Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Antes del martillazo

La cubana Yipsi Moreno, una autoridad en el universo atlético contemporáneo y una de las referencias en el lanzamiento del martillo para damas, conversa con Juventud Rebelde sobre sus anhelos y planes

Autor:

Lilian Cid Escalona

Yipsi Moreno es una autoridad en el universo atlético contemporáneo y una de las referencias en el lanzamiento del martillo para damas. Su hoja de servicios muestra una estabilidad y constancias sin igual, que han sido claves para la consecución de no pocos resultados de clase mundial que ha «gritado» a los cuatro vientos durante más de una década. Sus dos títulos (Edmonton 2001 y París 2003) e idéntico número de subtítulos (Helsinki 2005 y Osaka 2007) en Campeonatos Mundiales, se conjugan con dos subtítulos olímpicos (Atenas 2004 y Beijing 2008). Un resultado directo del mérito que guarda al ser la única mujer que ha estado en las cuatro finales olímpicas de esta disciplina disputadas hasta la fecha. Recordemos que el lanzamiento del martillo es olímpico desde la edición de Sydney 2000. De Londres, su última experiencia bajo los cinco aros,  y de sus proyecciones para 2013 aceptó conversar.

—¿Cómo guardas ese sexto lugar en Londres?

—Mira, yo estoy contenta porque realmente estuvo bien. Fue una «odisea» lo que pasé para llegar hasta allí por las molestias en la espalda. Sabía que para conseguir mi sueño de ser campeona tenía que ir con todo y eso significaba también tirar entre 77 y 78 metros. Llegué muy justa de preparación y arrastrando una lesión  (dolencias vinculadas a una vieja hernia discal). Me recuperé a solo dos semanas de los juegos, me organicé un poco y alcancé los 74 metros, un resultado que me contenta. Ser finalista es un gran resultado, pero más allá de lo que significa en el plano personal, estoy feliz porque el pueblo de Cuba está satisfecho. Todo el mundo apreció mi esfuerzo y con esas sensaciones yo me doy por servida, por realizada.

—¿Activa durante la temporada de 2013?

—Sí, ya estamos preparándonos. Esta es mi vida, pero ya me la voy tomando con más calma (risas). Ahora mismo todo marcha bien y a tono con los objetivos propuestos. En mi último, y lo repito porque este sí es mi último año, quiero hacer una buena preparación, aunque con tranquilidad para tratar de que las lesiones rejuvenecidas no se aparezcan de nuevo y me priven de competir en forma en el próximo Mundial, que es lo que quiero para despedirme.

—¿Está garantizado tu relevo?

—Creo (vuelve a reír y mira a la pista donde entrenan las otras tres chicas) que la continuidad está garantizada. Las niñas son bien jóvenes, con talento y muchos deseos de trabajar y esto es muy importante. Hay buenas perspectivas con ellas, solo falta que cuajen. Espero suceda pronto, porque ya se le han creado algunos espacios, como con el caso de Vichy (Ariannis Vichy) que tuvo la oportunidad de estar en Londres.

—El área de lanzamientos es proclive a incidir en el penoso tema del doping, ¿cuál es tu opinión al respecto?

—Siempre he sido intransigente con ese asunto y soy de las que cree que las medidas deberían ser mucho más fuertes de lo que son actualmente. Quienes acuden a sustancias prohibidas deberían ser castigados con mayor severidad, incluso, apoyaría una decisión que incluyera la suspensión de por vida desde la primera vez que se les detecte una infracción. Defiendo el criterio de que muchas veces se ha sido flexible con situaciones de este tipo y con ello solo se contribuye a que se pierda un tanto el miedo de hacer lo que está prohibido.

—Detrás del martillo cubano se erige Eladio Hernández. Su trabajo y los resultados obtenidos invitan a la reflexión. ¿Algo que agregar sobre su importancia en tu vida?

—Eladio es mi padre, mi entrenador, mi amigo. Ha sido el guía de mi carrera y se merece cada pedacito de todos esos logros que hemos conquistado, porque todos los hemos conseguido juntos.

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