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Yan Carlos Arias: El rey de Guantánamo sobre bielas

Mañana viernes se corre la segunda etapa de VL Clásico Nacional de Ciclismo entre Guantánamo y Santiago de Cuba

Autor:

Luis Autié Cantón

GUANTÁNAMO.- Parece que Yan Carlos Arias se siente más en casa en Guantánamo que en Las Tunas, su provincia natal. En un endemoniado final, el ciclista oriental de 34 años rebasó la línea de meta de la primera etapa del VI Clásico Nacional de Ruta gracias a un sprint fugaz, que le hizo detener los cronómetros en 3 horas con 51 minutos y 45 segundos, mientras se golpeaba el pecho, eufórico. Esta es la segunda vez consecutiva que el tunero gana la etapa inicial en estas tierras. Es, un día al año, el rey de Guantánamo.

Detrás de él cruzaron la línea el capitalino Leandro Marcos y el jovencito de Artemisa Yoan Fernández, casi con idéntico tiempo. El resto del top 10 de la etapa lo completaron, por este orden, Frank Consuegra (HOL), Félix Nodarse (ART), Carlos Álvarez (SSP), Alejandro Parra (HOL), Yoel Solenzal (SSP), Yoandy Freire (SSP) y Luis Ramírez (GRA).

Yan Carlos aseguró a la prensa que se preparó bien para esta competencia, y que se siente con posibilidades de lograr un buen resultado, a pesar de no contar con un equipo lo suficientemente fuerte que le permita luchar de manera directa por la cima de la Clasificación General Individual.

Pero todo empezó mucho antes, en las primeras horas de la mañana, cuando el pelotón de 90 pedalistas partió de la Ciudad Primada de Cuba, Baracoa, y pusieron rumbo a La Farola.

Según lo expresado por varios ciclistas a este reportero, el peligroso tramo del viaducto de La Farola pasó factura a muchos. El viento, fuerte en la mañana de ayer, obligó a los ciclistas a emplearse a fondo en las subidas, sobre todo en los dos premios de montaña que se corrieron en este conocido lugar. El viaducto de La Farola convierte a la caravana en una bomba de fragmentación. El santiaguero Pedro Portuondo, campeón del Clásico en su edición de 2017 fue, en esta ocasión, la esquirla más rápida, y logró imponerse en los dos premios de montaña disputados la víspera.

El primero, a la altura de Palma Clara, lo ganó escoltado por el artemiseño Yasmani Balmaseda y Yoel Solenzal, quien defiende en esta oportunidad el título de campeón de la tabla general individual del año pasado.

Luego, en Alto de Cotilla, Portuondo repitió la dosis y cruzó la línea en solitario. Muy poco después pasó Solenzal, y Balmaseda entró tercero en esta oportunidad. Yoandy Freire (SSP) y Frank Sosa (CFG) entraron cuarto y quinto, respectivamente.

Esta primera etapa contó con tres metas volantes. La primera, en Imías, fue ganada por  el espirituano Miguel Valido, secundado por el granmense Luis Ramírez y el indómito Javier Revilla.

La segunda, en San Antonio del Sur, repitió las dos primeras posiciones, aunque esta vez fue el guantanamero Hammel de La Cruz quien pasó tercero.

La última, en el poblado de Yateritas, vio cómo cruzaron por ella primero el granmense Luis Ramírez, el habanero Leandro Marcos y Mario Couso, de Santiago de Cuba.

Es digno de ver este tramo de La Farola. A un costado de la carretera las palmas filetean la luz. Como consecuencia, las lascas de sol, intermitentes, hacen que los uniformes, coloridos en la mayoría de los casos, parpadeen al cruzar los ciclistas la reja de luz y sombra que se proyecta sobre el asfalto. Y los habitantes del lugar se reúnen a orillas de la ruta a mirar. A disfrutar.

Este tramo no es cosa fácil. Los camiones, ómnibus, motos y automóviles suben muy despacio, con cuidado, como quien rasga un papel. Si tuvieran pies en lugar de ruedas, irían de puntillas. Y los ciclistas alcanzan, mientras bajan, velocidades de vértigo. Imaginen ustedes la adrenalina. Y el peligro.

Ya sobre el mediodía, la céntrica avenida guantanamera Pedro Agustín Pérez se convirtió, por algo más de hora y media, en una estrecha garganta, con tanta gente agolpada en los contenes y aceras, para ver los segundos finales de la Primera Etapa, que daba la impresión que se tragaría cualquier cosa que atravesara el pasillo de asfalto.

En la esquina, a unos 200 metros de la línea de llegada, ubicada casi frente por frente al Parque Martí, se pudo ver desde la distancia cómo Yoan Fernández, de tan solo 19 años de edad, dobló la esquina pedaleando frenéticamente. A sus espaldas, muy de cerca, a pírricos segundos, el pelotón de unos 30 pedalistas tomó de igual manera la curva. Llegaron al tramo final, todos, en un grupo apretado.

Los últimos 50 metros fueron decisivos. Fernández, quizá confiado por la cercanía de la línea de meta, torció el cuello por una milésima de segundo, suficiente para que Yan Caros Arias, un esprínter de vasta experiencia y calidad, saliera de manera endemoniado de entre el pelotón y rematara.

Cabe destacar el buen segundo lugar obtenido en esta etapa por Yoan Fernández, quien opta por el título entre los pedalistas con menos de 23 años que participan en este evento.

«Me rezagué un poco en la montaña y eso me afectó psicológicamente un poco, por un rato. Pero luego logré recortar distancias. No soy un esprínter, ¿no ves lo flaquito que soy?. Pero me enfoqué en estar integrado al pelotón en la recta final y lo logré. Lo que pasó fue que, novato al fin, miré mucho sobre mi hombro y eso lo aprovechó Yan», expresó el artemiseño, en exclusiva para JR, poco antes de subir al podio.

Roto el hielo de este VI Clásico Nacional de Ruta, y con Guantánamo ya en el retrovisor, Yan Carlos Arias se tendrá que vestir hoy con un maillot diferente al del resto de su equipo, pues deberá lucir los colores que lo identifiquen como líder de la clasificación general individual por tiempos.

Además, Pedro Portuondo marcha al frente de la clasificación de montaña, Miguel Valido comanda la lista de las metas volantes y Yoan Fernández a los jóvenes de la sub 23.

Pero falta mucho. A la carretera le falta, aún, mucho que decir.

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