En Chicago, CareerBuilder, un sitio web laboral, hace una encuesta anual entre trabajadores y administradores para elegir las más extrañas excusas dadas para no acudir al trabajo. Entre las de este año destacaron haber quemado el uniforme cuando intentaron secarlo en un microwave y abordar un avión accidentalmente, o la dama que se torció un tobillo cuando cayó de la taza del inodoro donde se había quedado dormida, compitiendo con el caradura que adujo que no había ido a trabajar el lunes porque todavía le quedaba dinero para jugar tras un fin de semana en el casino. De que los hay, los hay.