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Sin miedo a los gigantes

El presidente de la Federación Cubana de Voleibol, Ariel Saínz, aseguró a JR que antes de llegar a Río de Janeiro el equipo estará unos días en Argentina, donde jugará tres partidos, y ratificó que el 4 y 6 de junio la Ciudad Deportiva será sede del restablecimiento de los topes amistosos con el equipo de Estados Unidos

Autor:

Norland Rosendo

Por edad, la mayoría debería de estar ahora mirando desde afuera los entrenamientos. Por las circunstancias, les ha tocado asumir lo que debió corresponderle a la generación precedente. Pero esta decidió irse, por cuenta propia, a jugar en otros lares, y ellos, los imberbes, ocupan su lugar en la preselección nacional cubana de voleibol masculino.

Con un promedio de edad de 21 años, ya tienen pasaje olímpico. Se lo ganaron, a fuerza de buen juego, a los canadienses en su propia casa en enero pasado. Serán el conjunto menos experimentado en la cita estival carioca. Algunos rivales comienzan a preocuparse de lo que pueda hacer en el futuro (no muy lejano) este grupo de muchachos que dirige Rodolfo Sánchez.

Ellos, en cambio, se concentran en los entrenamientos en la Escuela Nacional de Voleibol, de La Habana. Antes de la Olimpiada, estarán este mes en el Panamericano y durante junio en la Liga Mundial.

Al término de unas de las sesiones de trabajo, Sánchez dialogó con este redactor. «Los muchachos están motivados, la preparación ha sido buena, aunque no hemos podido tener bases de entrenamiento en el extranjero».

(El presidente de la Federación Cubana de Voleibol, Ariel Saínz, aseguró a JR que antes de llegar a Río de Janeiro el equipo estará unos días en Argentina, donde jugará tres partidos, y ratificó que el 4 y 6 de junio la Ciudad Deportiva será sede del restablecimiento de los topes amistosos con el equipo de Estados Unidos).

—Aunque solo han transcurrido unos meses, ¿cuánto han evolucionado respecto a la selección que ganó el preolímpico en Canadá?

—Hemos entrenado con perspectiva. Se notan cambios favorables, gracias, también, a la disciplina, no ha habido ausencias a los entrenamientos, ni al centro escolar. La actitud ha mejorado.

—En los últimos años, la defensa y la alta cantidad de errores no forzados han lastrado los resultados de la selección. ¿Qué han hecho en ese sentido?

—Debo decir primero que lo que más nos ha afectado han sido las bajas de atletas, desde que estoy en esta responsabilidad se han ido más de diez y hemos suplido esas ausencias con otros que han tenido que madurar jugando. Ahora parece que ese problema ha encontrado solución, vamos conformando un buen equipo. Esperamos que sigan juntos para ver el resultado al final.

—Ya se ha anunciado que tres regulares que estuvieron contratados en ligas extranjeras (el opuesto Rolando Cepeda y los auxiliares Javier Jiménez y Osmany Uriarte) no irán a la Copa Panamericana que tendrá lugar en la ciudad de Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa, del 19 al 27 de mayo venidero. ¿Quiénes los sustituirán en esa justa, que otorga cupos para la Liga Mundial de 2017?


—Tenemos una base con la cual trabajamos en ese sentido. Pensamos abrir con Ricardo Calvo como pasador, Dariel Albo de opuesto, Osniel Melgarejo y Abraham Alfonso como auxiliares, Liván Osoria y Luis Tomás Sosa de centrales y Yonder García de líbero.

«Y no solo vamos a buscar la clasificación para la Liga del año que viene, queremos un lugar en el podio. Esa es nuestra mentalidad, salir siempre a ganar, a buscar medallas, sea cual sea la competencia».

—Sin embargo, se nota una diferencia apreciable entre la formación regular (con Cepeda y compañía) y la banca.

—Estamos entrenando para subir un poco más el nivel de los suplentes y que cuando entren a la cancha no baje tanto. Por eso vamos a darles fogueo a esos muchachos.

