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El error resultó mortal —como casi todas las pifias al más alto nivel del juego ciencia— y Gata Kamsky (2741) saboreó este miércoles una venganza que lo amarró a la cima del listado general de la cuarta parada del Grand Prix de ajedrez. Al fin el estadounidense se limpió aquella derrota sufrida ante el cubano Leinier Domínguez (2723), durante la fase inicial del circuito, en Tashkent, Uzbekistán, cuando la oncena y definitiva ronda le vio caer como teja desprendida, para de paso quedar sepultado junto a los escombros en el sótano de la lid.
Ahora la historia fue distinta, mas no mucho. Resulta que en noviembre de 2012 el mejor exponente nacido en América comenzó perdiendo, al igual que Kamsky, pero logró reponerse en el epílogo. Sin embargo, el «importado» de Novokuznetskn —antigua URSS— arrancó con buen pie en la ciudad griega de Salónica, y aunque todavía quedan diez capítulos, seguro agradeció semejante regalito.
El obsequio lo sirvió el antillano, quien a la altura del lance 43 tenía nivelada la partida —aunque los programas especializados le otorgaban ligera ventaja a su oponente—. Entonces vino la debacle, pues la torre negra tomó un peón «envenenado» y Kamsky ganó una pieza.
Todo concluyó tras 45 movidas de una defensa Siciliana, variante Najdorf, en la que Domínguez vistió el negro para certificar su luto.
Los restantes triunfos de la jornada alumbraron al uzbeco Rustam Kasimdzhanov (2699) y al ruso Peter Svidler (2769), victimarios —ambos manejando trebejos claros— del estadounidense Hikaru Nakamura (2755) y el galo Etienne Bacrot (2725), respectivamente.
Lo demás aconteció en calma y sin sangre sobre el tablero. Así, el ucraniano Vassily Ivanchuk (2755) y el ruso Alexander Morozevich (2760) pactaron el armisticio, al tiempo que Ruslan Ponomariov (2742) y el italiano Fabiano Caruana (2774) también abandonaban el traqueteo. El favorito búlgaro Veselin Topalov (2793) igualmente firmó el armisticio ante Alexander Grischuk (2779), de Rusia.
La tabla general muestra a Svidler y a Kasimdzhanov detrás de Kamsky, todos con una raya. Le siguen el paso Topalov, Ponomariov, Ivanchuk Morozevich, Caruana y Grischuk, dueños de medio kilo per cápita. Mientras, Nakamura, Bacrot y Leinier limpian el fondo de la piscina sin acumulado en los bolsillos.
Por cierto, ya el cubano suma siete fracasos, 15 tablas y una sonrisa en lo que va de circuito. Como suponen, es quien más traspiés ha sufrido, con Kasimdzhanov (6) y Nakamura (6) pisándole los talones en un apartado que pocos quieren comandar.
