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BEIJING.- Con sangre fría, como cuando se paraba en el home en momentos difíciles, Antonio Pacheco sortea los vaivenes del torneo olímpico de béisbol. El timonel del buque cubano siempre responde las preguntas, por «picantes» que sean.
«Es posible que Olivera se mantenga en primera base. Cuando un equipo pierde debe hacer cambios. También es posible que Yulieski siga en el sexto turno al bate y Michel en el tercero, pero no está decidido», dijo a la prensa después del amplísimo triunfo sobre China en el último partido de la etapa clasificatoria.
En el choque de marras, Frederich Cepeda apareció como cuarto hombre en la alineación y Alexei Bell fue quinto. Además, «soltaron el brazo» varios lanzadores: Elier Sánchez, Jonder Martínez, Adiel Palma y Miguel Lahera, por ese orden.
Pacheco admitió que el compromiso contra los chinos sirvió para calmar la ansiedad y levantar el ánimo en vísperas de la semifinal. «No es que estuviéramos preocupados, pues el equipo se ha preparado muy bien, pero de todas formas nos ayuda. Tuvimos que enfrentar a los rivales más fuertes al inicio, excepto Sudcorea, y salimos ilesos. Llegamos a jugar dos veces en menos de 24 horas (por la noche y al otro día en la mañana), y los muchachos respondieron», explicó.
En el momento de nuestra charla no se había definido el contrincante de los cubanos en la semifinal, pero Pacheco le restó importancia al asunto. «Japón y Estados Unidos son equipos fuertes, cualquiera de los dos garantiza un gran espectáculo. Solo sé que debemos cruzar esa valla y lo haremos», concluyó.
En definitiva, el rival de Cuba será Estados Unidos, que venció 4-2 a Japón en 11 entradas. Jugaron con todo, sin especulaciones. Así, las semifinales serán exquisitas: por un lado el clásico de América y por el otro el de Asia. Mejor imposible.
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