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Fiss conectó el jonrón que concretó el triunfo avileño. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:47 pm
Cuando la novena avileña salió de sus predios sin perder, muchos pensamos que la cuesta a subir por los villaclareños era demasiado empinada. Y nos equivocamos. Pero si después del tropiezo de este lunes los dirigidos por Vladimir Hernández logran en la tierra de la piña el ansiado boleto finalista, su proeza tendrá que ser escrita, hasta el punto final, en letras mayúsculas.
En béisbol nada está decidido, pero los Tigres ya han demostrado con creces las altas prestaciones que logran en su feudo, a donde llegarán los Azucareros en desventaja, sin margen de error y bastante golpeados en el plano anímico.
Además, se acaban de gastar la bala de alto calibre que representaba el diestro Freddy Asiel Álvarez, cuyo mayor pecado fue equivocar el lanzamiento que en el segundo episodio Abdel Civil, ese gregario de 12 campañas, le despachó más allá de los límites del Augusto César Sandino con un compañero a bordo.
Con semejante desventaja abandonó el de Sierra Morena en el séptimo inning su esperado y reiterado pulso con el también derecho Vladimir García, quien apenas toleró tres imparables a la artillería de los Naranjas. Sin embargo, eso no quiere decir que su dominio haya sido todo lo imponente que pudiera pensarse.
Si algo tuvo a su favor el líder del staff avileño fue la fina defensa que en los momentos más comprometidos desplegaron sus compañeros. Primero Yorelvis Charles, ahora de titular en la inicial, con un extraordinario fildeo sobre un metrallazo de Yurién Vizcaíno con todas las almohadillas ocupadas. Y luego cuando Yorbis Borroto, en similares circunstancias, atrapó un elevado en zona foul de Yeniet Pérez, que sirvió para colgar el milagroso cero del quinto capítulo.
A pesar del desenlace, habrá que dar crédito a la garra de los anfitriones, quienes en el octavo acto lograron cerrar la brecha gracias a cañonazo impulsor de Alexander Malleta. La justificada sustitución del inicialista capitalino cuando ancló en la intermedia forzó la entrada de Yudelmis Hurtado a la defensa. Y su error, a la hora de recoger los bates, fue el principio del fin.
Además de abrir las puertas a otra anotación visitante, fue la jugada que desestabilizó al relevista Yasmani Hernández Rojas, a quien el experimentado Yoelvis Fiss —sustituto del lesionado Civil— le conectó un grand slam que aplastó cualquier posible reacción. No obstante, a Roger Machado no le tembló el pulso para echar mano a José Ángel García para corregir el rumbo que estaba tomando el relevo de Vladimir Baños, y el refuerzo artemiseño correspondió sacando los últimos tres outs sin complicaciones para apuntarse su salvamento 17 de la campaña.
Mañana puede quedar definida esta semifinal que ya parece rayada. Cualquier otro desenlace clasifica gratamente —si de emociones se trata— como una soberana sorpresa. Y esa, en los momentos que corren sobre nuestros diamantes, siempre serán bienvenidas.
Otro examen
En Bayamo, donde un día antes las lluvias que antecedieron a las primeras noches frías del presente año le pusieron pausa a la primera cabalgada de los Alazanes por su tierra en esta postemporada, los dirigidos por Carlos Martí hicieron los deberes y sentenciaron la segunda derrota de los Cocodrilos yumurinos en el cruce semifinal.
No hubo mayores sobresaltos para que los dueños de casa sacaran los outs necesarios para apuntalar la buena faena monticular del refuerzo capitalino Noelvis Entenza, quien no perdió la brújula cuando William Saavedra le puso el viento en contra con un largo batazo por la pradera central.
Par cumplir el trámite el alto mando granmense envió a la lomita a Leandro Martínez el tramo restante, y el zurdo solventó el tramo sin mayores contratiempos para terminar de poner a la tropa matancera ante un nuevo examen de asimilación.
Con un juego de desventaja, Víctor Mesa y los suyos asumirán el reto de «emboscar» hoy al diestro Lázaro Blanco, el mejor pitcher a lo largo de todo el campeonato y responsable del tropiezo sufrido abriendo la postemporada.
Queda por ver, de acuerdo a lo que tiene a mano, la elección del alto mando matancero, pues para tan trascendental tope —y aprovechando el descanso extendido— pudiera acudir a los servicios de Jonder Martínez, el único abridor que hasta el momento ha esquivado las temibles «patadas» de sus rivales.