—Que el pasador y el atacador opuesto se entiendan muy bien es vital para un buen resultado, este año Ricardo y Cepeda han estado poco juntos, ¿le preocupa eso?

—Ahí no ha de haber problemas, Cepeda solo ha estado ausente durante la temporada liguera. Él y Ricardo han entrenado juntos cuatro años; se conocen bien.

—Son una pléyade de jóvenes que han tenido «que quemar etapas», ¿cómo valora el desarrollo técnico-táctico?

—Hay progresos visibles. Hoy están a 80 u 85 por ciento de sus potencialidades, pero el ritmo de ese crecimiento dependerá de que puedan jugar más, el entrenamiento desarrolla, pero el juego es insustituible en la formación del atleta. Los partidos con rivales exigentes son los que te dicen de veras cómo estás, qué te falta, dónde debes hacer más hincapié.

—¿Y desde el punto de vista sicológico?

—Todos han madurado mucho. Incluso, en el preolímpico quedé sorprendido por la forma en que asumieron la competencia. Era impensable no aspirar al primer lugar por el estado de ánimo y la conducta exhibida. Si seguimos así, vamos a tener un equipo excelente.

—No hay dudas de que el hecho de contar con cuatro jugadores que estuvieron en ligas foráneas será muy beneficioso para el conjunto.

—Espero de ellos lo máximo, que jueguen como en sus respectivos clubes, que se entreguen por la bandera, y les inculquen a los demás muchachos lo aprendido.

—¿Cree que para la temporada siguiente la cifra de fichados puede aumentar?

—Va a aumentar. Entre 11 y 12 debe ser la cantidad de contratados. En la medida en que tengamos más atletas de la preselección en el extranjero, el voleibol cubano seguirá subiendo su nivel.

—¿Y hay perspectivas de que alguno pueda ir a alguna liga de más jerarquía?

—Parece que sí. Es muy probable que Javier Jiménez esté en Rusia y allí se juega un voleibol de altísima calidad. Cepeda va ahora a Corea del Sur a hacer unas pruebas para entrar a la liga de ese país. Yo confío en que apruebe, si no, se le puede gestionar otra de las más importantes. Poco a poco, se abre el camino.

—Sobre la Liga Mundial, que para Cuba comienza el 17 de junio en Japón, ¿cuál es el propósito competitivo?

—Primero, estar en la final del segundo nivel. Luego, luchar por el pase al grupo élite. Será difícil porque enfrentaremos rivales con experiencia, fuertes, pero vamos a hacer todo lo posible.

«A la Liga, como a los olímpicos, iremos con nuestro equipo de lujo, el que ganó el boleto a Río de Janeiro: Cepeda (opuesto), Javier y Uriarte (auxiliares), Ricardo (pasador), Osoria y Sosa (centrales) y Yonder (líbero). Pero te reitero, todos son importantes, los de la banca saben que tienen que estar listos para asumir el protagonismo en cualquier situación».

—Pocos apostaban a que ustedes derrotaran a Canadá en el preolímpico continental. Volver a la cita estival 16 años después de la última participación en Sidney es un logro incuestionable…

—Clasificamos, sí; pero esa no es la meta. Aunque será una competencia difícil, en la que estarán los mejores equipos del mundo, vamos a salir a ganar cada partido; que lo logremos o no, lo dirá el terreno. Queremos, por lo menos, dejar una grata impresión. Una señal de las pretensiones de esta hornada de voleibolistas cubanos para el ciclo olímpico que viene. Fíjate que vamos a ser el conjunto más joven en Río de Janeiro.

—Hay muchos cubanos que solicitaron la baja de la preselección nacional y están actualmente en ligas extranjeras con muy buenos resultados. Incluso, varios han declarado públicamente su interés de volver a jugar con nuestra selección. Si se autorizara, ¿los convocaría?

—Por supuesto, pero siempre que se ajusten al sistema nuestro, o sea, a los principios por los que se rige la Federación Cubana de Voleibol. Esa es una decisión que no tomo yo. Una selección en la que también estén esos atletas sería de las mejores del mundo.

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