Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Lo que mal comienza…

Según los numeritos de la presente serie, muy pocos abridores lograron sacar los tres primeros outs del juego sin evitar daños

Autor:

Raiko Martín

La suspensión de los juegos diurnos de este martes a causa del clima —precipitaciones en Matanzas y mal tiempo que retrasó la llegada de Industriales a Nueva Gerona— aplazó una horas el reinicio de la campaña beisbolera. Y como generalmente sucede en estos impases, el repaso de las estadísticas es lo más recurrente para soportar la ausencia de emociones.

Así las cosas, posé mi vista sobre una de las tantas compilaciones de nuestro estadístico Benigno Daquinta, y me llamó la atención un dato sobre el pitcheo del béisbol nuestro de cada día. Resulta que, durante la fase clasificatoria del presente torneo, fue la primera entrada —y por buen margen— la más fructífera en cuanto a producción de carreras, según la tabla adjunta.

Los numeritos, entre otras interpretaciones, aportan señas sobre la tibia efectividad de los staff de abridores en los 16 equipos que aspiraron desde un inicio al trono.

Las cuentas son ilustrativas. Sumados, son 24 los juegos que se disputan durante una subserie del campeonato, y apenas tres de las 15 que conformaron el calendario del tramo inicial promediaron para menos de una anotación en su primera entrada. O lo que es casi lo mismo, que muy pocos abridores lograron sacar los tres primeros outs del juego sin evitar daños.

No es un secreto lo difícil que resulta para cada timonel estructurar una rotación especializada, sobre todo por la salida constante de la serie, año tras año, de lanzadores establecidos y jóvenes con buenas proyecciones monticulares. Y no por gusto es la incorporación de serpentineros la prioridad de muchos estrategas a la hora de blindar sus nóminas para cubrir la segunda parte del campeonato.

Que la rotación abridora de Pinar del Río haya sido la más laboriosa (254.0 innings) durante los primeros 45 desafíos no sorprende, lo cual quiere decir que protagonizaron aperturas más prolongadas. Además, fue insuperable su promedio de carreras limpias (2.23), de ahí que hayan sido un sostén importante en la clasificación, aun con las notables bajas de jugadores de posición que le aquejaron.

Sin embargo, la situación no fue la misma para muchos de los elencos participantes, sobre todo los que quedaron al margen. El panorama, por lógica, ha mejorado algo. Mas continúa llamando la atención que siga el capítulo de apertura entre los cuatro de mayor facturación en los juegos disputados en la presente etapa.

Sin duda alguna, del buen quehacer de la formación de pitcher abridores dependerá en gran medida la suerte que corran los equipos, y algo de eso lo vemos reflejado últimamente en el repunte del equipo matancero. Sin contar todavía con los servicios de Jonder Martínez, los abridores yumurinos archivan balance de 7-1 en una docena de juegos y son los que menos carreras han permitido (27). Como están las cosas, pudiera decirse que en tierra de ciegos, el tuerto puede ser rey.

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