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Un guiño de ojos rasgados

Cuba enfiló los cañones este martes ante un elenco estadounidense sin varios de sus principales hombres, pero aun así rubricó otra estrepitosa caída por marcador de 3-1

Autor:

Abdul Nasser Thabet

Lo único que salvó de la hecatombe —si es que algo podía salvarlo— al plantel cubano que participó en la Copa Mundial de ajedrez por equipos fue la actuación de su tercer tablero, Yuniesky Quesada (2629 puntos Elo), medallista de oro en una justa que cerró sus cortinas con la quinta derrota al hilo del plantel antillano y la sexta victoria consecutiva de los hijos de Shaolin, monarcas a golpe de kung fu y porte flemático.

Cuba enfiló los cañones este martes ante un elenco estadounidense sin varios de sus principales hombres, pero aun así rubricó otra estrepitosa caída por marcador de 3-1, matizada por los moretones de Lázaro Bruzón (2691) frente a Aleksandr Lenderman (2617), y de Isam Ortiz (2612) a manos de Varuzhan Akobian (2622).

Antes habían entablado Leinier Domínguez (2729) con Samuel Shankland (2661) y Yuri González (2557) con Daniel Naroditsky (2640). Sin embargo, a muchos le sorprendió que descansara Quesada, uno de los sesudos con mayor actividad neuronal en la justa celebrada en Tsakhkadzor, Armenia; pero en realidad fue una decisión bastante acertada, teniendo en cuenta que tenía en el bolsillo el título de mejor trebejista en la tercera mesa (5,5 puntos en ocho presentaciones) y que ya Cuba no se jugaba una posición importante.

Así, nuestros muchachos terminaron en el octavo puesto de la competición, rematando una pésima segunda parte; sobre todo porque en las cuatro primeras fechas exhibían tres triunfos y un empate, pero en las cinco restantes solo conocieron la derrota.

En la jornada del adiós, China zarandeó a la India (3-1); Rusia dispuso de Israel (2,5-1,5); Armenia sepultó a Egipto (2,5-1,5); y Hungría empató con Ucrania.

A la postre dominó la armada de la Gran Muralla (15 rayitas), enchufada con no sé qué dios oriental, aplastando a todos sus rivales y solo pactando el armisticio frente a Ucrania, Rusia y Hungría.

En la tabla general le siguieron ucranianos (12) y armenios (11). Los rusos —campeones de la pasada edición— levantaron la cabeza después de un pésimo inicio y abrazaron el cuarto escaño (diez tantos), escoltados por estadounidenses (10), húngaros (9) e israelitas (8). Cubanos e indios sumaron siete quilos per cápita, y los egipcios apenas arañaron un solo punto.

Entre los ajedrecistas más destacados del torneo sobresalió el jovencito chino Yi Wei (2703 y 15 años de edad), escoltado por el anfitrión Levon Aronian (2770), el ruso Evgeny Tomashevsky (2745) y Quesada.

La actuación del villaclareño le permitió adicionarle 19 unidades a su coeficiente. Por los cubanos también descolló Domínguez, quien logró una sonrisa y ocho tablas, para concluir tercero entre los que defendieron el primer tablero. Además, le sumó 4,5 puntos a su Elo y ascendió tres lugares en el listado universal, según los datos del ranking en vivo.

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