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¿Dónde caerán las estrellas este año?

Continúa la expectativa por saber la sede del Juego de las Estrellas. Hasta el lunes que viene, probablemente, no se sepa

Autor:

Norland Rosendo

Se había filtrado que este jueves anunciarían la sede del Juego de las Estrellas de la actual temporada cubana de béisbol. También se habla de tres posibles candidatos: Ciego de Ávila, Holguín y Santiago de Cuba. Sin embargo, la decisión, ya de por sí atrasada, no se tomó hoy.

El Director Nacional de Béisbol, Yovani Aragón, confirmó a este redactor que esperarán una subserie más para definir dónde se reunirán los estelares. Supongo que el domingo, día de asueto, no ocurra el cónclave en el que otorguen el premio y no sea hasta el lunes cuando se sepa la noticia.

Para entonces solo quedarán dos subseries a la actual campaña y poco más de 15 días para la que provincia elegida garantice todo lo que implica un fin de semana de esa envergadura con tantas luminarias del ayer y de hoy juntas, prensa, invitados y un programa televisivo de por medio para escoger los refuerzos de la segunda ronda.

Es demasiado para tan poco tiempo, y ni Ciego de Ávila, con un doctorado en la organización de actividades deportivas de alto calibre, podría asegurar un espectáculo con la calidad cada vez más creciente que amerita el Juego de las Estrellas.

No creo tampoco que haya que esperar a que un equipo se confirme en el primer lugar para merecer la sede. Ni que ese sea el principal requisito para optar por el jolgorio de mediados de temporada, aunque ha sido la tendencia.

Me parece que sería más saludable otorgar la sede mucho antes; puede ser, incluso, rotativa, una vez en occidente y otra en oriente, y definir con antelación posibles candidatos para que se vayan preparando, y en vez de un corre-corre de última hora, sea una auténtica fiesta de la pelota, un espectáculo genuino.

Además, ¿por qué pensar siempre en los punteros? En cualquier provincia, por muy alejado que esté su equipo de la vanguardia en la tabla de posiciones, la afición agradecerá ver reunidos en su estadio a los estelares de antaño y a los peloteros de mejor rendimiento en la actualidad. Es un lujo que trasciende lo meramente competitivo.

Se han efectuado 31 Juegos de Estrellas y nunca Guantánamo, Camagüey y Artemisa han tenido el privilegio de ser anfitriones. De los tres que con más fuerza se habla para esta ocasión, Ciego de Ávila ha vivido esa experiencia par de veces (1998 y 2007) y una vez Holguín (2002) y Santiago de Cuba (2008).

El béisbol cubano, entre tantas dolencias, agoniza del sentido del espectáculo. El Juego de las Estrellas debe ser un momento estelar, no solo por la cantidad de jerarcas de este deporte que se den cita, sino por la oportunidad de ponerlos en diálogo con la afición, con los niños y que alimente la pasión por nuestro pasatiempo nacional.

Y eso se logra con previsión, definiendo a tiempo la sede para que esta pueda presentar un programa exquisito, sorprendente, que sirva para que el sucesor trate de superarlo, y eso, con dos semanas, e incluso con un mes, no se puede.

 

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