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Con bombo y platillos, Matanzas podría romper hoy su récord de 48 victorias para una temporada. No por gusto los yumurinos llegaron hasta aquí instalados en la cima de Occidente, mirando a Industriales por encima del hombro.
La marca de 48 triunfos fue impuesta en la serie nacional número 41 (2001-2002). Entonces Matanzas finalizó en el tercer puesto del grupo A y quedó fuera de los play off.
Sin embargo, tuvo mejor balance de victorias y derrotas que Camagüey (44-46), cuarto clasificado del Oriente. ¿Se acuerdan?
Pero acaso el mayor mérito de los yumurinos en esta serie sea haber jugado parejo, con cada pelotero trabajando para el equipo. De hecho, los restantes récords colectivos e individuales se mantendrán intocables.
En algún momento se pensó que Yohan Hernández o Jorge Alberto Martínez podrían igualar las 14 victorias de Gaspar «Curro» Pérez, inalcanzables para un lanzador matancero desde la séptima serie nacional (1967-1968). Pero ya con solo 16 partidos pendientes eso parece una utopía.
Colectivamente, los récords ofensivos están bien lejos, así que es mejor fijarse en los de pitcheo. No obstante, ahí también la varilla sigue alta.
Por ejemplo, el staff yumurino tuvo un promedio de efectividad de 2,74 carreras limpias por juego durante la novena serie nacional (1969-1970). Según el archivo de nuestro estadístico Benigno Daquinta, en esa propia temporada Isidro Borrego trabajó individualmente para 0,82; algo que parece de otra galaxia.
En fin, Matanzas se ha superado sin fórmulas mágicas, aunque el polémico Víctor Mesa pasa de héroe a villano en un pestañazo. Veremos al final cómo termina esta novela.
