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Entre alegrías y anhelos

Peloteros jóvenes integrantes del equipo Granma que asisten, por primera vez,  a una competencia internacional como la Serie del Caribe

Autor:

Nelson García Santos

CULIACÁN, México.— Solo de observarlos se advierte su alegría, esa que trasciende en el brío con que asumen la práctica para corregir este o aquel defecto o, simplemente, para mantenerse en forma.

JR fue al encuentro de un grupo de los peloteros jóvenes integrantes del equipo Granma que asisten, por primera vez,  a una competencia internacional, lo cual resulta para ellos un tremendo estímulo y compromiso. En los diálogos hubo un sentimiento común: el haber cumplido un sueño acariciado durante mucho tiempo.

Hay peloteros que de solo nombrarlos casi todo el mundo, para no ser absoluto, conoce al dedillo sus resultados deportivos más sustanciosos.

Este el caso del joven jardinero Yoelkis Céspedes, a quien, según sus propias palabras, esta serie le proporcionó tres alegrías. Obvio que para él y sus demás compañeros de equipo constituye un gran orgullo representar a Cuba.

Yoelkis Céspedes. Foto: Juan Moreno

«Esta será, sin duda, una gran experiencia para los más jóvenes. Me he preparado bien, porque aspiro también a hacer el grado para participar en el Clásico», enfatiza.

—¿Cuáles son tus tres alegrías?

—Esta fue mi primera Serie Nacional como regular, conquistamos el campeonato e integré, por primera vez, un equipo nacional. Verdad que no me cayó del cielo, requirió mucho esfuerzo de mi parte y de la tenacidad de mis entrenadores.

—Para batear mejor todavía, ¿qué te falta?

—Tener más calma y concentración en el home. Me desespero mucho, me voy con bolas malas.

Cuando indago sobre su mayor emoción, hasta ahora, como jugador, una amplia sonrisa brotó instantánea y acabó con un rotundo: «¡Ese jonrón que le di a Matanzas con las bases llenas. Nunca había sentido una satisfacción tan grande!».

A César…

De lejos no lo reconocí. Estaba sentado, pensativo, esperando el inicio del entrenamiento. Pero en la medida en que me acerqué lo distinguí. Era el lanzador César García Rondón. Tras el saludo le recordé su actuación en el campeonato nacional: cinco victorias, uno perdido  y otro salvado, con un promedio de carreras limpias inferior a dos.

«Estoy satisfecho, ha sido mi mejor serie», comentó.

César García Rondón. Foto: Juan Moreno

Luego supe que en los inicios jugaba en los jardines hasta que apreciaron en él mejores condiciones naturales para lanzar. Y no se equivocaron. Dice que siempre hay que estar aprendiendo, escuchar bien a los entrenadores, además de que en cada juego puedes tener una nueva experiencia a la que debes sacarle provecho.

Para él participar en la Serie del Caribe resulta algo muy grande, pero también una responsabilidad. Estoy preparado para dar mi mejor esfuerzo en busca de una buena actuación.

Atrapar la pelota que parece va a caer

El jardinero central Víctor Víctor Mesa estaba, como el resto de los jugadores, concentrado en las indicaciones de los entrenadores. El ajetreo sobre el terreno era incesante, pero preciso para pulir cada detalle.

Cuando iba camino del banco lo intercepté y, tras la presentación, inquirí, feliz. «Sin dudas, muy contento, es la primera ocasión en que me tienen en cuenta para un equipo nacional. ¡Qué bueno!» —exclamó.

Víctor Víctor Mesa. Foto: Juan Moreno

Las cualidades de Víctor Víctor como jugador son bien conocidas: un gran fildeador, poseedor de un potente brazo y excelente robador de bases, a lo que sumó en la pasada Serie un mejor desempeño a la ofensiva con un average sobre los 300.

Cuando se le pregunta por qué la mejoría con el madero en esta ocasión, responde: «me preparé bien, corregí defectos a la hora de batear y aumenté de peso, factores que en su conjunto determinaron, además de que ahora tengo más experiencia».

—¿Qué es lo que más disfrutas en el juego?

—Cuando soy capaz de atrapar una pelota que parece que se va a caer, aunque tenga que tirarme y dar dos o tres vueltas sobre el terreno, ese gran tiro a una base y, claro, el buen batazo resulta también satisfacción suprema.

—¿Qué significa Matanzas para usted?

—Allí me desarrollé como jugador. Aprendí mucho. De hecho, ya esa provincia está ligada a mi vida.

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