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Lo que deja este año al béisbol cubano

Aunque no se alcanzó el primer lugar en la Copa Mundial y no se subió al podio en el II Clásico durante el 2009, la presente serie nacional ha demostrado tener jugadores para conformar un buen equipo Cuba que pueda recuperar el terreno perdido en los eventos internacionales

Autor:

Juventud Rebelde

Ya se va el 2009 y el béisbol cubano puede por fin darse un respiro y mirar hacia adelante. Hagámoslo entonces como nos sugirió Juan Almeida Bosque en aquella canción inolvidable, cuyos versos decían: «Dame un traguito ahora...». Así, de paso, le rendimos tributo de nuevo al eterno comandante.

Los más escépticos enseguida se preguntarán por qué brindamos, si en 2009 no ganamos ningún título importante. En cambio, sufrimos la decepción del II Clásico y todavía sangra la herida de la Copa Mundial celebrada en Europa.

Pero confiemos en que el próximo año será mejor. El optimismo abre muchas puertas y en el deporte siempre ayuda tener una mentalidad ganadora. Claro, más importante todavía es afincar bien los pies sobre la tierra.

La presente Serie Nacional anda subida de sal, en buena medida gracias al aporte del equipo guantanamero. Con un impresionante rendimiento en esta primera mitad, los «indios» del Guaso han salvado el campeonato hasta la fecha. Tanto, que ya casi nadie pone en duda su clasificación para los play off y todo el mundo quiere ver hasta dónde pueden llegar.

También ha lucido Sancti Spíritus, pero la actuación de los «gallos» no sorprende a nadie. En todo caso, impresiona el tremendo paso de Yulieski Gourriel, cuya emulación con el granmense Alfredo Despaigne y el santiaguero Alexei Bell ha coloreado mucho el torneo.

Individualmente, junto a casi todos los titulares de Guantánamo y su lanzador Yunier Colón, sobresalen también otras figuras poco conocidas como el inicialista camagüeyano Dary Bartolomé o el jardinero tunero Jorge Jhonson.

En general, hay «material» en todas las posiciones para armar un potente team Cuba de cara a los principales compromisos del próximo año. Solo falta ser creativos y emprendedores a la hora de seleccionar a los jugadores.

Sin embargo, algunas cosas dan la sensación de que a veces no tenemos las ideas claras. Por ejemplo, la «moda» de tocar la pelota para adelantar a los corredores en un primer o segundo inning.

Sinceramente, así me parece estar viendo el béisbol asiático de años atrás, cuando todavía ellos no tenían la fuerza que poseen ahora.

Para que usted saque sus propias conclusiones, le cuento que durante la última temporada de Grandes Ligas hubo una media de 0,22 sacrificios por juego en la Liga Americana. Mientras, en la Liga Nacional, donde el pitcher batea, el promedio fue de 0,47 por partido.

Ahora bien, seguramente usted se asombrará aún más con esta estadística que nos facilitó el estudioso Ismael Sene: en el béisbol japonés la media fue de 0,79 toques por juego. En cambio, el promedio de nuestra Serie Nacional es de casi dos veces por partido, a pesar de que el average colectivo supera en 30 puntos al de la liga nipona.

Además, las contradicciones en el manejo del pitcheo nos ponen en evidencia. Sigo sin entender por qué el cerrador del último equipo Cuba se utiliza de repente como abridor.

Pero este no es el único caso. El pasado sábado, para no ir demasiado lejos, el holguinero Pablo Millán Fernández inició su primer partido, después de 17 relevos. Hasta ese momento, el muchacho acumulaba cinco victorias y una derrota, con seis juegos salvados.

Se trata de jóvenes con mucho futuro y aunque la fortaleza de sus brazos les permita asumir cualquier rol en este momento, pueden lesionarse con tanto «lleva y trae».

En fin, solo pido más planificación y menos improvisación. Poco a poco nos iremos recuperando de la ausencia de varios peloteros, pero los errores tácticos pueden tener mayores consecuencias.

Viene un nuevo año y el béisbol cubano tiene ante sí grandes desafíos. Urge volver a ganar medallas de oro, pero lo más importante es jugar bien a la pelota. Brindemos por ello, ahora que hay calma en todos los estadios.

A continuación, les presentamos a los primeros hombres en varios departamentos ofensivos. Algunos se repiten de forma recurrente y sobre ellos huelgan los comentarios.

En los próximos días revisaremos también a los mejores en pitcheo y defensa. A partir de ahora el torneo no será de velocidad, sino de resistencia, y los lanzadores comenzarán a pedir «el agua por señas».

El pitcheo es la mayor debilidad que tenemos para un campeonato tan largo. Ya escribí antes mi propuesta de reducirlo a la mitad y después darle luz verde a un certamen más selectivo. Pero eso es harina de otro costal.

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