Moscú, diciembre 15.— Rusia consideró este jueves política la decisión de arrebatarle el Mundial de Bobsleigh, que debía celebrarse en Sochi en febrero de 2017, después de la publicación la pasada semana del segundo informe McLaren sobre el dopaje de Estado, informó la agencia noticiosa EFE.
«Nos hemos topado con un nuevo caso de injerencia política en el deporte. Es evidente que no les preocupa la seguridad de los deportistas, sino que es una forma de castigar a nuestro país», dijo Alexandr Zubkov, presidente de la Federación de Bobsleigh de Rusia (FBR).
Además, Zubkov ha declarado que cree que la federación internacional cedió al chantaje y sentó «un peligroso precedente», cuando poco antes le aseguró que no había motivos para tomar esa decisión.
Al respecto, el primer ministro, Dmitri Medvédev, puso hoy en duda que la decisión de la Federación Internacional de Bobsleigh (IBSF, siglas en inglés) estuviera dictada por la lucha contra el dopaje.
Y también abogó por suscribir acuerdos entre las federaciones y los países organizadores de las competiciones internacionales que incluyan compensaciones en caso de cancelación.
La IBSF, que decidirá en los próximos días la sede del Mundial, admitió que Rusia ya hecho un «gran esfuerzo», pero que la atmósfera creada por las acusaciones de dopaje de Estado hacen «casi imposible» apreciar el trabajo del comité organizador de Sochi.
El segundo informe presentado el pasado viernes por el abogado canadiense Richard McLaren por encargo de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) estima en más de mil los deportistas rusos implicados en ese sistema entre 2011 y 2015.
En respuesta, el Ministerio de Deportes de Rusia negó la existencia de un sistema de dopaje de Estado en este país, y prometió que investigará las denuncias incluidas en el informe.
(Con información de EFE)