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Eimey Gómez ocupó el puesto 44 en Mundial de espada femenina

De los varones el que más lejos llegó fue Camilo Boris, quien ocupó el sitio 45 del certamen del orbe que se desarrolla en la ciudad italiana de Turín

Autor:

Juventud Rebelde

El "espadachín" chino Lei Wang celebra su triunfo Fotos: AP

Aunque quería —y quizá podía— llegar más lejos, la capitalina Eimey Gómez ocupó este martes el puesto 44 en el concurso individual de la espada femenina, y así encabezó a las mosqueteras latinoamericanas durante la cuarta jornada del Campeonato Mundial de Esgrima que se desarrolla en la ciudad italiana de Turín.

Eimey, quien regresó a las competencias este año después de traer al mundo a su pequeño Joseíto, inició su periplo en Turín venciendo 15-8 a la griega Dimitra Magkanoudaki, pero luego perdió 10-15 ante la china Xiaojuan Lou y ello la apartó definitivamente de la ruta hacia los primeros puestos.

No obstante, a juzgar por los numeritos, la muchacha de 32 años —¿cayó usted en la trampa del título?— mostró destellos de su mejor esgrima, esa que la empinó hasta la cima en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 y que estuvo a punto de «salvarla» en el torneo olímpico de Atenas 2004, donde perdió en un asalto muy cerrado con la reconocida francesa Laura Flessel-Colovic, entonces la primera figura del mundo.

De manera que Eimey puede sentirse satisfecha con sus resultados en esta temporada de reencuentro con las armas, porque ha ido de menos a más. Su primera competencia fue la III Olimpiada del Deporte Cubano, donde compitió lesionada y fue a parar al sexto escaño. Luego vino el fortísimo Grand Prix Espadas Doradas, en La Habana, donde ancló en el lugar 32 y contribuyó al excelente quinto puesto logrado por el equipo cubano. Y más tarde llegaron los XX Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena de Indias, en los que ganó la medalla de bronce individual (cayó en semifinales ante su compatriota Suleidys Ortiz, a la postre campeona) e hizo su aporte al oro por colectivos.

Sin embargo, la esgrima cubana sí tiene que mirarse por dentro. A saber, asistimos a este mundial solo con los espadistas, pues eran los de mayores posibilidades entre las tres armas. Antes de partir, los entrenadores se mostraron esperanzados... Pero ellos no pueden hacer otra cosa, pues si se dejan mellar por la falta de topes o las dificultades para entrenar, entonces se los comería la desazón. Y el resultado vuelve a ser discreto, porque en este deporte los «milagros» pueden contarse con los dedos de una mano.

En cifras, para ilustrar nuestro análisis, detrás de Eimey se ubicó Suleidis en el puesto 58 y más rezagadas quedaron Yamilka Rodríguez (74) y Miraida García (126), entre 131 competidoras. Y los varones anduvieron por el estilo, pues el que más lejos llegó fue Camilo Boris, quien ocupó el sitio 45. Andrés Carrillo (59), Guillermo Madrigal (77) y Noel Benítez (122) se asentaron en la retaguardia.

LOS CAMPEONES

La húngara Timea Nagy se consagró en la prueba de espada. En definitiva, la húngara Timea Nagy se consagró en la prueba de espada, al derrotar 15-11 en la final a Irina Embrich, de Estonia. Otra magyar, Emese Zsasz, y la francesa Laura Flessel Colovic, se llevaron los bronces. Entre los hombres ganó el chino Lei Wang, escoltado por el portugués Joaquín Videira (plata). El canadiense Igor Tikhomirov y el estonio Sven Jarve (bronces) completaron el podio.

En florete para damas triunfó la italiana Margherita Granbassi, quien destronó en la final a su compatriota Valentina Vezzali, que había ganado todos los títulos olímpicos y mundiales desde 1999, con excepción del 2002 en Lisboa. Otra bambina, Giovanna Trillini (campeona del mundo en 1991 y 1997, y monarca olímpica en 1992), se llevó un bronce. El otro fue para la húngara Aida Mohamed.

Mientras, el alemán Peter Joppich fue el mejor en el concurso masculino. Los italianos Andrea Baldini (plata) y Stefano Barrera (bronce), además del chino Sheng Lei (bronce) acapararon las demás preseas.

Y en sable, las muchachas de Estados Unidos hicieron lo que las italianas en florete, el uno-dos-tres. Rebeca Ward fue oro, Mariel Zagunis, plata, y Sada Jacobson compartió el bronce con la sudcoreana Hye Lim Kim. Entre los hombres volvió a sentar cátedra el ruso Stanislav Pozdniakov, monarca del orbe anteriormente en 1996, 1997, 2001 y 2002, además de campeón olímpico en Atlanta 96. Pozdniakov quebró el sueño del húngaro Zsolt Nemcsik (plata), quien lideraba la clasificación mundial este año y esperaba darle a Hungría un título que no gana desde 1995. El sudcoreano Won Woo Young y otro ruso, Alexei Frossine, fueron terceros.

Hoy será día de descanso y mañana continuará el torneo con las competencias por equipos de florete femenino y espada masculina. En esta última volverán a la duela los cubanos.

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