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Eduardo «Angola» Morales, el mejor jugador cubano de fútsal en 2007. Foto: Roberto Suárez Eduardo «Angola» Morales es un joven futbolista oriundo del municipio matancero de Calimete. Hace unos años, integró las filas de la preselección nacional para las eliminatorias de CONCACAF de cara a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Pero su equipo no avanzó y él se decidió definitivamente por el fútsal, modalidad en la cual fue el mejor atleta de 2007.
—¿Qué diferencia aprecias entre ambas disciplinas?
—En el fútbol tradicional impera el físico y la mayor resistencia del atleta. El fútsal, en cambio, es más técnico y dinámico. Predominan los cambios de ritmo y hay más contacto con el balón. Además, se requiere de mayor rapidez.
—En septiembre iniciaste con Matanzas el torneo nacional de fútbol-11 y marcaste varios goles. Luego te fuiste. ¿Por qué?
—Yo utilizo esta especialidad para no perder la forma física y ya llevaba casi un mes sin jugar tras el regreso de los Juegos Panamericanos. Pero la sala me apasiona más.
—Sin embargo, los yumurinos sintieron tu ausencia, pues «se perdieron» los goles.
—El equipo no solo sufrió mi abandono forzoso, sino también la ausencia por lesión del delantero Yordanis Thielves. Pero se mantuvieron peleando, el ánimo nunca decayó.
—¿Por qué juegas como ala-pivot?
—Porque soy más ofensivo que defensivo y sé regatear frente a los defensores rivales. Quien desempeñe esta función, debe tener muy buena visión del juego, conocer dónde están los restantes jugadores. Llevo tres años consecutivos como líder goleador del campeonato nacional de fútbol-sala y fui quien más perforaciones logró en la gira del equipo por Alemania.
—¿Y ese mote de «Angola»?
—En mi barrio había un hombre que estuvo en la gloriosa misión internacionalista en la República Popular de Angola. Yo era pequeño y él me veía correr muy veloz. Un día dijo: «ese niño corre más que un angolanito». Desde entonces, todos me llaman «Angola»... y no me disgusta.
—¿A qué jugador admiras en el fútsal cubano e internacional?
—En Cuba simpatizo con el ala-cierre Yampier Rodríguez, que siempre se ubica muy bien en la cancha. Entre los extranjeros, el mejor es el brasileño Falcao, a quien pude enfrentar en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007. Muy hábil y seguro en su accionar. Aprendí mucho de él.
—¿Insatisfacciones?
—Pienso que debí tener más tiempo sobre la cancha en los Panamericanos, pues me encontraba en excelente forma deportiva. Las veces en que fui utilizado como jugador de cambio, lo hice bien.
