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RÍO DE JANEIRO.— Este viernes amaneció gris en la «Ciudad Maravillosa», con un frente frío amenazando con perturbarnos todo el día. Sin embargo, los periodistas cubanos sabíamos que sería una jornada luminosa para la delegación de la mayor de las Antillas en los XV Juegos Panamericanos.
Y vaya si lo fue. Pero entre todas las alegrías, la más inesperada fue la brillante actuación de los arqueros Adrián Puentes y Juan Carlos Stevens, quienes se llevaron las medallas de oro y plata, en una actuación sin precedentes en la historia de las citas continentales.
Armados por primera vez en mucho tiempo con un equipamiento de alto nivel, los muchachos salieron a «batirse» desde el inicio y consiguieron colarse los dos en la final, algo que solo había logrado antes Estados Unidos. Ya en el duelo decisivo, Adrián se llevó el título «por una nariz» sobre su compañero (112-111), como si no se tratara de un joven de 19 años frente a un veterano de mil batallas.
Este es el primer cetro de Cuba en Juegos Panamericanos, pues anteriormente Estados Unidos había ganado 24 veces y Canadá dos. Esta vez, los norteños tuvieron que conformarse con el bronce de Vic Wunderle, uno de los favoritos antes de comenzar los flechazos.
En fin, que «en la vida no hay nada más cierto que un día detrás de otro», y después de su pálida demostración en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del pasado año (dos títulos de 28 posibles), los arqueros cubanos ya han dado vuelta a la página. Y ojo, porque la motivación hace milagros, así que mucha guerra pueden dar todavía.
