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La derrota contra Guadalupe ha complicado las aspiraciones de Cuba. Peor no pudo ser el debut de la selección cubana de fútbol en la fase final de la Copa del Caribe. Y es que la inesperada derrota frente a Guadalupe (2-1), en el estadio Manny Ramjohn, de Marabella, ha complicado nuestras aspiraciones para asistir a la Copa de Oro Estados Unidos 2007.
Contra los guadalupeños, la tropa del técnico Raúl González Triana fue un mar de errores, desde desatenciones defensivas de toda índole hasta ideas inocentes en el ordenamiento táctico.
El equipo se paró muy mal sobre la cancha, como hacía tiempo no se veía. Los volantes perdieron frente a sus rivales en la recuperación y entrega eficiente de balones, así como en la vital función de «enganchar» con los delanteros.
Pero hay más. La mala recepción de la esférica fue una constante, en tanto Léster Moré, cual «llanero solitario» en el ataque —se jugó con un solo delantero nato—, poco pudo mostrar ante la insuficiente o casi nula llegada de balones.
¿Cuál es la secuela de este descalabro? La urgencia de vencer hoy a la selección de San Vicente y las Granadinas, y repetir el jueves frente a Guyana.
En la jornada inicial, los granadinos le rompieron el invicto a los guyaneses con marcador de dos goles por cero, uno de los cuales fue convertido por el ariete Shandel Samuel, máximo artillero del certamen (10).
Pero no se sorprenda, pues San Vicente no es un improvisado. En la primera fase venció 2-1 al mismísimo cuadro de Jamaica, uno de los más potentes del área de CONCACAF, mundialista de Francia ’98 y monarca exponente de esta Copa del Caribe (derrotó a Cuba 1-0 en la final del 2005).
Todas estas rúbricas lo «pintan» como un peligroso rival, ante el cual Cuba debe imponer el diseño de juego que le ha posibilitado ocupar el lugar 46 del ranking mundial. Por demás, los granadinos se incluyen en la lista de seis naciones caribeñas que han asistido a la Copa de Oro.
