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Paret y las esperanzas naranjas

Mejor no pudo ser el debut de Eduardo Paret como director. Villa Clara comenzó barriendo a Holguín y ocupa el puesto de lujo en la avanzada de la tabla de posiciones

Autor:

Norland Rosendo

Mejor no pudo ser el debut de Eduardo Paret como director. Villa Clara comenzó barriendo a Holguín y ocupa el puesto de lujo en la avanzada de la tabla de posiciones. Hasta ahora ha sido fiel a su filosofía: «Salimos a ganar cada juego, porque en un torneo tan corto no hay mañana».

Pero Paret sabe que por mucho que los lanzadores se esfuercen por maniatar a los adversarios, si la ofensiva no aporta lo suyo —ayer fue la excepción, ¿será el repunte?—, le va a costar trabajo llegar a la segunda fase del campeonato. El calendario de los Naranjas, que tienen estirpe de antiguos Leopardos y Azucareros, es de los más complicados, pues terminan contra equipos que, según los vaticinios precompetencia, deben estar en octubre en la puja por los boletos.

En los últimos tiempos, los elencos de Villa Clara no jugaron fieles a la escuela del centro del país: buscar siempre una base más, dominar los fundamentos de juego, luchar siempre por la victoria por muy adversos que fueran los marcadores… Paret sabe que no es mago, pero quiere cambiar la mala cara del conjunto. «El arma fundamental es la disciplina, de todo tipo, sin ella no hay resultados, no hay siquiera equipo», dice en diálogo con JR.

Sin contar los números de ayer, la línea ofensiva (AVE./OBP/SLUG) de Villa Clara era la peor de todos los equipos (.218/.306/ .305); apenas habían bateado 62 hits, de ellos, solo 19 extrabases y de 104 hombres en posición anotadora, habían remolcado a 19 para un porcentaje paupérrimo de 18.27. Con tan poco poder aislado (SLU-AVE) se necesitan de más sencillos para concretar carreras y no han podido soltar a más corredores al robo —de diez les han capturado a seis—, porque no son muchos los hombres que les habían llegado a la inicial.

Solo Norel González tenía una línea ofensiva decorosa (394/.500/.485) y Yurién Vizcaíno exhibía más poder con .545 de slugging, gracias a que sus cinco hits habían sido extrabases. 

El diferencial de carreras (las anotadas menos las permitidas) mejoró ayer, era de +4 y subió a +14. Con un bateo así, toca entonces a los picheres trabajar con mayor efectividad.

Es el único staff cuyo porcentaje de efectividad es de menos de dos carreras limpias por juego (1.98) y embasa a 1.11 corredores por inning, el mejor WHIP entre los 16      elencos. Su proporción de ponches por boletos (1.90) es el que más se parece a los estándares internacionales, a razón de una media de 6.28 retirados por la vía de los      strikes y 3.31 enviados para primera por base por bolas.

Tanto los abridores como el bullpen muestran los mejores números del campeonato y se reparten casi a partes iguales los triunfos. Es un lujo disponer de una rotación que combine la experiencia de Freddy Asiel Álvarez y Alaín Sánchez con jóvenes prometedores como Yosver Zulueta, Pablo Luis Guillén y Pedro Manuel Castillo.

El más sobresaliente de todos ha sido el derecho Javier Mirabal, a quien le asignaron funciones de relevo. Tiene tres éxitos y un salvamento en cuatro salidas, todavía no le han marcado carreras limpias, su WHIP es de 0.79 y apenas la batean para .086. Ha ponchado a nueve y ha regalado seis boletos en 11.1 innings.

Casi con picheo nada más los Vegueros de Pinar del Río consiguieron el pasaje al segundo segmento de la temporada 57, aunque agonizaron en las últimas jornadas, después de un arranque espectacular. Pero ojo, que esas historias no siempre se repiten.

Ayer la ofensiva del Villa Clara produjo como no lo había hecho antes, incluso, conectó cuatro jonrones y el equipo le ganó 10-0 a Guantánamo.

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