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Guantánamo venció a Granma en inicio de postemporada beisbolera

Vismay Santos pegó jonrón con las bases llenas en el noveno capítulo y congeló a los aficionados reunidos en el estadio Mártires de Barbados

Autor:

Juventud Rebelde

Sin miramientos, Guantánamo «pegó la gorra» este viernes en casa ajena y venció sensacionalmente a Granma en el inicio de la postemporada beisbolera. Luego, Ciego de Ávila resucitó en el octavo y salió delante frente a Villa Clara.

En Bayamo, los guantanameros ganaron un choque de ida y vuelta. Vismay Santos pegó jonrón con las bases llenas en el noveno capítulo y congeló a los aficionados reunidos en el estadio Mártires de Barbados.

Fue un partido de infarto, donde Dalier Hinojosa y el veterano Ciro Silvino Licea casi sueltan el brazo. Ambos cometieron el mayor pecado posible para un pitcher: lanzar por el centro frente a bateadores de poder.

Con el juego 2-0 a su favor, Hinojosa le sirvió una recta noble a Despaigne en conteo de dos strikes sin bolas, a la altura de la quinta entrada. El resultado era obvio: jonrón.

Después Guantánamo le dio vuelta al marcador frente a Ciro Silvino, quien siempre estuvo demasiado complicado por su descontrol. En el séptimo capítulo, Yoenis Céspedes cometió un costoso error y abrió la caja de Pandora.

Ese fue el único desliz de la defensa local, que se esforzó al máximo y realizó cinco jugadas de doble play. ¿Quién lo diría?

Más adelante, Hinojosa volvió a tropezar con la misma piedra y Ramón Tamayo empató el choque con otro jonrón en el séptimo acto. Incluso, el derecho guantanamero permitió la ventaja en el octavo, cuando Urmaris Guerra le dio sencillo al jardín izquierdo con dos compañeros en circulación.

Por cierto, Tamayo le bateó cuatro hits a Hinojosa y este se desquitó con Céspedes, a quien ponchó cuatro veces. Tuvo que caerse el mundo para que el mentor guantanamero trajera al cerrador Alexander Rodríguez.

Pero de todas formas estaba escrito: Alexander ponchó a Despaigne con las bases llenas y a la postre ganó el juego. Es increíble que lo pensaran tanto para ponerlo.

Ya en el noveno, Ciro Silvino logró dominar a Cerce, tras el hit de Moreira. Pero Duvergel pegó doble, bolearon a Southeran, y Vismay no dejó llegar el primer lanzamiento, que era un caramelo.

El estacazo fue en cubo de agua fría y puede decidir la serie. Ya veremos.

También Ciego de Ávila sorprendió a los villaclareños a última hora. Freddy Asiel Álvarez se presentó dominante hasta el séptimo capítulo, cuando perdió el paso por el jonrón de Yorelvis Charles.

En principio, Yolexis Ulacia entró a relevar como en sus buenos tiempos, pero en la octava entrada le sirvió un bocadito a Yoelvis Fiss y este mandó la pelota hasta la luna. Con el choque empatado, Eduardo Martín trajo primero a Siverio y luego se la jugó con Diosdany Castillo.

Sin embargo, ninguno de los dos pudo apagar el fuego y Raúl González pegó un hit de oro con las bases llenas. Por esta vez, la afición avileña dejó de creer en los fantasmas.

Roger Machado sorprendió con Maikel Folch en la lomita y el zurdo solo aguantó hasta el sexto, cuando Pestano le dio jonrón. Después entró el novato Yadir Rabí, quien completó la ruta sin problemas.

Hoy debe subirse en la lomita el veloz Vladimir García, porque otra cosa sería improvisar demasiado. Mientras, el zurdo Robelio Carrillo —o el propio Siverio— seguramente lanzarán por Villa Clara.

¿Boleto al paraíso?

Con muchas ilusiones, Pinar del Río recibe esta tarde a Sancti Spíritus para abrir la postemporada en Occidente. Será una serie peleada, entre dos rivales que se conocen muy bien. Hasta el momento, han chocado 18 veces en play off, con diez triunfos de los vueltabajeros.

Los pinareños terminaron la etapa regular en el segundo puesto y se ganaron el derecho de abrir en su terreno. Ello aumenta sus posibilidades, porque juegan mejor en casa.

Sin embargo, necesitan salir delante, pues una derrota en el primer partido los pondría a nadar contra la corriente. Entonces su tarea es vencer al derecho Ismel Jiménez, quien fue el mejor pitcher abridor del campeonato según el coeficiente de rendimiento integral (JAS).

Mientras, Alfonso Urquiola baraja dos cartas de similar peso: Yosvani Torres y Vladimir Baños. El primero ganó diez juegos y el segundo siete.

Torres comenzó mal y mejoró por el camino, mientras a Baños le sucedió lo contrario. Pero ahora todo es borrón y cuenta nueva.

Hay algo que no puede perder de vista el alto mando pinareño: a Torres le pegaron 13 jonrones y 14 a Baños. Ello puede ser un mal augurio frente a los espirituanos, quienes mandaron 125 pelotas fuera de los límites y escoltaron a los granmenses en este aspecto.

