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Oro al brinco, oro al tiro

La discóbola Denia Caballero y el triplista Pedro Pablo Pichardo respondieron como se esperaba

Autor:

Norland Rosendo

NORTH YORK, Toronto.— Ella, porque había sido muy osada al vaticinar públicamente con mucha antelación que el oro sería suyo; él, porque donde quiera que se presenta la gente va a verlo, a cazar el récord mundial que cualquier día cae.

Así, ambos cubanos, la discóbola Denia Caballero y el triplista Pedro Pablo Pichardo, «obligaron» ayer a más de un periodista a «madrugar» para poder estar a tiempo en el estadio que acoge el atletismo de estos Juegos Panamericanos, distante a más de 40 minutos de Toronto. Y los dos respondieron como se esperaba: con las medallas de oro.

Promesa cumplida

Denia Caballero había vaticinado el jueves pasado, en nuestra sección de entrevistas Las Cinco de Pachy, que vino a estos Juegos por el primer lugar y a implantar algún récord. Pocos atletas son tan arriesgados.

Ella, en cambio, asumió el compromiso, y este viernes, bajo un sol que quemaba (me atrevería a decir que más que en Cuba), lanzó el implemento en su tercer intento hasta los 65,39 metros, una distancia inalcanzable para el resto de las competidoras. Incluso, para su compatriota Yaime Pérez que la escoltó en el podio.

Con la misma serenidad, dijo a su paso por la zona de entrevistas: «Esta medalla estaba segura para Cuba, por Yaime o por mí. Sabíamos que ambas podíamos hacer el uno-dos. La competencia fue buena, solo que el círculo estaba muy pulido y resbalaba, por eso cometí varios fouls.

«Estoy súper bien para el Campeonato Mundial. Lista para ganarle por primera vez en mi carrera deportiva a la croata Sandra Perkovic.

«Aquí no pude cumplir la segunda parte de mi compromiso, me dijo, que era un récord. Quería batir la plusmarca panamericana, en poder de Yarelys Barrios (66,40, de Guadalajara 2011) o el de Cuba (70,88, de Hilda Elisa Ramos, implantado en 1992)», se lamentó la muchacha de Santa Clara, que había sido bronce hace cuatro años.

Sin embargo, ratificó que pondrá todo su empeño para convertirse en la cubana que más lejos haya mandado un disco.

La subtitular de la lid, por su parte, comentó que estaba contenta, pero no satisfecha, porque esperaba un envío mejor que el 64,99, también en su tercera visita a la jaula de disparos. «No me sentí como en otras competencias. Estaba un poco descoordinada», explicó la santiaguera de 24 años, quien le dedicó la presea a su familia.

Por oncena vez en Juegos Panamericanos, las atletas que ocupan los dos primeros lugares en esta prueba son de un mismo país. Con la dupla de Denia y Yaime, Cuba tiene el mérito de haber logrado esa hazaña ocho veces. Habría que hurgar en la «Biblia», el libro de estadísticas del colega Enrique Montesinos, pero si este no es un récord, es, como se dice en la pelota, un buen average. Me inclino por lo primero.

Pichardo contra el viento

Después de haber saltado par de veces este año por encima de los 18 metros y tres más sobre los 17,90, Pedro Pablo Pichardo (PPP) es un espectáculo. Nadie quiere perderse el brinco que deje atrás a la plusmarca de Jonathan Edwards (18,29).

Aquí, el santiaguero, sin menoscabo de los rivales, no tuvo que esforzarse mucho para liderar la competencia. Fue el único que «voló» más de 17 metros desde la plastilina: 17,54, para ser exactos.

«Fue una buena marca, pensé incluso que podía ser menor. Es que estuve una semana sin entrenar bien, porque durante mi última presentación en la Liga del Diamante sentí molestias en el gemelo.

«No quise arriesgar mucho. Estoy haciendo ajustes en la carrera para buscar un buen resultado en el Mundial de Beijing y este certamen me sirvió de preparación», añadió Pichardo.

En la prueba, Cuba estuvo a punto de hacer también el uno-dos, pero el bahamés Leevan Sands (16,99) se interpuso a última hora entre Pichardo y Ernesto Revé (16,94).

Sobre su tercer lugar, el guantanamero Revé destacó el valor de una medalla en sus primeros Juegos Panamericanos, «aunque —dijo— no fue el resultado que deseaba» y recordó que había sufrido varias lesiones en la temporada.

En otros resultados de la jornada, el velocista cubano Roberto Skyers entró cuarto en la final de los 200 metros con tiempo de 20.02 segundos (mejor marca personal), carrera dominada por el anfitrión Andre De Grasse (19.88).

En los 110 metros con vallas, Jhoanis Portilla detuvo el reloj en 13.30 segundos (lo mejor de su carrera) y llegó quinto a la meta; a continuación pasó su compañero Yordan O’farril (13.36), en una prueba en la que el estadounidense David Oliver impuso récord panamericano (13.07).

Además, después de las cuatro pruebas completadas (100 metros con vallas, salto de altura, lanzamiento de bala y 200 metros) en la jornada, la cubanita Yorgelis Rodríguez encabeza momentáneamente el escalafón del heptatlón, con suma de 3 781 puntos. Su estela es seguida por la brasileña Vanessa Spinola (3 711) y la estadounidense Heather Miller (3 641), mientras que la también cubana Yusleidys Mendieta marcha en la quinta posición con acumulado de 3 570 unidades.

Asimismo, la posta femenina de 4x100 metros clasificó para la disputa de las medallas al entrar segunda en su heat semifinal con crono de 44.48 segundos, su mejor registro en la temporada.

Igual suerte no corrieron los varones, luego de terminar en la sexta y última posición de su semifinal, con discreto tiempo de 39.61 segundos.

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