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Armando Chappi: pelotero como muchos, pelotari como pocos

Dotado con el entusiasmo de sus 24 años, este habanero asegura que lo que más quiere en la actualidad es ganar el Campeonato del Mundo

Autor:

Lianet Escobar Hernández

¿Por qué rumbos andaría la historia del deporte cubano y mundial si la estatura de Mireya Luis hubiese marcado, prematuramente, el punto final de su brillante carrera como voleibolista?

¿Cuántos serán los que se arrepienten de no haber visto más allá del somatotipo de Alfredo Despaigne, y de no predecir el gran pelotero que sería?

La película tendría finales muy tristes en el deporte internacional si el tamaño del atleta determinara su talento.

De ser así, ahora sufriríamos la ausencia en nuestras vidas de futbolistas como Maradona, Lionel Messi o Antoine Griezmann; de basquetbolistas como Isaiah Thomas, uno de los mejores «bajitos» que actualmente habitan el reino de la NBA; o de José Altuve, referente obligado entre las estrellas de las Grandes Ligas estadounidenses.

Sin embargo, fue precisamente la estatura lo que determinó a sus 12 años, que Armando Chappi Medina no estaba apto para ser pelotero.

«Me encantan los deportes y practicaba béisbol, pero por el tamaño no pude ingresar a la Escuela de Iniciación Deportiva, aunque seguí con la pelota dentro de mis hobbies, hasta que un buen día entré a jugar al complejo Raúl Díaz Argüelles.

«La comisionada de pelota vasca en aquel entonces, Graciela Zalasar, me vio, se dio cuenta que tenía talento natural para estar en su deporte,  me hizo unas pruebas y pude por fin entrar a la EIDE», nos relata Chappi en exclusiva para JR vía Facebook desde suelo español, sede del Campeonato Mundial de la disciplina que se estrena este domingo.

Así comenzó la vida como pelotaris de este joven habanero, cuatro veces subcampeón del mundo entre los menores de 22 años: primero en Mercedes, Uruguay en las modalidades de xare y paleta de cuero del trinquete en 2013 y después en Valencia, España en frontenis y paleta de goma, en 2015.

Tres años después de su última medalla plateada, Chappi Medina tiene ahora una nueva oportunidad de lograr un título mundial.

«Hasta el momento nos ha golpeado la inexperiencia y la falta de roce internacional en los grandes eventos, pero para este torneo la preparación fue buena, aunque sufrimos carencias materiales que tuvimos que suplir con preparación física», comenta el también Licenciado en Cultura Física que hoy con 24 años mide solo 1.68 de estatura.

El muchacho, vecino de 10 de octubre, compite en territorio catalán en las modalidades de pala corta y paleta de cuero, dos especialidades con las que confiesa sentirse fascinado.

«En el mundo, la pala corta, por ejemplo, cuenta con un nivel muy parejo. Se trata de un juego muy violento y dinámico, por eso me llama tanto la atención, además de que se juega con una pelota muy dura y una pala que pesa casi dos libras. Con ella se vive una sensación espectacular», afirmó.

Tanto en la pala como en la paleta hay un elemento que es crucial a la hora de pugnar por un título mundial y se trata del otro componente del doble, pues ambas especialidades se realizan en parejas.

Para Armando Chappi esa maquinaria no funcionaría sin su compañero de equipo Jhoan Luis Torreblanca Fabré.

«Es un dúo que funciona perfecto, siempre juntos compartiendo logros y aprendiendo de los tropiezos, gracias también al trabajo que hace con nosotros nuestro entrenador Camilo Valdés», apuntó el capitán de la selección antillana.

Jugar la final en una de las dos modalidades en la que estará en este mundial es el gran sueño que persigue el capitalino y aun cuando sabe que la dupla anfitriona, así como la de Francia y Argentina pudieran impedírselo, se mantiene optimista.

«A los franceses los derrotamos en la copa del mundo de Anglet en 2017, un certamen donde caímos ante argentinos y españoles, algo que no se olvida pero que pertenece al pasado. Prefiero enfocarme en el hecho de que a Francia, campeona absoluta de esa lid, en la base de entrenamiento que hicieron en Cuba les ganamos todos los partidos, aunque claro, estamos conscientes que las pésimas condiciones de nuestra cancha nos ayudaron un poquito», aseguró.

Con el bonachón comentario Chappi dio muestras del espíritu que prima en la comitiva cubana presente en Barcelona, según sus propias declaraciones un ambiente de júbilo donde impera el deseo de competir y de luchar.

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