Hacha en mano

El año pasado estuvieron en la serie de comodines, pero no pudieron con unos sorpresivos Toros, que les devolvieron a los aficionados de Camagüey los deseos de volver al estadio. Ahora, en cambio, los Leñadores de Las Tunas quieren evitar ese play off tan breve en el que quien da primero tiene un alto porcentaje de probabilidades de dar dos veces.

Concluidas las primeras seis subseries de la actual temporada, el equipo de Pablo Civil, quien retornó después de siete años al puesto de mando, está de «intruso» junto a tres históricos en los puestos que dan pasaje directo, sin pasar por la lista de espera.

Sigue como escolta de los Vegueros, el elenco sensación de estos primeros capítulos del campeonato, y en su último tope salió muy bien de su paso por Villa Clara, donde el central está moliendo mucho menos de lo que se esperaba. En el juego de la despedida, los tuneros se dieron el lujo de explotar en el segundo inning a un Freddy Asiel Álvarez que si no tenía éxitos aún, sí había tenido tres aperturas decentes.

Los Leñadores han vuelto a sacarle filo a su hacha en el cajón de bateo y sin tener en cuenta el resultado de ayer, eran los de más average ofensivo del torneo (.315) y un promedio de embasados (incluye bases por bolas y golpeados por lanzamientos) de .409, el segundo más alto entre los 16 elencos.

En las primeras seis subseries, los tuneros se han mostrado más pacientes a un lado u otro del home plate, lo confirman los 84 boletos (cuarto elenco que más llega a la inicial así), y además son los terceros que menos se ponchaban (56). Con 110 carreras anotadas era los segundos en el ranking, detrás de los monarcas de la pasada temporada.

Para Civil es una garantía disponer de un buen tándem de receptores: Yosvani Alarcón y Rafael Viñales, que pueden alternarse en esa posición sin que haya mermas notables en la defensa, pero sobre todo que le aportan mucha consistencia a la alineación ofensiva.

Viñales está en el top ten de los bateadores de más average con .433 y ha llegado a primera base más de la mitad de las veces que ha ido oficialmente al cajón de bateo; mientras, Alarcón, acostumbrado a sus buenas prestaciones con el madero en mano, promedia .355 y .481 de OBP.

Danel Castro, quien debe ser el próximo pelotero en arribar a los 2 000 hits en series nacionales, se burla de los años como de quienes desdeñan a los jugadores por la edad. A sus 41 años, sigue siendo uno de los que más fuerte blande el hacha cuando se para en el cajón de bateo. Tiene cuatro vuelacercas, 21 carreras empujadas —puntero en el equipo en ambos departamentos—, average de .371 y .436 de embasamiento.

Del cuerpo de lanzadores tuneros, los abridores exhiben un promedio de carreras limpias de 4.77 (por encima de la media) y los rescatistas lo hacen para 2.47, en una serie en la que los apagafuegos tienen una efectividad media de 4.91. De los 13 triunfos, a la cuenta del bull pen han ido cinco y seis salvamentos, con un solo revés.

La defensa colectiva se comporta para un .980 que también está por encima de la media de la justa.

La novena de Las Tunas ya jugó con Sancti Spíritus (3-0), Granma (1-2), Holguín (3-0), Industriales (1-1 y uno aplazado), Mayabeque (3-0) y Villa Clara (2-1), y después que concluya su visita a la Isla de los Piratas, tendrá cinco de las ocho subseries restantes en su propia casa. Con el público a favor, generalmente, se baila mejor en la pelota cubana.

Todavía falta para que concluya la primera fase del torneo, pero no hay dudas de que los Leñadores han venido esta vez con intenciones de rajar en dos a quien se interponga en su camino hacia la segunda etapa.