Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Dos caras de una moneda

La Habana y Pinar del Río, favoritos precompetencia, andan con rumbos dispares en la edición 104 de la Liga Cubana de Fútbol

 

Autor:

EDUARDO GRENIER

El fútbol en Cuba siempre regala un manojo de sorpresas en su calendario: equipos que un año parecen invulnerables sobre el césped y al siguiente son incapaces de derrotar al más débil de los rivales; también conjuntos cuya solidez parece nula en agosto y en enero, con temporada nueva, arrasan en cuanta cancha visitan.

El pasado sábado, sobre la grama de la Facultad de Cultura Física Nancy Uranga, en Pinar del Río, los locales enfrentaron a La Habana, en un clásico occidental que resume hoy, casi con exactitud, la hipótesis anteriormente planteada. Al final, los capitalinos lograron llevarse los tres puntos de un suelo casi siempre inexpugnable, para de paso, hundir a los vigentes medallistas de bronce en un pozo que parece no tener fondo.

La tropa habanera, que hace un año quedó en la terrible inactividad de la Segunda División, regresó en la actual campaña con el firme propósito de retornar al lugar que merece, por tradición y por plantilla. Hasta el momento, van cumpliendo con creces este objetivo, aupados en uno de los juegos más atractivos que puede lograr un equipo de nuestra liga.

La clave ha sido conjugar con inteligencia la base de la escuadra que incursionó en el evento nacional sub 23, plagada de jugadores con muchísimo talento en sus botas, como el habilidoso Orlendis Benítez, con otras figuras ya consagradas, entre ellas los internacionales Andy Baquero y Daniel Luis Sáez, ejes del mediocampo de la selección cubana.

A ello habría que agregarle el toque distintivo de un hombre como Roberto Peraza, quien aporta ese matiz distinto en la construcción del juego cuando los espacios se cierran y cuyas características coinciden plenamente con las necesidades de la selección nacional. Por desgracia, la tricolor no cuenta con los servicios del «Maestrico».

Con este panorama, todo apunta a que los capitalinos estarán en la porfía por el título y, una vez allí, la tradición indica que son enemigos de cuidado.

En la otra cara de la moneda, destruyendo cualquier vaticinio, aparece Pinar del Río. Los más occidentales disputaron una magnífica temporada el año anterior, peleando por el título hasta las últimas fechas, con un estilo ofensivo basado en la posesión del balón y la rapidez de sus hombres por las bandas.

Sin embargo, concluidas las primeras seis jornadas de la actual liga, los vueltabajeros acumulan un balance de tres empates e igual número de derrotas, estadísticas que reflejan con precisión el pobre desempeño de los verdes, últimos de la zona occidental. De antemano, el primer factor determinante pudiera ser la ausencia de Pablo Elier Sánchez, su entrenador durante los últimos años, quien ahora forma parte del colectivo técnico de la selección nacional.

Quizá a ello se deba una endeblez táctica inusual en combinados pinareños, traducida en la efímera producción de goles vista hasta el momento, a razón de uno cada 540 minutos. Con semejante, performance es imposible conseguir éxitos.

Dicha situación pudiera empeorar con la pérdida de tres de sus jugadores fundamentales: Reinaldo Pérez, Maikel Reyes y el arquero Elier Pozo, quienes, como el resto de los atletas del equipo nacional, dejarán de jugar la liga con sus provincias para concentrarse en los entrenamientos en el estadio Pedro Marrero de cara a los venideros compromisos internacionales.

Son estos, los de pinareños y habaneros, solo dos de los casos más llamativos en un certamen que, aun lejos de la espectacularidad requerida, siempre resulta atractivo para los fieles al más universal en la Isla.

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