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Ariel Saínz remata a dos manos

¿Qué tanto hace la Federación Cubana de Voleibol (FCV) para impedir que la disciplina siga decayendo?, ¿por qué rumbos andan las contrataciones de los antillanos en ligas foráneas?, ¿a qué se aspira en los Juegos Panamericanos? En una entrevista exclusiva para JR se comparten algunas respuestas

Autor:

Lianet Escobar Hernández

El tiempo lo cura todo, incluso las más grandes heridas. Pero cuando eres un cubano de los que derramó lágrimas de regocijo con cada narración de René Navarro, si eres de los que tantas veces saltó a la par de Regla Torres y disfrutó con los ataques de Mireya Luis o Mamita Pérez, entonces seguramente usted es de los que piensa que para el voleibol de la Isla, el lapso transcurrido desde aquella última medalla de bronce en Atenas 2004 y la presea de plata en el Campeonato del orbe masculino de Italia 2010, no ha sido suficiente para sanar.

Sin embargo, como dijera el estadounidense Karl Malone, miembro del Salón de la Fama del baloncesto mundial: «Si ves que el tiempo pasa y tú no avanzas, tal vez debas cambiar de hábitos» y eso, señoras y señores, es precisamente lo que se intenta desde 2013 en la Escuela Nacional de Voleibol: transformar incorporando nuevos elementos sobre la base del respeto a las enseñanzas de grandes maestros como Eugenio George, Luis Felipe Calderón, Antonio «Ñico» Perdomo, Gilberto Herrera y Orlando Samuell.

Así nos lo enfatizó Ariel Saínz Rodríguez, presidente de la Federación Cubana de Voleibol (FCV) y Comisionado nacional del deporte de la malla alta, en entrevista exclusiva para Juventud Rebelde.

—La captación de talentos es clave para el desarrollo de cualquier deporte, ¿qué significa esta máxima para el voleibol cubano y dónde están las mayores deficiencias de este proceso?

—En la actualidad tenemos muchachos con buenas medidas biológicas y muchas cualidades físicas, puesto que la captación de talentos asegura que nuestras reservas deportivas sean nuestro mayor patrimonio. Las debilidades están en cómo trabajar con esa reserva, y en eso inciden tanto la calidad de los entrenadores en la base como las oportunidades de tener calendarios de competencias cada día más sistemáticos.

—¿Cree que dicho enfoque esté dando los resultados que necesita la disciplina en los tiempos que corren?

—Considero que hemos avanzado, somos de los deportes que ha mantenido una clasificación sistemática en todos los campeonatos mundiales por categoría. Una muestra de ello es que para este año estamos clasificados en el sub-19 masculino y en el sub-21, en este último somos el número uno del ranking (hasta enero de 2019, con 120 puntos, diez por encima de Rusia y Polonia, respectivamente) con su medalla de plata en el pasado mundial, y es el grupo que tenemos hoy en el equipo nacional.

—En este sentido, ¿dónde radican las dificultades que laceran esta intención de continuar evolucionando?

—En crear niveles de compromiso en nuestros atletas para que, una vez formados, puedan mantenerse jugando para el equipo nacional y no decidan hacer una carrera independiente acogidos a políticas internacionales de la Fe-deración Internacional de Voleibol (FIVB), la cual les da amparo a aquellos jugadores que decidan hacer una carrera independiente, acogiéndose a la  sombrilla (un recurso legal de la FIVB) lo cual es contrario a la política de contratación del país. Tristemente, en ocasiones es la propia familia la que no está colaborando con nuestros fines.

—En estos momentos son ocho los atletas que se encuentran contratados en ligas foráneas, ¿cuáles han sido sus resultados? Háblenos de las novedades asociadas a este tema.

—Tenemos seis hombres en Argentina  y dos mujeres en Perú: Dialis Pérez y Laura Hernández, en el club Alianza Lima, y aunque sabemos que este no es el escenario ideal para ellas, sí ha sido oportuno para iniciarlas como voleibolistas profesionales y a partir de ahí alcanzar la madurez necesaria para pasar a Europa, que es nuestro mercado soñado.

