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Historias a ritmo de merengue

Cinco décadas de ausencia antes del retorno no impidieron al béisbol cubano mantener su protagonismo en la historia de las Series del Caribe, cuyo trono defenderá a partir de la próxima semana en Santo Domingo

Autor:

Juventud Rebelde

De forma oficial, Cuba no ha certificado su regreso a la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC), pero por tercer año consecutivo acudirá a la Serie del Caribe, un torneo que ayudó a nacer, y del que pronto se convirtió en uno de sus principales protagonistas.

Cuando el próximo lunes se lance la primera bola en el estadio Quisqueya Juan Marichal, en la capital de República Dominicana, estas fiestas del béisbol regional entrarán en su edición número 58, un recorrido que muchos especialistas dividen en dos etapas, la primera de ellas fijada entre 1949 y 1960, y la otra desde 1970 —cuando se retomó la celebración del certamen— hasta la actualidad.

No son pocas las leyendas y los ídolos que han emergido del diamante a lo largo de tan amplio trayecto, que uno puede disfrutar desde la historia y la memoria. Los más longevos, por ejemplo, podrán recordar aquellos cinco cetros consecutivos taídos a Cuba por los equipos de Cienfuegos (1956 y 1960), Marianao (1957-58) y el Almendares (1959). Desde entonces, los países que más cerca han estado de esa hazaña han sido Puerto Rico (1953, 1954 y 1955) y República Dominicana (1997, 1998 y 1999),

El triunfo de los Vegueros de Pinar del Río en San Juan hace un año llevó otra vez a un cubano hasta el premio al Jugador Más Valioso del torneo, honor que correspondió al espirituano Frederich Cepeda. Iguales méritos había tenido en la primera edición el lanzador Agapito Mayor, responsable de tres de los seis triunfos conseguidos por el Almendares. El último exponente de la Mayor de las Antillas que había conseguido el galardón fue Rafael Noble (1956) con el Cienfuegos.

En aquellas primeras versiones se entregaron varias distinciones a jugadores de equipos que no se coronaron. Estas circunstancias cambiaron después de que en el 2001 el mexicano Erubiel Durazo, inicialista de los Naranjeros de Hermosillo, se llevara la nominación, tras el triunfo de las Águilas Cibaeñas, de República Dominicana. Desde entonces un jugador de un equipo campeón le pone su firma a este departamento, y aun cuando han sido varios quienes se han «lucido» más de una vez, solo los dominicanos Gerónimo Berroa (1990-1991) y Neifi Pérez (1998-1999) lo hicieron de forma consecutiva.

En cuanto a los líderes de bateo, llama la atención que en la primera etapa de la Serie del Caribe —12 ediciones en total— ocho champions bate salieron de los representativos cubanos, cinco de ellos al hilo entre 1949 y 1953. El último con acceso al liderazgo fue Ramón Lunar, cuando en la venezolana Isla Margarita la novena de Villa Clara marcó el regreso a estas lides.

Como contraste queda la mirada a los sluggers, pues ninguno de los premios en la fase inicial correspondió a peloteros de la mayor isla caribeña. No obstante, el recién fallecido Monte Irvin (Almendares), Johnny Jorgensen (Habana) y Ray Orteig (Almendares) —todos estadounidenses— encabezaron a los jonroneros en las ediciones de 1949, 1952 y 1954, respectivamente.

El dominicano Ricardo Carty (1977) y el norteño Barry Jones (1990), comparten el récord para un torneo con cinco estacazos, y si bien varios han repetido el premio, el único que lo ha hecho en dos años seguidos es el venezolano Luis Jiménez (2011 y 2012) con los Caribes de Anzuátegui y losTigres de Aragua.

Ahora, en Santo Domingo, los organizadores han programado un derby de jonrones (3 de febrero) que animarán renombrados toleteros como el venezolano Miguel Cabrera y los dominicanos David Ortiz, Robinson Canó y Vladimir Guerrero. De ellos, solo Guerrero acaparó la distinción de máximo jonronero en el torneo de 2002, cuando disparó cuatro bambinazos.

Estas son apenas algunas pinceladas de la rica historia de la Serie del Caribe, que en Quisqueya puede seguir sumando algunos capítulos. Ojalá alguno de estos lleven la marca de nuestros Tigres avileños.

Estadio Quisqueya Juan Marichal. Foto: Internet


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