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Magnol Suárez: un celoso guardián de la portería

En su trayectoria como parte del Equipo Nacional de Balonmano, este joven avileño atesora ya numerosos reconocimientos en eventos internacionales

 

Autor:

Javier Rodríguez Perera

«Bendecido por los dioses» es una frase que resume perfectamente al portero Magnol Suárez Fiss el 15 de junio pasado. Eso me dijo desde España, con total justeza, un amigo pocos minutos después de concluir el partido de semifinales entre Cuba y Bulgaria, correspondiente al Campeonato Mundial de Naciones Emergentes de balonmano para varones, acaecido en la capital georgiana de Tiflis. Aquella noche europea de sábado el avileño devino genuino mesías de su selección.

Restaban 30 segundos para el cierre de un encuentro que definiría el contrario en la final de Georgia y el marcador reflejaba una igualada a 32 goles. El central Tanser Yusnyu suelta un disparo desde los nueve metros, Magnol lo para y Cuba tiene de nuevo la posibilidad de ponerse delante. En un ataque un tanto desesperado, el santiaguero Omar Toledano falla, pero el árbitro marca un golpe franco. Los antillanos vuelven a diseñar una jugada. Reinier Taboada le pasa el balón a Dariel García y este a Toledano, quien falla nuevamente su disparo.

Al instante que el arquero Ivaylo Kostov detiene el lance, los búlgaros arman una rauda estrategia ofensiva. Kiril Savov realiza un pase largo al extremo izquierdo Dimitar Grozev. Faltan tres segundos para el final y los europeos tienen en la derecha de Grozev el chance del triunfo y la clasificación para la discusión del título. La defensa se retrasa. Grozev avanza con celeridad hacia la portería cubana. Queda solo ante Magnol. Se suspende en el aire, completa la acción ofensiva…

Todos en la banca de los insulares se levantan con lo que acaba de pasar y se lanzan a la cancha eufóricos. Más dramático que cualquier escena de un filme conmovedor fue el último segundo del partido, instante en que el portero avileño levanta su pie derecho, bloquea el tiro, asegura la prórroga y mantiene a Cuba con esperanzas de luchar por el oro.

Pasado medio segundo de la espectacular parada, Magnol reacciona a su hombrada. Se desploma en el suelo, mira al techo y en breve es abrazado y felicitado por todos sus compañeros. La explosión de alegría también contagia al cuerpo técnico, dirigido por Luis Enriques Delisle, y al comisionado nacional del deporte, Franklin Guevara.

Después de los diez minutos del alargue, Cuba refrendó su pase a la instancia decisiva con pizarra de 39-36. Al concluir el juego, Suárez fue nombrado, por tercera ocasión en el certamen, como Mejor Jugador del Partido, un reconocimiento difícil de alcanzar para un arquero.

Pedirle a él que recuerde ese encuentro le provoca buenas sensaciones. Incluso se le erizan los vellos de los brazos. «El hombre venía furioso hacia mí. Sabía que si paraba el tiro, seguíamos en juego, de lo contrario, perderíamos. Después de ese choque, salí llorando, porque fue un encuentro muy importante para mí y mi equipo. Está entre los mejores momentos de mi vida, junto a la final contra Puerto Rico en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla. A pesar del desgaste, se obtuvo el triunfo», afirmó a JR el jugador.

En la porfía por el título los cubanos no pudieron completar una actuación perfecta en su estreno en una lid del orbe de este tipo, tras perder 21-31 frente al plantel anfitrión. Magnol reconoce que dos de las razones de la derrota estuvieron en que la defensa antillana no brilló lo necesario y se falló mucho con la portería vacía, además de que el contrario tenía buen nivel, respaldado por un contrataque letal y por varios jugadores insertados en Francia.

A pesar de no poder regresar a la Isla con el cetro, el portero asegura que el resultado obtenido fue muy gratificante, toda vez que debutaron con un pronóstico de quinto o sexto lugar. A medida que avanzaba el torneo y mantenían su invicto, se convencieron más de que el verdadero propósito no era otro que llegar a la final.

«Esa medalla de plata, primero que todo, es un reflejo de que la preparación no fue en vano. En mi caso quedé muy satisfecho tras ser incluido en el All Stars del torneo, un objetivo que me propuse antes del inicio. Creo que ese resultado individual llegó gracias a que tenía mucha responsabilidad con mi equipo. Siempre supe que si no me entregaba lo suficiente podríamos no estar en la final.

