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Tres bellas coronas ganadas en buena lid, convidan a «entrarle con todo» al tatami, para cerrar por todo lo alto el año 2013. Y ya imagino que saben a quién me refiero. Claro está. Se trata de Idalis Ortiz, quien hoy pretende imponer su hegemonía en la fecha final del Grand Slam de Tokio, con sus aureolas de campeona olímpica, mundial y el premio a la Mejor Atleta del Año en Cuba.
Pero sin dudas, la prueba será bien difícil, pues en su primer combate deberá vencer a la ganadora del duelo entre la anfitriona Nami Inamori y la experimentada sudcoreana Eunkyeong Kim. Y en ese mismo grupo A eliminatorio, se ubica la brasileña Rochele Nunes.
Entonces, de ganar su llave, seguro enfrentaría en semifinales a la avezada china Qian Qin, subcampeona mundial en París 2011, que debe imponer su mejor aval entre las chicas de la llave B.
Mientras, por el otro lado del organigrama todo parece indicar que se dirimirá una interesante semifinal entre la brasileña Maria Suelen Altheman y la talentosa nipona Megumi Tachimoto, ganadora del Gran Slam de Tokio 2012, al superar precisamente a Idalis en la gran final. ¿Habrá espacio ahora para la revancha de la artemiseña? Creo que sí.
De hecho, y ante la ausencia al certamen del favorito e imbatible francés Teddy Riner, los restantes invitados cifran en Ortiz las esperanzas de quebrar la (casi) barrida de los judocas locales, que han acuñado los nueve títulos disputados en las dos primeras fechas.
Les recuerdo que a la actual versión, Cuba solo asistió con dos judocas. El pasado viernes, con cota de una victoria y dos derrotas, María Celia Laborde (48 kg) se ubicó en la séptima plaza.
Laborde, que este año terminó quinta en el Campeonato Mundial de Río de Janeiro, abrió con éxito por ippon frente a la china Shishi Xie. Pero después encajó par de derrotas frente a judocas locales: Ami Kondo —a la postre titular—y Emi Yamagishi.