«Si seguimos con el femenino, oficializo la presencia desde el 23 de marzo próximo de dos de nuestras principales exponentes: Yamisleidis Vitres y Kitania Torres, en una clínica de entrenamiento en Rusia, con el club Uralochka, dirigido por el destacado entrenador Nikolai Karpol. El objetivo será evaluar su desempeño técnico y tenerlas previstas para integrar, en la próxima temporada, algunos de los equipos de este club que compite en varias divisiones de la liga rusa. Además, sería una oportunidad de superación para la entrenadora Imilsis Téllez que iría con ellas.

«Por su parte, en Argentina siguen Liván Osoria en el club Ciudad de Buenos Aires, Adrián Goide, Miguel Ángel López y Miguel David Gutiérrez (antes en el Ravenna de Italia) en Gigantes del Sur, y Osniel Melgarejo y Jesús Herrera en Obras de San Juan.

—¿Qué intenciones hay de aumentar el número de jugadores contratados en el exterior?

—La FCV está dispuesta a intercambiar con cualquier club en el mundo que tenga la intención de hacer convenios de trabajo con Cuba, siempre bajo lo establecido en la política de contratación y, en primera instancia, que los jugadores tengan el rendimiento para merecer estar en esos clubes.

—Se ha rumorado mucho sobre  jugadores cubanos que emigraron y que han manifestado su interés de volver a representar a Cuba, ¿qué nos puede decir al respecto?

—Es cierto, ya tenemos algunas consideraciones de jugadores muy importantes que han revelado su intención de retornar a la selección nacional respetando los principios y las normas establecidas por el Inder y el Comité Olímpico Cubano. Estamos evaluando todas las posibilidades que tienen estos atletas de poder acogerse a ellas para representar al país; sin embargo, es un proceso que aún no es conclusivo, pero en el que se avanza.

«No obstante, yo considero que el proceso es un recurso del momento. La solución para el futuro del voleibol no está en la reinserción de jugadores al equipo nacional, sino en la formación de la reserva deportiva.

—Después de los lamentables su-cesos de Finlandia, muchos de nuestros lectores nos preguntan cuál fue el destino de los voleibolistas involucrados.

—Cuba dio muestras al mundo de lo que hace y ha hecho históricamente con sus atletas. Es sabido que desde el primer momento ellos recibieron el apoyo de la Federación y del país tras haber cometido una indisciplina grave en un evento internacional.

«Todos los jugadores regresaron indistintamente y la mayoría ya no está en el país porque se han acogido a las políticas migratorias, a pesar de que explicamos a cada uno cuál era la ruta para poder volver a jugar por Cuba. Pero en todos los casos fue decisión personal la de no continuar en territorio cubano.

—A partir del decrecimiento del voleibol de sala, el de playa ha mostrado un crecimiento significativo. ¿Qué se hace para que se mantenga este progreso, a pesar de que la principal pareja masculina quedó disuelta?

—Así es, gracias a ello pudimos in-sertarnos en el circuito mundial, algo anhelado por años; sin embargo, hace poco su-frimos la pérdida de un jugador clave como Nivaldo Díaz, quien por decisión personal abandonó el equipo nacional. Ahora a Sergio González decidimos vincularlo con Luis Enrique Reyes, un muchacho joven con muchas potencialidades.

—¿Cuáles son los principales compromisos del voleibol de sala y de playa para el año 2019?

—Este año en la modalidad de playa tenemos una ruta crítica que incluye, y esto lo estoy asegurando, presencia de Cuba en las primeras cuatro paradas del Tour Norceca, escenarios de preparación directa para Lima, y a partir de ahí la presencia en el Tour Mundial en paradas de dos y tres estrellas, que son en las que podemos aspirar a estar en el femenino y el masculino.

«Entretanto, en el caso del voleibol de  sala tendremos el Challenger en la primera quincena de junio, en la Ciudad Deportiva de La Habana, y el día 5 de mayo será la Gala del voleibol cubano, con un partido entre dos selecciones del sector masculino insertadas en la preparación de los Panamericanos, en las que están incluídos los jugadores contratados en ligas foráneas. Por su parte, este 2019 es el Mundial sub-21 en Baherin y el sub-19 en Túnez.

—¿Qué aspiraciones se tienen en una y otra especialidad para los venideros Juegos Panamericanos de Lima?

—Estamos aspirando a una medalla de bronce en playa, en el femenino, y en sala, en el masculino, buscaremos mejorar el quinto lugar de Toronto. Con ello estamos totalmente comprometidos.

Ariel Saínz apuesta por la formación de las reservas deportivas. Foto: Tomado de Radio Ciudad del Mar

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