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A Ereván, con la mano arriba

Un grupo de diez talentosos y bisoños boxeadores lima asperezas para representar por todo lo alto a Cuba en el venidero Campeonato Mundial, que se dirimirá en Ereván, capital de Armenia, del 29 de noviembre al 7 de diciembre próximo

Autor:

José Luis López

«Muévete, Toirac. Gancho, swing y la mano arriba, Cordero. Recibe y golpea, Bencomo». Estas y muchísimas indicaciones más, se las escuché al avezado profesor Humberto Horta, jefe técnico de la selección nacional juvenil de boxeo, en una sesión de entrenamiento en la Escuela de Formación de Atletas de Alto Rendimiento (Esfaar) Córdova Cardín, en La Habana del Este.

¿El motivo?: un grupo de diez talentosos y bisoños jóvenes lima asperezas para representar por todo lo alto a Cuba en el venidero Campeonato Mundial, que se dirimirá en Ereván, capital de Armenia, del 29 de noviembre al 7 de diciembre próximo.

En la lista de convocados aparecen los capitalinos Alexei Guibert (56 kg), Anyelo Morejón (81 kg), así como el supercompleto y capitán Yoandy Toirac, de solo 17 años, uno de los chicos más capacitados para agenciarse el cetro.

La nómina también incluye a los matanceros Andy Cruz (49 kg) y Luis Oliva (60 kg), junto al artemiseño Jorge Luis Cordero (52 kg), el camagüeyano Kevin Brown (64 kg) y el pinareño Osnay Bencomo (69 kg). El grupo se completa con el santiaguero Eduardo Dinza (75 kg) y el pinero Herich Ruiz (91 kg).

De ellos, Herich es el único que aún no es miembro de la preselección de mayores, lo cual habla claramente de la provechosa cantera que tiene el boxeo nacional. Por eso, y aunque el equipo mayor también está pletórico de figuras de escasa edad, no albergo dudas de que el futuro está asegurado.

Por estos días, Horta y el colectivo técnico que lo acompaña, desarrollan la fase de modelaje competitivo. A saber, indican a sus discípulos acciones tácticas del combate, simulando el tradicional estilo de pelea empleado por los boxeadores europeos y asiáticos, sin dudas, sus principales rivales en la venidera cita universal. Además, su diseño de entrenamiento persigue mantener la capacidad física adquirida hasta el momento.

Como siempre ha sucedido a la hora de ofrecer pronósticos en los mundiales de esta categoría —y también en la de mayores—, los cubanos salen con la etiqueta de favoritos al título por países. Pero el adiestrador sabe que Rusia, Ucrania, Kazajstán, Azerbaiján y Uzbekistán, así como Armenia, por su condición de sede, aspiran a «enredarles» la madeja. Por eso, no ceja en su empeño de pulir el más mínimo detalle técnico.

En esta justa competirá la gran mayoría de los boxeadores que lo hicieron en el Mundial para cadetes del pasado año, al cual Cuba no asistió.

«El fogueo es un déficit que tenemos. Por tal motivo, yo no conozco física ni técnicamente a ninguno de los posibles contrarios. Los medios de información y la búsqueda por internet me ofrecen sus récords. Pero eso dista mucho de verlos pelear. Además, no fuimos ni al Panamericano juvenil, ni al de cadetes. Eso lo hemos tenido que suplir con competencias en casa, efectuadas en La Habana, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara», explicó Horta.

El técnico comentó que mientras los europeos y asiáticos compiten durante el año en diversos eventos internacionales, el fogueo de sus pupilos durante el presente curso se ha limitado a tres topes en Rusia y otro en Chechenia.

«En Rusia tuvimos par de enfrentamientos en Moscú y uno en San Petersburgo, donde los muchachos estuvieron a gran altura, a pesar de las lógicas y esperadas decisiones arbitrales favorables al combinado anfitrión. Y allí culminamos después nuestra participación en el potente torneo de Anapa, donde el peso mosca (Jorge Luis) Cordero tuvo una excelente labor al alzarse con la medalla de oro. Toirac fue despojado del triunfo y terminó con plata, mientras que Guibert, Kevin, Armandito (Martínez) y Yoángel (Moya)—estos dos últimos no irán a Ereván— terminaron con bronce», comentó el preparador.

«Y en agosto, cerramos la puerta del intercambio con equipos foráneos cuando asistimos con seis boxeadores a un compromiso en Chechenia. El saldo fue de una medalla de plata conseguida por Guibert y otra de bronce al aval de Toirac. No obstante, se ha entrenado bien y hemos aprovechado las oportunidades de intercambio. Creo que hay calidad suficiente para ubicarnos entre los medallistas, aunque no te niego que me gustaría el primer lugar», sentenció Horta, quien reconoció la valía de los diversos sparrings efectuados contra los púgiles del equipo mayor.

Entonces, creo que a buen entendedor… le sería fácil traducir que sobre los hombros —quise decir, los puños— de Toirac, Guibert y Cordero, recae el máximo peso del equipo para vencer en Ereván.

«El grupo está bien “afilado” y todos tienen calidad y deseos de ganar una medalla. En cuanto a mí, la gira por Rusia me dio fuerza y experiencia, pues pude enfrentar a púgiles de estilo muy enredado. En el Mundial me voy a esforzar al máximo porque solo estaré contento con la presea de oro», declaró a JR el capitán Toirac.

A su regreso del Mundial, los chicos de Horta representarán a sus respectivas provincias en el Torneo Nacional Playa Girón, que se disputará en Sancti Spíritus, del 16 al 23 de diciembre.

Historia de ganchos

Los juveniles cubanos han intervenido en 15 de las 16 ediciones mundialistas —no fueron a la primera, efectuada en Yokohama 1979—, y el balance es de 113 medallas: 69 de oro, 20 de plata y 24 de bronce. Esa cosecha les ha valido para alcanzar el primer lugar en 11 ocasiones.

La mejor actuación fue signada en La Habana 1996, donde obtuvieron nueve títulos. Realmente fueron ocho, pero, al ser descalificado el ucraniano Alexander Yatsenko, el oro fue al aval del cubano Yurkis Sterling. También firmaron una medalla de plata.

Otro dato interesante es que en la justa de Santiago de Cuba 2002, los 12 pugilistas locales obtuvieron preseas, algo inédito e irrepetido hasta nuestros días.

Cuba ganó seis campeonatos mundiales consecutivos, desde La Habana 1987 hasta el celebrado durante 1996, también en la capital cubana. Ese ritmo se detuvo en Buenos Aires 1998, al terminar segunda, con trío de coronas y un tercer puesto.

Y la peor rúbrica data de Jeju 2004, en Corea del Sur, donde terminaron en la tercera plaza merced a dos títulos, una presea de plata y dos de bronce.

Para quienes gustan de las estadísticas, aquí les dejo con este resumen.

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