Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Daniela sirve el tenis a la zurda

Una adolescente matancera se perfila como una de las grandes promesas del tenis de mesa en Cuba

Autor:

Eduardo Grenier Rodríguez

Daniela Fonseca Carrazana abanica el aire con su raqueta una y otra vez mientras conversa. Su semblante refleja la tensión de quien está disputando el punto decisivo de un partido. Al parecer, es una manía que la atrapa incluso lejos del escenario competitivo y que refleja cuan ligada está su vida al tenis de mesa.

El próximo lunes cumplirá 15 años y seguro los festejará por todo lo alto luego de los sonados triunfos que ha conseguido últimamente. Entre ellos, la condición de la atleta con mejores perspectivas de los deportes con pelota a nivel nacional, tras su brillante actuación en los Juegos Juveniles el pasado mes: «Todavía no lo he asimilado, es realmente increíble», comenta al respecto.

Ayer, la bisoña matancera consiguió, junto a su compañera —también muy joven y talentosa— Letileidis González, clasificar para las semifinales del doble femenino del Campeonato del Caribe, que acoge por estos días el Coliseo de la Ciudad Deportiva, tras vencer sorpresivamente a la primera pareja de República Dominicana.

Natural del municipio de Perico, comenzó a practicar el tenis cuando cursaba el prescolar. «Un día llegó a mi escuela un profesor captando alumnos y yo me apunté. Ya lo había visto algunas veces y me gustó mucho porque es un deporte muy dinámico, jamás me voy a aburrir de jugarlo.

«En tercer grado mi mamá decidió sacarme del deporte porque le prestaba más atención que a la docencia. Sin embargo, no podía alejarme del tenis y en quinto grado logré convencerla y regresé, ya como matrícula de la EIDE Luis Augusto Turcios Lima».

Durante su paso por los juegos escolares y juveniles, rara vez ha quedado fuera del podio: «También conseguí una medalla de plata en los juveniles cuando aún era escolar, además de varios títulos en esta última categoría. Sin dudas, esto constituye un estímulo para mí tras tanto esfuerzo y también para mi familia y entrenadores, quienes han tenido un año muy trabajoso para que llegara a tope a cada competencia».

Tercera clasificada en el equipo nacional de primera categoría pese a sus escasos 14 años, Daniela tiene en su compañera de equipo Idalys Lovet el ejemplo a imitar: «Para mí constituye un honor poder representar a mi país y estar al lado de Idalys y de Lisi Castillo, en quienes me fijo siempre para perfeccionar mi técnica».

«Yo espero ser una gran atleta, siempre mis profesores me dicen que llegaré lejos, pero yo a veces no soy consciente de ello, solo me esfuerzo día a día. Por lo pronto, mi sueño es participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020», asegura optimista la matancera.

—¿No te parece demasiado ambicioso?

—No, yo se lo dije a mi mamá antes de los Juegos de Río y tengo el deber de darle esa alegría a mi familia, a la gente del barrio.

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