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Una joven campeona de ajedrez

Anabel Sánchez Loyola, una muchacha de pocas palabras que se caracteriza por hacer un juego posicional, se coronó en la zona central del país en la categoría de 15-16 años

Autor:

Juventud Rebelde

Ciego de Ávila.— Es menuda y habla poco. Durante las premiaciones, cuando le pusieron la medalla de oro por su actuación en el primer tablero, Anabel Sánchez Loyola permaneció impasible.

No hubo lágrimas, gestos, abrazos o saludos. Ni siquiera porque acababa de convertirse en la mejor ajedrecista de la zona central del país en la categoría 15-16 años.

Tal parecía como si Anabel aún permaneciera ante el tablero analizando sus opciones. «Ella se caracteriza por hacer un juego posicional», explica René Espinosa Reyes, su entrenador desde hace cinco años. «En ajedrez esto significa hacer una combinación de maniobras, desarrollar un estilo más organizado, ir preparando poco a poco el ataque final. Eso es muy coherente con su personalidad. Ella es así».

Esta muchacha tiene 15 años y cursa el décimo grado en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Marina Samuel Noble, de Ciego de Ávila. Es muy disciplinada y estudiosa, dos virtudes que ayudan mucho en el ajedrez. En su casa repasa las jugadas de muchos Grandes Maestros, sobre todo las de su ídolo: el indio Viswanathan Anand.

«Él hace un juego posicional, como el que a mí me gusta. Todavía tengo que aprender mucho. Debo perfeccionar las aperturas», confiesa Anabel.

—¿Te pones muy nerviosa al comenzar?

—Sí, es uno de mis problemas

—No lo parece. ¿Cómo te concentras?

—(Encoge los hombros) No lo sé. Solo me dedico al juego. Lo demás no importa.

Espinosa recuerda cómo la descubrió. Fue en la escuela Carlos Fonseca Amador. Enseguida notó la imaginación al concebir una jugada, el instinto para organizar la ofensiva, y la persistencia por no dejarse derrotar.

«No puedo explicar por qué me gusta el ajedrez, es la gran verdad. Solo sé que lo disfruto. Me siento bien. Juego mucho con un tío y mi papá, pero la primera que lo tomó en serio de mi familia fui yo», reconoce Anabel.

En estos Juegos ella se enfrentó a cinco competidoras y terminó invicta, con tres victorias y dos tablas. La villaclareña Niuris Martín le resultó más difícil.

«Sentí mucha tensión. Ella había ganado la medalla de oro en los Juegos anteriores. Empezó ganando, yo estaba nerviosa. Esperaba un error de su parte y no aparecía. Al final, Niuris hizo un movimiento y me quedé fría. Si avanzaba, podía eliminarme la dama y yo quedaría sin opciones. Me quedé tranquila, pensé que iba a lanzarse y veo que hace otra jugada.

«Ella también estaba nerviosa y se apuró. Ese fue su primer fallo. Volví a concentrarme en el tablero. Tenía que atacar. Revisé la alineación de las piezas y noté algo. Niury había ubicado de una forma incorrecta sus peones en el final de piezas menores. Era la última parte del juego y no se había dado cuenta. Ese fue su segundo error. También fue el último».

El ajedrez de los Juegos Escolares se dividió en tres zonas geográficas (occidental, central y oriental) y quizá en septiembre se enfrenten los monarcas de cada segmento para definir el titular nacional absoluto. Entonces Anabel tendrá otro reto por delante.

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