No obstante, Sancti Spíritus acumula muchas deudas en los play off y eso lo sabe todo el mundo. Además, Pinar también se dio banquete dando jonrones (118), con un cuarteto que lució muy afinado: Duarte (21), Saavedra (21), Peraza (20) y Mijaín Rivera (15).

Incluso, Saavedra impulsó a 91 compañeros y estableció una nueva marca para el equipo. Por su parte, Rivera bateó 318 sin hacer ruido, con 87 hits, 56 impulsadas y 53 anotadas.

En fin, veremos cómo se plantan ambos equipos en el terreno. Sancti Spíritus parece favorito, pero necesita sacar las espuelas.

Campana para Cienfuegos

A estas alturas, ya nadie tiene dudas: llegó la hora para Cienfuegos. Con 59 victorias y un paso estable a lo largo de la etapa clasificatoria, sería un desencanto que los «elefantes» no pasaran a las semifinales.

Es cierto que nunca han llegado hasta allí, pero ahora la meta es esa, sin discusión. No pueden quejarse de su ofensiva, con el tremendo año de José Dariel Abreu, Osvaldo Arias, Yasiel Puig y Yoelvis Leyva. Tampoco de su pitcheo, pues Norberto González, Noelvis Entenza y Duniel Ibarra han tenido una campaña de lujo.

Así, para Cienfuegos el play off sería coser y cantar, si no fuera porque le toca medirse ahora con el mejor pitcheo de Cuba. Ahí se complica todo.

Este año los habaneros no pudieron plasmar íntegramente en los números la calidad de su pitcheo, pero es difícil escapar en un play off frente a Miguel Alfredo, Yadier Pedroso, Yulieski González, Jonder Martínez, Miguel Lahera e Israel Sánchez. Sobre todo si ahora cada uno puede lanzar todos los días.

Poco a poco, este equipo aprendió a jugar en postemporada y si batea un poquito será un dolor de cabeza. ¿Qué me dicen?ss

Estrellas a la defensa

En una campaña de tantos errores, tienen más méritos los llamados «guantes de oro». Por ejemplo, en la receptoría brilló el villaclareño Ariel Pestano, quien cometió un solo desliz en 61 partidos.

El pinareño Lorenzo Quintana también pifió una vez en 64 juegos, pero le robaron 19 bases y capturó a 17 estafadores. En cambio, Pestano prendió a 17 y solo «perdonó» a diez.

En primera base no hay nada que objetar, pues el guantanamero Southeran no cometió errores en 83 partidos. Mientras, en segunda sobresalió el holguinero Yeison Pacheco, quien apenas falló cuatro veces en 89 juegos (todos los de su equipo).

Fue este un mal año para los antesalistas, así que es difícil elegir al mejor. Nos quedamos con el holguinero Yunior Paumier, aunque acumuló 12 errores en 84 juegos (642 entradas).

Algunos estuvieron mejor, como el avileño Raúl González (siete pifias en 86 partidos), pero este jugó varias posiciones y no estuvo todo el tiempo en la esquina caliente.

En el campo corto el mejor average lo tiene el pinero Dainier Gálvez (980), con diez errores en 84 desafíos (494 lances). El avileño Yorbis Borroto falló nueve veces, pero en menos oportunidades, y su promedio quedó en 979.

Casi todos los defensores de la pradera izquierda rotaron por los demás jardines. Incluso, el camagüeyano Dariel Álvarez y el tunero Jorge Jhonson incursionaron en primera base.

Solo se mantuvieron estables en el jardín izquierdo Alfredo Despaigne, Frederich Cepeda y el pinareño Reidel Álvarez. Pero ninguno de ellos tuvo buen average, así que votamos por el santiaguero Joaquín Carbonell, quien falló solo tres veces en 87 juegos en cualquiera de los tres bosques. Acumuló 714 entradas y 171 lances.

En la pradera central brilló como tantas veces Reutilio Hurtado. El santiaguero solo falló en dos ocasiones y estuvo en los 90 partidos de su equipo. También Céspedes jugó todo el tiempo, pero cometió cinco errores.

Finalmente, dos hombres erraron solo una vez en el bosque derecho: Alexei Bell y el cienfueguero Yusniel Ibáñez. Pero el primero jugó apenas la mitad del torneo y el segundo no siempre fue regular.

De tal manera, voto por el espirituano Liván Monteagudo, quien acumuló cuatro pifias en 88 partidos, a pesar de sus breves incursiones en primera base.

No me gusta incluir aquí a los lanzadores, pero nuestro estadístico Benigno Daquinta opina que debo hacerlo. Así, el mejor de todos fue el zurdo Norberto González, quien se fue sin errores en 37 lances.

Por cierto, en el equipo de estrellas ofensivo no incluimos a los bateadores designados y hemos recibido numerosas quejas por ello. Pues bien, le damos el crédito al capitalino Yoandri Urgellés, quien terminó con average de 359 en 88 juegos, con 122 hits (26 dobles, dos triples y nueve jonrones). Impulsó 67 carreras y anotó 81.

Hasta aquí el análisis. ¿Será que por una vez estamos de acuerdo?

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