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De vuelta a casa

JR conversa con la ganadora, por segunda vez, del Campeonato Nacional de Ajedrez, recientemente concluido en Vueltabajo

Autores:

Mayra García Cardentey
Glauber García Lara

PINAR DEL RÍO.— Para algunos es una de las ajedrecistas más carismáticas del país, una cubana de puras raíces. Sulennis Piña (1981, Jiguaní, Granma) no solo es la joven y concentrada jugadora que por segunda ocasión se coronó en el recién concluido Campeonato Nacional de Ajedrez femenino, sino también una apasionada del dominó, amante de la cerveza y bromista como pocas.

Si de una conversación sobre damas, reyes, enroques y tácticas de juego se trata, la perspicaz trebejista, que con solo 16 abriles era ya ganadora centroamericana y Maestra Internacional, se vuelve una interlocutora locuaz.

Con anterioridad, en una entrevista, confesó que el ajedrez es, a la larga, un vicio, que «cuando te gusta, no puedes vivir sin él». Cuenta que llegó relajada al torneo en Pinar del Río, una especie de comarca de buena cábala.

«Pinar me da suerte», expresa. «Aquí gané mi primer nacional juvenil en 1996, y ahora vuelvo a ser campeona en la primera categoría, nueve años después. Voy a tener que jugar por aquí más seguido», explica entre risas.

De las seis Grandes Maestras que compitieron en el evento, Piña era la de menor Elo, con 2279 puntos. Ni siquiera estaba entre las favoritas. No era la número uno de Cuba hasta la lid, como la local Lisandra Ordaz (2363); ni tenía las probabilidades estadísticas a su favor, como la siempre candidata Maritza Arribas (2309), reina saliente.

Entonces, sin nada que demostrar a nadie más, salvo a sí misma,  se llevó el oro a casa.

«El Elo es importante, pero no define un torneo, sobre todo uno como este, tan reñido, donde llegamos cinco jugadoras a la última ronda con opciones de medalla de oro. La presión tuvo su papel, y en mi caso, no dejé que me afectara demasiado», manifiesta la campeona.

Alcanzó el trono con ocho puntos de 11 posibles, gracias a cinco victorias y seis tablas. «Nunca pensé en el primer lugar, jugué día a día. Eso fue importante, aunque cuando derroté a Maritza en la ronda siete, vi la posibilidad de triunfar. En los campeonatos nacionales la partida contra ella decide mucho, es una atleta muy fuerte y extremadamente competitiva, no por gusto ha ganado diez veces el Nacional», expone.

Su «relajación» a la hora de afrontar el evento no debe confundirse con indiferencia. Piña es una de las ajedrecistas más talentosas de Cuba, con resultados estables dentro y fuera del país, y un Elo personal que llegó en su momento a 2371, solo que en los últimos años experimentó un descenso en su carrera deportiva, pero no por falta de preparación o nivel ajedrecístico.

El cetro que consiguió la granmense en Pinar del Río no solo la devuelve a la preselección nacional, sino que automáticamente la incluye en el equipo cubano que participará en la próxima 41 Olimpiada Mundial, con sede en Noruega.

Por el momento, Sulennis disfruta el logro y alista su preparación para los torneos venideros, tanto dentro como fuera de Cuba, y promete que regresará a Pinar por varias razones: «Aquí los torneos se me dan bien, la cerveza siempre está fría, y los «palos» que me dan en el dominó me dan suerte en el ajedrez».

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