«Cuando recibí mi primer reconocimiento de Mejor Jugador del Partido, ante Gran Bretaña, sentí un orgullo tan grande que no lo podía explicar. Ya cuando me dan el segundo, mis compañeros, jocosamente, me dijeron que les dejara uno. Al final obtuve tres distinciones de ese tipo y me despedí con gran alegría al ser elegido como Mejor Portero de la justa, mientras Eduardo Valiente resultó ser el pivote más destacado», dijo.

Magnol, arropado por la modestia de quien comienza a disfrutar de la popularidad, siente que su laudable rendimiento en la justa universal de Georgia ha sido reconocido por el calor de su pueblo avileño, el cual lo identifica por la calle como el jugador que tanto influyó en la primera presea de Cuba este año en una justa del orbe colectiva.

Pero ese no fue el primer capítulo de suma gloria para el gigante de 2,02 metros y 24 años de edad. A mediados de abril la selección cubana alcanzó el pasaporte hacia el Mundial de Naciones Emergentes, después de vencer en el Torneo Norteamericano y del Caribe (Norca) por el primer lugar a Estados Unidos, con reñido marcador de 37-36, éxito con sabor a revancha, pues los norteamericanos en la fase de grupos se impusieron 23-26.

Suárez en la justa dominicana se apoderó, además de la corona y el cupo mundialista, de dos galardones: Mejor Portero y Jugador Más Valioso. «Para ese evento me preparé muchísimo, entrené en doble sesión, aunque al principio yo no iba, pues era para menores de 24 años, pero eso luego se flexibilizó. Tenía como antecedente una buena actuación en Barranquilla 2018, pero nunca pasó por mi cabeza terminar con esos dos premios, lo que es bien raro en un jugador de mi posición.

«En el desafío final contra los estadounidenses había mucho en juego, pues el ganador asistiría a Georgia. Recuerdo que se habló bastante sobre la importancia de ganar y yo tenía enormes responsabilidades en ese resultado. Como se dice, fue un partido de rompecorazones que ganamos en tiempo extra y paré disparos muy complejos», rememora. 

—Fuiste uno de los 14 artífices en la cancha del cetro conseguido en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla el año pasado, un cuarto de siglo después del oro de Ponce 1993.

—Cuba y Puerto Rico históricamente han tenido una espinita entre sí. De ahí  que el partido por el título era muy importante, sobre todo cuando ellos dijeron que se desquitarían del revés sufrido en la etapa clasificatoria. Fue un partido muy emocionante y tanto yo, como el otro portero, Alejandro Romero, salimos muy dispuestos a parar la mayor cantidad de balones, y los jugadores de campo tenían en su mente la medalla de oro, algo que no fue tan difícil de obtener, porque allí presentamos un elenco mayormente integrado por atletas contratados.

«Esos jugadores insertados en Europa aportaron un cambio en el pensamiento técnico-táctico de nuestro equipo y se reflejó en que concluimos invictos y cada éxito fue con marcadores cómodos. Solamente tres figuras no estaban contratadas en aquel entonces: Omar Toledano, Yankiel Cruzata y Adonys García».

—Resta menos de un mes para el comienzo de los Juegos Panamericanos de Lima, lid continental en la que Cuba archiva tres títulos pero que no gana desde 1999. ¿Está entre los propósitos del plantel antillano recuperar el sendero dorado teniendo en cuenta el potencial del actual equipo?

—Ahora mismo creo que no hay otro propósito que discutir la final y estamos conscientes de que Argentina, Brasil y Chile serán nuestros adversarios más exigentes. Para esa competición el conjunto estará más reforzado, pues nos entrarán tres jugadores que son destacados en sus respectivas ligas. Hasta ahora no sé si ocuparé la titularidad, pues Alejandro Romero tiene muy buen nivel, pero te digo que si mi misión es parar un penal, pues lo haré por mi equipo. 

«Nuestro elenco se ha favorecido con la reincorporación de varios jugadores que salieron un día de Cuba contratados por su cuenta. Esa iniciativa de incluirlos repercute en mejores desempeños en torneos internacionales para nuestro deporte y sería positivo que otras disciplinas como el baloncesto, el voleibol o la pelota también se sumaran». 

En enero de 2017 se anunció la contratación por cuatro temporadas del avileño con el club portugués FC Porto, que lo cedió ese año al equipo AD Sanjoanense de la segunda división. En la temporada siguiente militó con el Artística de Avanca de la Andebol 1 y dificultades con su visado le impidieron regresar a Portugal después de Barranquilla 2018. «Espero nuevamente ser contratado luego de los Juegos Panamericanos. Tengo algunas opciones en ligas de nivel en Europa», finalizó.

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