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Aún no hay campeón

El miércoles, se disputará la muerte súbita que consistirá en cuatro partidas de 25 minutos, con diez segundos para cada movimiento entre el indio Viswanathan Anand y el israelí Borís Gelfand

Autor:

Abdul Nasser Thabet

Pasó lo que muchos expertos, y otros no tanto, vaticinaron tras las pobres y aburridas partidas por el título mundial de ajedrez. En definitiva, el indio Viswanathan Anand (2791), actual campeón defensor, y el aspirante israelí Borís Gelfand (2727), se disputarán el título en una muerte súbita, tras concluir hoy en empate el último de los doce encuentros reglamentarios.

De nuevo el cuarentón de Madrás desaprovechó la iniciativa tras abrir con blancas contra un oponente que ha hecho méritos durante las pasadas dos semanas para proclamarse campeón mundial.

El sueño de ver coronarse al monarca en este decisivo desafío se estrelló contra el vidrio de la urna en que ambos trebejistas se rebanan los sesos para encontrar la mejor combinación. El armisticio fue pactado después de 22 movimientos, ante la decepción de los espectadores congregados en la Galería Tretiakov de la capital rusa.

«Borís jugó muy bien cuando movió el peón en c4, ya que así pudo liberar los alfiles. Yo no me alegré mucho por ganar un peón, ya que las negras compensaron eso con dos alfiles«, dijo Anand en rueda de prensa.

Por su parte, Gelfand aseguró que la clave en su defensa ante la ofensiva del indio estuvo en los muchos minutos que dedicó a idear la estrategia pasados los primeros diez movimientos.

«Al principio, la misión de las negras no era sencilla. Me lo pensé mucho, ya que era un momento crítico. Debía pensar una respuesta y activar mis alfiles. Si no hubiera pensado tanto tiempo y hubiera movido rápido, en el próximo movimiento quizás ya no podría haber hecho nada», confesó.

El ruso, Peter Svidler (2741) opinó que Anand pudo haber arriesgado más, al tiempo que pronosticó que él sale como favorito para el «tie break».

Varios conocidos opinan que La Federación Internacional de Ajedrez es anticuada, pues sus sistemas de selección de candidatos son poco serios y nada adecuados a los tiempos modernos. También critican que jóvenes talentos –ya probados y con etiqueta de monstruos- como el noruego Magnus Carlsen (2835), el ruso Sergey Karjakin (2779) y el norteamericano Hikaru Nakamura (2775) no cuenten con un chance más claro para disputar el cetro universal.

En mi modesta opinión, la confrontación por la corona que hoy ocupa el mundo de las 64 casillas, no es interesante y ha perdido relevancia porque los contendientes no quieren arriesgar.

Creo que en la actualidad, ni Anand y mucho menos Gelfand, son los mejores jugadores del planeta. Quizá el nacido el indio lo fue hace algunos años, pero debería medirse en otro formato y contra otros rivales para mostrar sí aún le queda gasolina.

Pasados los 40 años, muy pocos Grandes Maestros tienen las energías suficientes y el arrojo necesario para producir juegos complejos e interesantes. Habría que enfrentarlos a jóvenes genios y ver el resultado.

Si usted tiene alguna duda revise la nómina de todos los campeones del orbe y la edad en que se proclamaron. Verá que la mayoría subieron al trono en su etapa de mayor esplendor y que en su momento lo cedieron ante el empuje de los nuevos que llegaban.

Volviendo al match de este año: solo el tercer juego tuvo visos interesantes, tanto a la ofensiva como a la defensiva, pero terminó empatado. La única partida ganada por Gelfand mostró algo de combatividad. Sin embargo, en el resto solo ha buscado la igualdad. Ambos simplifican y en pocos movimientos firman la paz. El único triunfo de Anand se debió a un error de cálculo de su oponente, lo que derivó en una miniatura ya conocida.

El miércoles, se disputará la muerte súbita que consistirá en cuatro partidas de 25 minutos, con diez segundos para cada movimiento.

En caso de empate, habría que celebrar dos «blitz» de cinco minutos y tres segundos por movimiento, y de persistir la igualdad se disputarían dos partidas idénticas.

El último recurso para determinar al campeón serán las partidas conocidas como «Armageddon», en las que el dueño de las blancas tendría cinco minutos y el de las negras, cuatro.

Si ese cotejo acabara en tablas, el ajedrecista que juegue con negras será proclamado campeón.

Aunque ambos lo han negado, los expertos, incluido el ex campeón mundial, el ruso Garry Kaspárov, aseguran que los dos ajedrecistas han pecado de exceso de cautela y falta de ambición.

¡Veremos que pasa! ¿Quién es su favorito?

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