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La fuerza de la trompa

Los pequeños Elefantes de Cienfuegos parecen destinados esta vez a cruzar definitivamente la barrera de los play off, y cuidado, porque pintan para algo grande

Autor:

Norland Rosendo

Acostumbrados solo a oler la postemporada, quedándose siempre del lado de los que no avanzan a los play off, los pequeños Elefantes de Cienfuegos parecen destinados esta vez a cruzar definitivamente esa barrera, y cuidado, porque pintan para algo grande, léase: ser campeones, o al menos, llegar a la final.

En las cuatro ediciones anteriores han alternado, curiosamente, el séptimo y quinto escaños, y ahora han logrado aglutinar a una pléyade de posibles talentos con otros muchachos deseosos de jugar buen béisbol. Pese a que en los últimos cinco años ese territorio ha sufrido la emigración de más de 25 prospectos, la provincia no se quedó con los brazos cruzados, a vivir de nostalgias y pretextos, y ha trabajado fuerte, con la mirada puesta en el regreso a planos estelares del torneo élite de nuestra pelota.

Con balance de nueve éxitos y tres derrotas, los sureños comandan la zona occidental. Su ofensiva es la más demoledora del campeonato, con línea (AVE/OBP/SLU) de .317/.459/.469, la más alta de los 16 equipos en los tres aspectos. Nadie ha bateado más hits que ellos (123), son los segundos en carreras anotadas (92) y empujadas (84) —en ambos casos antecedidos por el vigente monarca de Santiago de Cuba— y su proporción de boletos y ponches es de las pocas que registra saldo favorable (85/70).

Sus bateadores son los que más veces impulsan el empate o la ventaja (20) y remolcan a casi uno de cada cuatro hombres que encuentran en posición anotadora. Con corredores en circulación promedian .338 de average, y destacan también por distribuir de manera balanceada conexiones para las tres bandas del terreno.

En un torneo cuyos números a la defensa de manera general no merecen piropos, pues la media es de .959, podría no hacer muchos estragos que 47 por ciento de los batazos de los sureños sean de rolata; pero ojo, que si aumenta la hermeticidad guante en mano, tantos roletazos pueden ayudar a las doble matanzas y a los serpentineros rivales.

Del staff de lanzadores, el bull pen tiene mejores guarismos que la rotación de abridores. Sin embargo, entre todos, trabajan para un elogiable 2.97 de efectividad y son los que menos adversarios embasan por entrada (1.29). También sirven más cafés amargos (74) que los pasajes gratis que obsequian (45), y más de la mitad de las conexiones que admiten son roletazos.

Los relevistas exhiben los más bajos promedios de carreras limpias (1.18) y WHIP (0.84) entre sus homólogos de la serie. La defensa de los pequeños Elefantes es de .966, por encima de la media, pero nada que amerite aplausos.

Si bien las estadísticas colectivas dicen a las claras que esta versión de Cienfuegos se ha entrenado bien y tiene argumentos para llegar lejos, hay nombres que apuntalan aún más cualquier vaticinio. Entre los números reflejados en el sitio web de la Federación Cubana de Béisbol, la historia en eventos internacionales de categorías inferiores y la apreciación del amigo anotador Daisuki González Murakami, podemos colgarle a este equipo uno de los carteles de favorito para estar en la postemporada. Por el oriente, Granma es otro, y de ellos también escribiremos.

Entre las individualidades, los sureños cuentan con el camarero César Prieto, líder en average de la pasada Copa del Mundo sub-18, quien en este certamen sub-23 encabeza ese departamento con .489 y su OBP (.593) y slugging (.556) lo colocan en un sitial de privilegio para que los técnicos lo sigan, pues dentro de poco debe estar tocando las puertas de la selección nacional.

También descuellan el jardinero Grabiel Suárez, puntero de la justa en vuelacercas (cinco) y quien ha remolcado 17 carreras. El paracortos José Manuel Orama y el inicialista Daniel Pérez han fletado diez hombres cada uno; de este último atleta se hablan muchos elogios también, incluso, hay quienes piensan que pudo haber sido llamado a la Serie Especial rumbo a Barranquilla.

Los picheres, Adrián Bueno, Hermes González, Alex Pérez y Bárbaro Herrera han tenido protagonismo en las aperturas, mientras Darpin González y José Antonio Córdova (dos salvados) lideran el cuerpo de rescatistas. Daisuki nos alerta que sigamos además al zurdo Abel Campos, quien tuvo deudas de entrenamiento por problemas de salud, pero es muy talentoso y apenas regala bases por bolas.

Con semejantes atributos, estos aspirantes a Elefantes pisan fuerte y seguro, y nada lentos, en busca del oro perdido que anhela la afición de una de las ciudades que más me gusta a mí.

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