Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

En tiempos de emboscadas

¿Qué podemos esperar en el play off por la corona de la Serie Nacional cuando los pitchers de apertura se bajan de la lomita?

Autor:

Norland Rosendo

En el béisbol moderno los abridores casi nunca llegan al noveno inning; en el cubano, los directores desearían que siempre tiraran completo cuando están bien. Pero hoy no vamos a escribir de las causas de esa, una de las tantas diferencias entre un béisbol y otro, sino de qué podemos esperar en el play off por la corona de la Serie Nacional cuando los pitchers de apertura se bajan de la lomita.

Tardará mucho para que en La Habana se olviden las emboscadas que les tendieron los Leñadores a sus Leones en el último tercio de tres juegos, y en un cuarto también aunque el resultado haya sido diferente.

Excepto el último partido, cuando la suerte parecía echada según la historia y el ánimo de los tuneros al mandar la semifinal al séptimo desafío, las demás victorias de los flamantes muchachos de Pablo Civil se concretaron a la hora en que le tocaba al bull pen preservar las ventajas.

Aquí les dejo la síntesis de cada historia y supongo que Carlos Martí haya tomado notas de esa capacidad de los tuneros para remontar los marcadores en las postrimerías:

En el primer partido, los Leñadores perdían 3-7 y en el inning de la suerte (para ellos, claro) marcaron seis anotaciones, resultado: ganaron; en el cuarto partido, iban debajo en la pizarra por 0-3, pero en el octavo se acercaron con dos carreras y remataron en el siguiente con racimo de cuatro, otra victoria; en el sexto duelo volvieron a cerrar los primeros siete capítulos con Industriales encima, por 3-2, y en el octavo, una vez más, le dieron la vuelta a la historia con cuatro rayas; otro éxito, y la escena quedó lista para el remate avasallador del miércoles.

Si quiere otro dato que refleja la paciencia de los tuneros y su confianza en sí mismos, recuerde que el sábado, cuando Erlis Casanova estaba a tres outs de un inédito cero hits cero carreras, se apareció Yunior Paumier con un tubey y ahí empezó a complicársele la historia a los Azules, que ganaron, con susto, por 4-2.

Ahora tendrán como adversarios a unos Alazanes cuyos relevistas no les permitieron ni una anotación a los Cocodrilos de Matanzas en los últimos tres episodios de los cinco duelos sostenidos entre ellos, ni siquiera en aquel juego loco que parecía nocaut y terminó siendo un ajustadísimo 12-11, a favor del equipo de Carlos Martí.

Pero vaya usted a creer en números. Los pitchers que Martí tiene para los cierres son, fundamentalmente, dos talentosos jóvenes de mucho futuro, Yosver Zulueta y Raidel Martínez, que no tienen la experiencia de los que tenía Víctor Mesa para esa función: Vladimir García, José Pablo Cuesta y Alexander Rodríguez, ni de la carta estelar de Las Tunas: José Ángel García, el mejor cerrador de Cuba en series nacionales y uno de los tres más exitosos en postemporadas también (ocho salvamentos). Frente a Industriales fue muy hermético, con dos victorias y un tapón. Mejor, imposible.

En Cuba y afuera también los últimos tercios deciden en un alto porcentaje los destinos de los juegos. Allá porque las rectas supersónicas suelen silenciar los bates, y aquí porque la mayoría de las veces sucede lo contrario.

¿Seguirán siendo efectivas las emboscadas postreras de los Leñadores en la final? ¿Podrán los lanzadores de Carlos Martí evitar que los «maten» a última hora? Ya veremos qué estrategias plantean uno y otro equipo. Porque ahí puede decidirse el campeón.

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