos preciados, pero creo que los que guardo con mayor cariño son aquellos donde están involucrados los libros.

«Mi abuelo siempre se preocupó porque tuviera algo para leer, así que en cada feria del libro, que coincidía con mi cumpleaños, él se encargaba de regalarme un libro y responder a mis dudas cada vez que me interesaba por algún concepto o idea».

«Para mí resultaba fascinante leer algo nuevo, o releer, y luego escribir historias cortas basadas en lo que leí o producto de mi imaginación, que siempre estaba inquieta».

«Tengo especial cariño a los libros infantiles: El Cochero Azul, de Dora Alonso; La Noche, de Excilia Saldaña; Escuelita de los horrores, de Enrique Pérez Díaz, entre otros. En mi adolescencia descubrí Harry Potter, de J.K.Rowling; La saga de Geralt de Rivia, de Andrzej Sapkowski; El Señor del Tiempo, de Lousie Cooper; Dune, de Frank Herbert y Serpiente del Sueño, de Vonda N. McIntyre entre otros muchos, más todos los títulos que me faltan por leer».

«Escribía y escribo en cualquier momento disponible, a cualquier hora. Tampoco me preocupo por el lugar. Normalmente, suelo aprovechar los espacios donde debo esperar por algo. Siempre llevo conmigo una agenda donde apunto algunas ideas, pero también la uso para escribir cuentos o fragmentos de capítulos de alguna novela que esté desarrollando y me resulte urgente avanzar. Por fortuna, poseo un profundo poder de abstracción de la realidad para poder concentrarme en la escritura cuando lo necesito».

«Pienso que todo artista desea dejar una impronta. En mi caso, no considero que ahora mismo sea capaz de romper esquemas en la literatura porque eso requeriría una mayor experiencia, tanto práctica como teórica, y apenas comienzo a entrar en este mundo. Pero me siento feliz con que mis textos muevan algunos mecanismos en los lectores, que los invite a reflexionar o, simplemente, disfrutar la lectura».

«Prefiero la literatura de fantasía y ciencia ficción debido a la libertad creativa que ofrece. Fue la que me abrió las puertas al mundo de la literatura; de ella nací y con ella transito por el camino siempre cambiante y con obstáculos del arte. Leo otros géneros literarios me gustan, pero pienso que siempre seré escritora de fantasía y ciencia ficción».

—¿Por qué incursionas primero en la novela, sin antes dedicarte al cuento?

—Desde niña me gustaron las historias largas, donde tenía la oportunidad de conocer mejor a los personajes, saber más del mundo que me presentaban. Una de los consejos que se le ofrecen a un escritor novel es que escriba sobre lo que conozca, y de cierta forma lo que mejor conocía era la novela. Eso me impulsó a intentar emular esos universos que tanto me llamaban la atención. Encuentro más difícil escribir un cuento que una novela, de ahí mi admiración a aquellos autores que incursionan con éxito en ese género.

—¿Qué significa el Premio Aldabón para tu carrera?

—Cada premio aporta mayor experiencia en el desarrollo literario. Siempre intento superarme en cada historia, aprender de los errores, corregirlos, escribir mejor la próxima vez. El premio Aldabón 2020 consolida mi responsabilidad hacia mi literatura y hacia los lectores.

—¿Qué le diría Malena a los lectores que piensan que la literatura de fantasía y ciencia ficción son fáciles de escribir?

—Ningún género literario es fácil de escribir. Todos tienen reglas y características que deben cumplirse para que la historia quede con calidad, que resulte creíble y el lector pueda apropiarse de ella.

«En el caso de la ciencia ficción y la fantasía, es determinante que se cumpla la verosimilitud (credibilidad, congruencia) y que se logre el pacto ficcional (acuerdo tácito entre el escritor y el lector). Nada se logra al primer intento, ni al segundo, ni al tercero. Nace a través de constante prueba y error, lectura, estudio, e investigaciones, nace a través de la perseverancia y la disciplina».

—¿Qué es lo que te inspira para crear?

—No espero a la inspiración. Escribo porque forma parte de mí, porque necesito hacerlo. Mi mente está en constante proceso creativo. Infinidad de ideas aparecen, la mayoría se desarrollan bien hasta un punto determinado y son estas las que suelo convertir en novelas o cuentos.

—¿Prefieres la verdad, por dura que sea?

—Las mentiras no conducen a ningún lugar. A veces crean un falso halo de seguridad de que se va por buen camino, hasta que ocurre un hecho que destruye esa imagen y resulta demoledor enfrentar la realidad.

«La verdad, en cambio, ofrece en tiempo real un espejo en el que puedes señalar con facilidad aciertos y desaciertos. Te ofrece la oportunidad de conocer de forma inmediata cuáles son los errores y cómo corregirlos. Así que, sí, la verdad por encima de todo, por más dura que sea».

—¿Cómo valoras el trabajo de la AHS de frente a los jóvenes valores de la creación?

—La AHS brinda a los jóvenes artistas y escritores la oportunidad de desarrollar su arte a través de actividades que coordina a lo largo y ancho del país. Acerca también a la población al quehacer joven. Además de la promoción, demuestra que el arte joven permanece, y permanecerá, a la vanguardia; muestra la importancia del intercambio cultural, y la interrelación existente en todas las manifestaciones artísticas».

Malena Salazar Maciá

Ha obtenido numerosos reconocimientos, como el Premio David 2015 de Ciencia Ficción (convocado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, Uneac), el Premio Calendario 2017 en la misma categoría (de la AHS); el de novela HYDRA 2019, de la revista Juventud Técnica (Editorial Abril, 2019), y el Luis Rogelio Nogueras 2019 en la categoría de literatura infantil, este último otorgado por el Instituto provincial del Libro de La Habana.

También ganó los premios La Edad de Oro 2019 en la categoría de novela de ciencia ficción (Editorial Gente Nueva), y el Regino E. Boti 2020, en la categoría de literatura infantil, auspiciado por el Centro Provincial del Libro de Guantánamo y la AHS.

Ha publicado la novela de ciencia ficción Nade (Ediciones Unión, 2016, y Editorial Guantanamera, España, 2016) y la cuentinovela Las peregrinaciones de los dioses (Editora Abril, 2018). Igualmente han aparecido sus cuentos en las antologías Quimera Vespertina (Editorial Camino, 2015); Órbita Juracán (Editorial Voces de Hoy, USA, 2016); Los Mil y un Zombies, cuentos cubanos sobre monstruos (Editorial Ácana, 2016); La poesía de la vida (Alemania, 2016), Republika (Croacia, 2018); Ecos de la Tundra (Ediciones Islas de Papel y Tinta, España, 2019); Lo sintético (HAL 9000, USA); Sci-Fire (Japón, 2019), y The Best of World SF (Ediciones Head of Zeus, UK, a publicarse en 2021).

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